El timerosal –49% de mercurio- usado como antiséptico y agente antifúngico, se está retirando de las vacunas que se aplican rutinariamente a los niños en los Estados Unidos, la Unión Europea y varios otros países.
Texto de Ita Zúñiga y Cristina Girardi. 2014-03-16.
En el año 1920, la compañía farmacéutica Ely Lilly generó un compuesto mercurial para uso desinfectante o antiséptico denominado merthiolate. Se usó durante muchas décadas como antiséptico de uso tópico (en la piel y heridas), hasta que en la década de los 90, se sacó de circulación en Estados Unidos luego de que produjera la muerte de bebés en los cuales fuera utilizado al nacer para desinfectar la herida producida por la separación del cordón umbilical. En Chile, era conocido como metapio o mercurio cromo y muchos lo usamos en nuestra niñez para desinfectar heridas. Basta recordar el líquido transparente que venía con una paletita plástica.
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Lamentablemente, ese compuesto estaba hecho a de base de mercurio, el segundo metal pesado más peligroso para la vida humana después del plomo. Por esta misma razón, de repente se sacó de circulación, reemplazándose por la conocida povidona yodada.
Paralelamente, se comenzó a utilizar también mercurio en forma de timerosal como preservante de las vacunas. El timerosal evita que se formen hongos luego de abierto los viales (frascos) de las multidosis de las vacunas. Es decir, cuando los viales traen 10 dosis de vacunas, para 10 niños, se usa el timerosal. Si los viales son unidosis, no se requiere timerosal. En consecuencia, su uso es puramente económico.
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Daños causados por las vacunas
En la década de los 80, y producto de efectos adversos que producían en algunos casos las vacunas, el gobierno de los Estados Unidos creó la Ley de Compensación por Lesiones de las vacunas en niños. Esto sucedió por los cientos de casos que llegaban a tribunales reportando hospitalizaciones, invalidez y muerte. De hecho, el Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas de Estados Unidos (VAERS) existe porque existe el daño causado por las vacunas. El timerosal es uno de los compuestos que produce daño.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de vacunas con timerosal para los países del tercer mundo, es decir, América Latina, África y parte de Asia.”
En 1999, y debido al aumento sostenido de enfermedades del neurodesarrollo (como el autismo y otras discapacidades), el Gobierno de Estados Unidos solicitó a los fabricantes de vacunas retirar el timerosal de las vacunas. Sin embargo, en junio de 2000, las autoridades de salud del Gobierno de los Estados Unidos se reunieron con los máximos representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con los representantes de laboratorios farmacéuticos como GlaxoSmithKline, Merck, Wyeth y Aventis-Pasteur, para tratar el asunto del timerosal. Esta reunión ha sido siempre denunciada como irregular, porque lo que se hizo en la práctica fue “ponerse de acuerdo” y evitar el escándalo que significaría reconocer que el timerosal de las vacunas estaba causando un daño irreparable en los niños. Y lo sigue causando.
Dicha reunión se llevó a cabo en Simpsonwood, un centro de eventos de una comunidad religiosa. Nunca se publicó el contenido de esta reunión, que fue casi secreta y a la que asistieron 52 personas para discutir el tema del mercurio. Esto fue denunciado por Robert Kennedy Jr. el año 2005. Muchos de los correos de esa oportunidad han sido descubiertos posteriormente, lo que ha permitido corroborar los hechos.
Desde el año 2004, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos y la OMS han insistido en que el timerosal no causa daño, aunque anualmente se publican estudios experimentales en prestigiosas revistas científicas que prueban que sí provoca un daño irreparable en la salud de los niños, ocasionando problemas de conducta, déficit atencional, hiperactividad y, en su grado más severo, autismo.
Estudios de autopsias de pacientes ancianos con Alzheimer también han descubierto cantidades inusuales de mercurio en los cerebros de los pacientes. Recordemos que los adultos mayores se vacunan cada año contra la Influenza, vacuna que contiene actualmente la cantidad más alta de mercurio.
En Chile, el informe del Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización (CAVEI) del año 2011 concluye que es necesario aplicar el principio precautorio y retirar en el más breve plazo el timerosal de las vacunas. El Dr. Enrique Paris, pediatra, toxicólogo y presidente del Colegio Médico, apoyó este retiro y la aplicación del principio precautorio, lo cual –a estas alturas- la mayoría de los países desarrollados ya ha hecho. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de vacunas con timerosal para los países del tercer mundo, es decir, América Latina, África y parte de Asia. Al ser más baratas, se asegura que dichos países accedan a estas vacunas e inoculen a su población.
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Proyecto de ley que prohíbe el uso del timerosal en las vacunas
Muchas organizaciones de padres y la comunidad científica han denunciado por más de una década la aberración que significa mantener el timerosal en las vacunas. En el año 2010, la diputada Cristina Girardi presentó un proyecto de ley que prohíbe el uso del timerosal en las vacunas. Este tuvo una muy buena recepción en la Cámara de Diputados, donde fue apoyado en forma unánime. En la Sala del Senado, también tuvo un apoyo unánime y el ministro Jaime Mañalich reconoció la alta concentración de este compuesto en las vacunas destinadas a niños de 2, 4, 6 y 18 meses, 4 y 7 años, del programa de vacunación infantil: 25 µg de timerosal, cuando la norma establece un máximo de 0,06 µg para niños de 2 meses. En el inicio, el ministro apoyó el proyecto de ley y solicitó la urgencia simple.
En enero de 2012, el Ministro Mañalich se presentó ante en la Comisión de Salud del Senado para señalar que no se podía eliminar el mercurio de las vacunas y que era muy caro retirarlo. Muy a pesar del Ejecutivo, la Comisión de Salud del Senado, en agosto de 2013, aprobó el proyecto de ley. Al ministro, claramente se le vio enojado, descompuesto, desesperado. Denunció “fraude médico”.
¿A quién exactamente iba dirigida esta acusación? ¿A los padres? ¿A los diputados autores del proyecto? ¿A los niños afectados? ¿A los científicos que han estudiado y publicado el peligroso efecto del timerosal? ¿A los que pedimos que se aplique el principio precautorio? ¿A todo aquel que lo contradiga en sus opiniones?
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Conflictos de interés
El ministro declaró que contaba con una poderosa red de protección y, en consecuencia, alistó su poder para la batalla. Una publicación en el diario El Mercurio (simple coincidencia), con los colores del logo del Gobierno, reunió parte de la red encargada de defender al ministro y al mercurio en las vacunas. Algunos de los profesionales que aparecen en el documento denominado: “Las vacunas no causan autismo” tienen evidentes relaciones con la industria farmacéutica, por lo que sus aseveraciones están contaminadas con conflicto de interés.
La Dra. Potin, quien ha aparecido además en muchos medios de comunicación como férrea defensora de la inocuidad del mercurio en las vacunas, recibe honorarios por charlas sobre vaccinología para GSK (Glaxo) y Sanofi Pasteur, y ha recibido honorarios en el Comité de Expertos para Pfizer, hechos que ella misma ha tenido que declarar.
“Sólo en el año 2013, de acuerdo con la PUB MED, Biblioteca Nacional de Medicina de Los Estados Unidos, se publicaron al menos 11 estudios que muestran daños del timerosal.”
El Dr. Humberto Soriano, quien dice no tener conflicto con farmacéuticas, ha participado en estudios financiados por laboratorios como Procter & Gamble. Es cuñado del Dr. O´Ryan, quien ha participado en estudios sobre vacunas financiados por laboratorios farmacéuticos como Novartis. Es uno de los profesionales, junto con el ex-ministro Mañalich, que ha tenido mayor cobertura de prensa para defender y publicitar las vacunas con mercurio y, coincidentemente, es el marido de la jefa de prensa del Gobierno de Sebastián Piñera, Carla Munizaga.
La Dra. Katia Abarca, de la Sociedad Chilena de Infectología, ha recibido financiamiento de laboratorios manufacturadores de vacunas por estudios clínicos sobre vacunas (GSK, SP, Berna y Novartis), para asistencia a congresos o reuniones científicas (GSK, SP, Berna, MSD y Wyeth) y por honorarios como conferencista y consultora (GSK. Wyeth, MSD, Medinmune).
Jorge Jiménez de la Jara, paradojalmente la cara visible del Consejo Consultivo de Vacunas, es Investigador Principal de Biomedical Research Consortium, institución que realiza investigaciones médicas en una alianza entre la Pontificia Universidad Católica y el Laboratorio Recalcine, que se encuentra desarrollando una vacuna contra el Helicobacter pylori para “niños”, en base a una salmonella.
Miguel O´Ryan y Maria Teresa Valenzuela realizaron un estudio financiado por Novartis en Chile, cuando la Dra. Valenzuela se desempeñaba como directora del ISP. Ella no declaró su cargo como autoridad pública de salud del Estado de Chile, sino que consignó solamente su cargo en la Universidad de Los Andes. En el estudio, se experimentó con 1600 niños chilenos, y ahora la vacuna de nombre Brexero es cuestionada en Europa por varios gobiernos por su falta de efectividad.
Desde la Cámara de Diputados, se solicitó tanto al Ministro de Salud como a la Directora del ISP detalles del estudio, la constancia del consentimiento informado de las familias de los niños y los compuestos de la vacuna utilizada; sin embargo, hasta el día de hoy no se ha entregado ningún antecedente.
¿Qué corresponde hacer entonces?
En primer lugar, aplicar el principio precautorio. Cuando la autoridad no tiene la certeza, es imperativo, ético y responsable aplicar dicho principio.
Pero las motivaciones de la autoridad parecieran venir de otro lado. Para ellas, parece más importante proteger la economía de las grandes farmacéuticas que la salud infantil. Sólo en el año 2013, de acuerdo con la PUB MED, Biblioteca Nacional de Medicina de Los Estados Unidos, se publicaron al menos 11 estudios que muestran daños del timerosal.
¿Qué poderosa red de protección se teje entonces en torno a este letal compuesto?
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Contenido parcial de este artículo publicado originalmente en El Mostrador
Ita Zúñiga es asistente social de la Universidad Tecnológica Metropolitana. |
Cristina Girardi es antropóloga y diputada PPD desde 2010. Fue alcaldesa de la Municipalidad de Cerro Navia por tres periodos, entre 1996 y 2008.