“Surjo y desde el plano de la mente gobierno.”
Rayos y regentes: I, VII, 4, 6, MARTE, MERCURIO
Meditación: Lunes 25 de Marzo.
Revisa el vídeo explicativo aquí.
Torkom Saraydarian
Uno de los grandes sabios nos dice que los doce signos del zodíaco forman un loto y que cada constelación es un pétalo de éste. Cada uno de ellos está cargado con electricidad cósmica, y sus campos de fuerza se extienden a muchos millones de kilómetros.
En conjunto, el zodíaco forma una gran usina y las constelaciones presentan cargas eléctricas positivas y negativas. La Vida central de estas doce constelaciones las carga con fuego cósmico.
Un gran maestro dice que cuando estas constelaciones se observan desde un punto muy distante del espacio, podemos ver un loto de gran belleza que se abre y extiende. Este es nuestro zodíaco. Pero este zodíaco es un loto en un loto más grande en el espacio, que tiene mil grupos de estrellas y es un loto de mil pétalos. Este es el zodíaco mayor que se sugiere en las enseñanzas esotéricas.
La Osa Mayor, las Pléyades, Orión y Sirio son partes de este zodíaco mayor. De este zodíaco mayor, el zodíaco menor recibe su suministro de energía y guía y, a su vez, el zodíaco menor suministra energía a muchos sistemas solares, incluido el nuestro.
Nuestro Sol, con su familia, el sistema solar, viaja en el espacio y cada treinta días entra en el campo electromagnético de una de estas constelaciones.
El período de luna llena es el momento en el que nuestro Sol se sincroniza con la corriente energética de la constelación y transmite la energía a los planetas y a nuestra Tierra. En realidad, hay sincronización entre la humanidad, la Jerarquía, Shambala, el Logos planetario, otros dos planetas, el Sol y la constelación en la que el Sol se halla en ese mes.
Cuando el Sol entra en el campo energético de Aries, hay una sincronización perfecta entre Aries, el Sol, Marte, Mercurio y la Tierra. Esto presenta un sistema eléctrico a través del cual la energía de Aries es transmitida a todos los reinos de la naturaleza. La distribución de la energía de Aries sobre nuestra tierra es transportada a través de Maestros avanzados, Sus discípulos, ciertos devas, y a través de fervientes grupos de servidores.
La Luna Llena de Aries está consagrada a Cristo, al Cristo resucitado, y se llama la Festividad de la Resurrección.
La energía de Aries es ardiente. Carga y estimula la Chispa en todas las formas, y hace que éstas avancen y progresen.
La resurrección es el avance progresivo de la Chispa. Resurrección es empeño y trabajo. Empeño es el esfuerzo del Espíritu para vencer a la materia, para vencer al cuerpo y a las emociones, y para vencer al espacio y al tiempo.
El trabajo es el proceso de la manifestación de nuestro logro que alcanzamos a través de empeño. A través de trabajo abrimos nuestros recursos internos, irradiamos nuestra belleza en comunicaciones y relaciones diarias, en servicio, en acciones creadoras, pensamientos, aspiraciones, consagraciones y devociones. Eso es trabajo.
Cuando trabajo y empeño se unen, hay resurrección. Resurrección es el sendero de la alegría y la beatitud eternas y cada vez mayores. Resurrección es el sendero de la Chispa que vuelve a casa.
Es maravilloso pensar que cada uno de nosotros es un Rayo del Sol, del Sol Espiritual Central, que dio a luz toda la creación. Cada uno de nosotros es un Rayo de .ese Sol proyectado en la materia. El punto de origen del Rayo está enraizado en el Sol.
Este Sol, fue lanzado dentro del reino mineral y durante siglos y siglos luchó, trabajó muy arduamente para destruir sus limitaciones, sus prisiones materiales, y entró en el reino vegetal. Esa fue una gran resurrección porque se arrancó de la tumba de la materia y empezó a ser perfume, color y belleza vivos. Esa fue una gran victoria para el Rayo del Sol Espiritual.
Luego, un gran día, la Chispa del reino vegetal entró en el reino animal. La Chispa estaba adherida al reino vegetal, pero se arrancó de éste y entró en el reino animal. Esa fue otra gran victoria para la Chispa, y ese fue otro paso de resurrección.
Luego, la Chispa animal trabajó arduamente y sufrió largo tiempo durante siglos y siglos hasta un día brillante, la Chispa empezó a hablar y empezó a pensar; ése fue un paso mayor en el sendero de la resurrección. Así, la Chispa se convirtió en un ser humano. Algunos seres humanos trabajaron muy arduamente, sufrieron mucho tiempo, se empeñaron, trabajaron, prestaron servicios y se sacrificaron; y debido a todo esto, entraron en el quinto reino.
El quinto reino es el reino de los Inmortales, a través del cual pasaron Cristo, Buda, Zoroastro, Hércules y otros. Los Grandes nos dicen que el sendero de la resurrección no parará allí, sino que continuará en el sexto reino y luego en el séptimo. El séptimo reino da libertad respecto del sistema solar. Esa es la consumación del sendero de la resurrección para un ser humano.
A través del séptimo reino, la Chispa resucita respecto del plano físico cósmico, y entra por la puerta del plano astral cósmico.
La Chispa es el Rayo del Sol Espiritual Central y retorna a la Fuente. Nadie sabe dónde llevará ese progreso. Hasta los Grandes dicen que tras el sistema solar se abre la esfera del misterio mayor.
iQué maravilloso destino tiene el ser humano! Cada vez que pasa de un reino al otro, su gloria brilla más. Toda la gloria que un ser humano tiene o tendrá es la gloria de aquel Omnipotente de Quien emergió como un Rayo.
El proceso de la resurrección en los reinos inferiores deberá repetirse en el ser humano, y allí comienza el sendero difícil. Nosotros entramos en el reino humano, y estamos adheridos. Tal como la Chispa estaba adherida al reino mineral, así nosotros lo estamos a nuestro cuerpo. Pensamos que somos el cuerpo, y que luego que este cuerpo desaparezca, todo termina. Morimos para la forma. Nos matamos entre nosotros por la materia. Todo esto indica que aunque estamos en una espiral superior, todavía estamos adheridos al reino mineral que es representado por nuestro cuerpo. Quienes realmente se empeñan y trabajan a través del proceso de la resurrección, que es el proceso de llegar a ser nuestro Yo, podrán un día liberarse de esa trampa y entrar en la consciencia de nivel emocional.
El plano emocional, con sus gustos y disgustos, susceptibilidad, emociones negativas, hechizos, agitaciones emocionales, etc., es una selva. Si un ser humano quiere resucitar del reino humano y entrar en reinos superiores, debe vencer sus emociones y hechizos, que son identificaciones emocionales.
Entonces el hombre entrará en el mundo mental, que no es una trampa, no es una selva, sino una prisión. Esta vez va a escapar de esa prisión, que construyó con sus manos. La mente es la prisión que actúa a través de ilusiones y hechos deformados. Hay en la mente muchas redes, como: orgullo, vanidad, egoísmo, separatividad; una vez atrapados en ellas, no podemos librarnos de ellas fácilmente.
Pero el sendero de la resurrección continúa. La Chispa no puede aguardar en cualquier etapa. No importa cuánto tiempo se quede en cualquier nivel de realización, un día va a romper los muros de su prisión y entrar en otro reino.
Resurrección es el proceso de construir puentes entre un reino y otro. El puente más importante en nuestro nivel es el puente entre la personalidad y la Tríada Espiritual. Los que trabajan arduamente y vencen sus impulsos y tendencias, hechizos e ilusiones, construirán este puente.
Luego de construir el puente y cruzarlo, cada uno dirá:–Soy un camino por el que los hombres podrán realizarse. Vamos, recorre el puente; como yo, tú lo harás. Mi experiencia, mi trabajo, mi servicio y mi sacrificio son el puente.
Este puente lo construyeron las realizaciones y el sacrificio, la consagración completa y el sentido de síntesis y unidad. Y, una vez construido el puente, se vence al miedo porque se venció a la muerte.
Vamos a desarrollar dentro de nosotros la consciencia de la realidad que nosotros esencialmente-SOMOS: — Mi Padre es un Rey y yo voy a ser un Rey.
La doctrina de la resurrección nos permite creer que somos una parte de ese Poder omnipotente. En el momento exacto de la época de Luna Llena, podemos tener una experiencia real o un destello de iluminación, y decir: «Yo soy una Chispa». Y ese es un momento de resurrección.
Nos dicen que «nos empeñemos y nos mantengamos en nuestro ser espiritual», y que tengamos esa actitud durante todo el día. En el sendero del discipulado, el buen éxito no es demasiado importante. Lo importante es el esfuerzo. Al empeñarnos, pensamos: –Fracasé cien veces, pero esta vez voy a vencer.
Un día, un gran rey llegó para atacar a una vasta ciudad. Todos sus miles de soldados la acometieron y no puedieron conquistarla. Les ordenó que se retiraran. Retrocedieron unos tres kilómetros y, mientras sentado en su tienda pensaba «¿Por qué no puedo vencer con el gran poderío que tengo?», una araña tejió un hilo desde el techo de la tienda. El rey extendió su espada y cortó el hilo de la araña; pero pocos minutos más tarde la araña regresó y el rey cortó de nuevo el hilo. Mientras descansaba advirtió que la araña no estaba desanimada y había vuelto de nuevo por tercera vez. Pensó: «Si una araña puede tener tal perseverancia, ¿por qué estoy dispuesto a abandonar el campo de batalla? Ataquemos la ciudad una vez más». Lo hizo y venció.
De esta manera, en el sendero de la resurrección vencemos a nuestros enemigos, la muerte, el miedo y el odio, a través de perseverancia. En cada etapa de nuestra victoria, se crea una nueva cultura y una nueva civilización. Como el fuego interior avanza de un reino al otro, el campo del contacto del hombre se expande y a su tiempo toda la existencia llega a ser el campo de su actividad. Esta es «la vida más abundante» a la que se refirió Cristo.
La Luna Llena de Aries se llama la Luna Llena de Cristo, puesto que fue El quien, por primera vez en la historia de la humanidad, apresuró la liberación de Su fuego interior hasta tal grado que, hace dos mil años, El entró en la Casa del Padre. Nos dicen que El ya penetró en el plano astral cósmico y se está preparando ahora para un trabajo mayor en la Era Acuariana.
Otro gran discípulo denominado Hércules, en el mes en el que el Sol estaba en Aries, cumplió un gran trabajo en la rueda invertida del zodíaco.
El hijo de Marte, Diomedes, gobernaba un país en el que criaba caballos y yeguas de guerra. Eran muy salvajes y fieros, y todos los hombres temblaban ante su son. Solían asolar la tierra, matando a la gente que se cruzaba en su camino. A Hércules se le asignó la tarea de capturar a estos caballos y poner coto a todas sus maldades.
Hércules tenía un amigo llamado Abderis, le llamó para que le ayudara, y ambos los acorralaron y ataron. Hércules se sintió tan orgulloso de su logro que quiso mostrar su victoria a Diomedes. Le dijo a su amigo: «Voy hacia la puerta de Diomedes. Tira de todos estos caballos y tráelos detrás de mí». Y, dándole la espalda, caminó hacia la puerta. Pero Abderis era débil y, cuando sacó a los caballos de su encierro, estos se abalanzaron sobre él, le mataron y escaparon.
Hércules corrió tras ellos, los atrapó uno por uno, los ató y él mismo los condujo a través de la puerta; y la gente de la región proclamó a Hércules como su Salvador.
Nos dicen que Aries gobierna la cabeza o la mente. Y los caballos son nada más que pensamientos o ideas. Los pensamientos son dificilísimos de controlar, pero a menos que los controlemos, no hay victoria.
A Hércules le aconsejaron que primero controlara sus pensamientos y, con la ayuda de su amigo, los controló. Tan pronto dependemos de la personalidad, irrumpen pensamientos salvajes y el precio es la destrucción de la personalidad. Nuestro primer deber en Aries es controlar nuestros pensamientos. He ahí porqué el lema de este signo es:
«Surjo y, desde el plano de la mente, gobierno.»
Solamente en el plano mental se toma contacto conscientemente con el fuego de Aries y se lo distribuye hacia los reinos inferiores. Este fuego debe ser conquistado y gobernado antes de que un hombre pueda esperar iniciaciones superiores.
Aries introduce en nuestro sistema solar la Luz de la Vida o el Fuego Eléctrico. Tiene dos rayos: el rayo del Sol es el primer rayo, y el rayo de la personalidad es el séptimo rayo.
El primer rayo es la voluntad de iniciar y la iniciación es el proceso de la liberación del fuego, el Fuego Eléctrico del Yo.
El séptimo rayo es la voluntad de expresar. El séptimo rayo expresa al fuego liberado en cada reino y, de esta manera, el resultado es la cultura y las civilizaciones.
El rayo monádico de nuestro Logos planetario es el primer rayo, que en esta época está transmitiendo el Fuego Eléctrico a nuestro planeta.
El rayo transformador o del Alma de nuestro Logos planetario es el segundo rayo.
El rayo de la personalidad es el tercero, que se usa para producir la transfiguración.
También existe la influencia de los regentes exotérico y esotérico, Marte y Mercurio. Marte produce conflicto y muerte de la forma, sexto rayo. Mercurio produce iluminación y el desarrollo de la intuición, cuarto rayo.
El fuego de Aries atraviesa Marte y esto causa idealismo, fanatismo destructivo, lucha, pendencia, guerra, esfuerzo y evolución.
El fuego de Aries atraviesa Mercurio, cuarto rayo, y produce armonía. Mercurio ilumina la mente y media entre el Sol y la personalidad. Es el mensajero de los Dioses.
La siguiente es la combinación de energías de Aries:
Regente Exotérico Sexto rayo. Marte
Recordemos que nuestro rayo del Sol nos relaciona con los pianos superiores, con la meta universal, con las visiones cósmicas, con los prototipos inmanifiestos, con la Finalidad.
El rayo de la personalidad es la línea energética que nos conecta con las formas manifiestas de vida, con las empresas separadas o individuales, con los campos limitados del servicio, y con el campo del conflicto.
La resurrección es una fusión gradual con un nivel superior de la existencia.
«Aries introduce por fuerza al alma en el suelo ardiente y la somete a un proceso purificatorio durante la encarnación. A través del fuego inferior de la mente se les prende fuego a las selvas de la experiencia, y se las disuelve en llamas, y luego el Sendero se despeja y se logra una visión sin obstrucciones». 1
Cristo es el Alma de la humanidad y, en la Luna Llena de Aries, el Fuego Eléctrico de Aries Le obliga a crear suelos ardientes en la Jerarquía, en los siete ashrams principales y afiliados.
Cada vez que Cristo toma contacto con una energía superior y Se somete a una enseñanza avanzada, crea suelos ardientes. Estas regiones ardientes causan grandes cambios en la Jerarquía y en los ashrams, cuyo personal trata de ajustarse y ajustar su modo de actividad a las nuevas jerarquías y situaciones que ingresan.
El regente planetario exotérico es Marte, y Marte trae guerra o pugna según la naturaleza de nuestra respuesta a M. Si nuestra personalidad está purificada, causa pugna, que es una forma de guerra contra las limitaciones; pero si las personalidades de las masas están contaminadas por el interés personal, el materialismo y el odio, entonces Marte trae guerra, la cual, mediante dolor y sufrimiento, obliga a la gente a purificarse. Mercurio, el regente esotérico, da intuición e iluminación, y conduce a los hombres hacia el reconocimiento del Plan divino.
De esta manera, en la época de esta luna llena, tenemos a las energías de los rayos primero, séptimo, sexto y cuarto transmitidas a las formas planetarias de vida a través del foco de los rayos primeros, segundo y tercero del Logos planetario.
El deber del primer rayo es quemar y destruir los obstáculos, y liberar la vida para un ulterior progreso en el sendero infinito. En la Luna Llena de Aries, esta energía puede utilizarse para quemar todas las formas de pensamiento, todas las modificaciones mentales que están contra el bien supremo de la humanidad y son los obstáculos de nuestro progreso espiritual. Esta es una labor hercúlea. Todo lo que es indigno dentro de nuestra mente deberá ser quemado y destruido. Eso es lo que Hércules hizo. Arrinconó a sus pensamientos, los ató y los controló totalmente.
La siguiente energía es el séptimo rayo que produce servicio grupal, sacrificio grupal, orden, ritmo y manifestación. Esta energía podrá usarse para acrecentar el espíritu del servido sacrificado, para organizar nuestra personalidad y nuestra vida social en armonía con el Plan divino y para manifestar nuestros rayos espirituales en una vida creadora.
Las doce constelaciones del zodiaco son los doce pétalos de la energía electromagnética. Corresponden al Loto de doce pétalos en el plano mental superior. Cuatro de estos pétalos se denominan pétalos del sacrificio, cuatro son pétalos del amor, y cuatro son pétalos del conocimiento.
El zodíaco se divide de modo parecido. Los cuatro signos del zodíaco que forman la Cruz Cardinal son los pétalos del sacrificio. Los cuatro signos que forman la Cruz Fija son los pétalos del amor. Los cuatro que forman la Cruz Mutable son los pétalos del conocimiento.
Como Aries introduce también el fuego del sacrificio y de la síntesis, este fuego pasa a través de los cuatro pétalos del sacrificio (si están activos) del Loto interior y se imprime en nuestros siete centros.
Cristo formó a Sus discípulos con la misma pauta. Tuvo cuatro discípulos de sacrificio, cuatro discípulos de amor, y cuatro discípulos de conocimiento, que correspondían, así, exactamente, a los doce signos del zodíaco y a los doce pétalos del Loto interior.
En estos doce pétalos, Él era la Gema en el Loto, el sol, o el Hijo que transmite la energía del Padre a través de tos doce principios:
- Cruz Mutable
- Cruz Cardinal
- Cruz Fija
El poder del sexto rayo es para «atraer a la mente del hombre hacia el ideal, como lo es el del sacrificio y el servicio individuales». El sexto rayo da visión. Es la energía de la devoción, del idealismo y de la voluntad de causalidad. En la Luna Llena de Aries esta energía puede utilizarse elevando nuestra consciencia a un grado tal que somos capaces de que las ideas y visiones que él presenta se impriman en nosotros.
El poder del cuarto rayo se usa para destruir limitaciones y alcanzar armonía, belleza e intuición. Se manifiesta como la voluntad de armonizar.
Asimismo, en la época de la Luna Llena de Aries este rayo puede utilizarse para destruir limitaciones de nuestro espíritu y crear armonía y belleza en nuestra vida, con la ayuda de la intuición. La intuición se manifiesta en el momento en el que el espejo de la mente superior se abre por un segundo y atrapa una imagen de hermosura cósmica, de ideas cósmicas, de síntesis cósmica, pero ésta desaparece si no se tiene mente y emociones purificadas.
La época pascual es un período de intenso trabajo subjetivo para cavar en nuestros campos físico, emocional y mental y encontrar el tesoro oculto debajo de las tumbas física, emocional y mental. Es la época para alcanzar el tesoro y tal vez liberar hasta cierto punto su belleza y su luz, o incluso liberar su gloria total en nuestra vida.
La resurrección no podrá entenderse a menos que tengamos la experiencia de la resurrección y su libertad, júbilo, hermosura y poder.
Estas son las virtudes de los rayos que se relacionan con Aries: Virtudes del Primer rayo:
- fuerza,
- valentía,
- firmeza,
- veracidad.
Virtudes del Segundo rayo:
- perseverancia,
- cortesía,
- confianza en uno mismo,
- minuciosidad.
- Virtudes del Cuarto rayo:
- compasión,
- generosidad,
- devoción,
- intelecto agudo.
Virtudes del sexto rayo:
- devoción,
- sencillez,
- amor,
- ternura,
- intuición,
- lealtad,
- reverencia.
Las virtudes antedichas podrán manifestarse a través de nosotros si nuestra personalidad se purifica y se logra la fusión del Alma. Pero si no se manifiestan en nuestra vida, debemos meditar en este ciclo de Aries sobre las virtudes siguientes, y desarrollarlas dentro de nosotros:
Primer rayo:
- ternura,
- humildad,
- compasión,
- tolerancia,
- paciencia.
Séptimo rayo:
- comprensión de la unidad,
- gentileza,
- amor.
Cuarto Rayo:
- serenidad,
- confianza,
- pureza,
- exactitud,
- equilibrio.
Sexto Rayo:
- sacrificio personal,
- veracidad,
- serenidad,
- sentido común.
Las virtudes son manifestaciones de nuestro Yo real a través de los niveles, formas, relaciones y múltiples respuestas de nuestra personalidad purificada. El hombre se desentiende de cualquiera de sus virtudes cuando logra la realización del Yo, o se convierte en su Yo verdadero. Cada virtud manifiesta una faceta del diamante, de la Chispa, como los cortes de un diamante hacen que éste irradie diferentes colores.
Al meditar sobre estas virtudes, creamos formas de pensamiento y conceptos, tocamos ideas y energías, y tomamos contacto con los pétalos correspondientes del Loto. Así construimos dentro de nosotros el canal a través del cual las energías del rayo pueden llegará nosotros, y el fuego de Aries circula dentro de nuestro organismo.
He aquí cómo el aspecto espiritual dentro del Loto se manifiesta a través del servicio sacrificado.
La primera tarea de Hércules fue la de controlar la mente porque ésta es el vehículo de las energías ígneas y el tablero de los contactos. Cristo hace hoy en día una cosa similar. Toma contacto con la energía de Aries y la Voluntad del Padre, y a través de los ashrams de Sus rayos primero y séptimo transmite- estas energías a la humanidad, a los siete departamentos del esfuerzo humano, creando en ellos «suelos ardientes». Un campo ardiente nace cuando una voluntad superior toca un estado degenerativo, estancado o no-progresivo. Así veremos que en los siete departamentos del esfuerzo humano iniciaremos un nuevo ciclo de fuego que progresa y avanza, quemando muchos obstáculos y pavimentando el camino para el progreso futuro.
He aquí porqué los iniciados y discípulos se llaman los transportadores del fuego. Los transportadores del fuego deberán purificar y dar energía a la vida dondequiera vaya, para que la gente se libere y resucite en grados progresivos.
Los iniciados y discípulos están siempre en el fuego. Sus naturalezas física, emocional y mental están en fuego constante en el que se transfiguran y resucitan gradualmente. Se convierten en llamas de vida y en Seres Inmortales.
Con estos cuatro rayos hay cuatro notas claves de Aries.
- Para expresar la voluntad de hacer y ser.
Esto se lleva a cabo a través de la energía del primer rayo.
- Para desarrollar el poder de manifestación.
Esto se lleva a cabo mediante la energía del séptimo rayo.
- Para entrar en batalla por el Señor.
Esto se lleva a cabo mediante la energía del sexto rayo, bajo las órdenes del planeta Marte.
- Para llegar a la unidad a través del esfuerzo.
Esto se lleva a cabo mediante la energía del cuarto rayo bajo las órdenes de Mercurio, el mensajero de Dios.
Aries se llama sitio natal de las ideas. El Maestro Djwhal Khul dice que: «… Aries es el lugar en el que toma forma la idea inicial de instituir la actividad. Es el sitio natal de las ideas, y una idea verdadera es en realidad un impulso espiritual que toma forma: subjetiva y objetiva».
Lo que sigue es una meditación y una visualización grupales para tomar contacto con las ideas de la nueva Era y distribuir el fuego de Aries por todo el mundo para purificación y síntesis.
Fuente: La sinfonía del zodiaco