La administración cantonal de Ginebra ha decidido de forma temporal frenar el despliegue de las redes 5G en su territorio, hasta que existan «estudios científicos independientes» que demuestren que estas redes de telecomunicaciones no resultarán perjudiciales para la salud de las personas.
La moción fue debatida de forma urgente Ginebra apelando al principio de precaución, un concepto político que establece que cuando una evaluación pluridisciplinaria, contradictoria, independiente y transparente, realizada sobre la base de datos disponibles, no permite concluir con certeza sobre un cierto nivel de riesgo, entonces las medidas de gestión del riesgo deben ser tomadas sobre la base de una apreciación política que determine el nivel de protección buscado.
El veto temporal ha salido adelante con 58 votos a favor, 28 votos en contra y una abstención. Además, la moción insta al Consejo de Estado helvético a solicitar a la Organización Mundial de la Salud estudios científicos independientes, descartando como bueno informes realizados por entidades dependientes del gobierno suizo como el que hizo la Oficina Federal del Medio Ambiente sobre las redes 5G.
La decisión de Ginebra se suma a la de Bruselas, ciudad en donde la ministra de Medio Ambiente, Céline Fremault ha señalado recientemente que “no puedo aceptar ninguna tecnología, sea 5G o cualquier otra, si no se respetan los estándares de radiación que deben proteger al ciudadano. La gente de Bruselas no son conejillos de indias cuya salud pueda yo vender con beneficios. No podemos dejar nada en duda”, agregó.