Un derivado de la quercetina ha demostrado proporcionar protección de amplio espectro contra una amplia variedad de virus, incluyendo al SARS. Aunque no hay ensayos clínicos que investiguen específicamente la relación de la vitamina D con el coronavirus, hay muchos datos que demuestran que es un componente importante en la prevención y tratamiento de la gripe, así como las infecciones de las vías respiratorias superiores.
Dr. Joseph Mercola, marzo 16, 2020.
Conforme el brote del nuevo coronavirus, COVID-19, continúa propagándose por todo el mundo, los investigadores buscan frenéticamente remedios efectivos. Según un artículo de Nature del 15 de febrero de 2020, se realizan más de 80 ensayos clínicos para probar remedios que van desde la vitamina C por vía intravenosa y células madre, hasta la sangre menstrual y los medicamentos contra el VIH y la malaria.
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Además, hay un estudio que analiza el suero obtenido de pacientes que se recuperaron de una infección por COVID-19 confirmada por laboratorio; la idea es que sería un anticuerpo que un paciente recién infectado necesitaría para combatir la infección con mayor efectividad.
Otros dos posibles remedios que compiten son la quercetina y la vitamina D. No solo son conocidos por sus beneficios antivirales y características de refuerzo inmunológico, sino que también son económicos y están muy disponibles.
La quercetina podría atenuar la infección causada por el COVID-19
Según informó Maclean’s, los investigadores canadienses, Michel Chrétien y Majambu Mbikay, comenzaron a investigar la quercetina después de la epidemia de SARS que estalló en 26 países en 2003, y descubrieron que un derivado de la quercetina podría proporcionar una protección de amplio espectro contra una amplia variedad de virus, incluyendo al SARS.
El brote de ébola en 2014 ofreció otra oportunidad para investigar los poderes antivirales de la quercetina, y también descubrieron que fue efectivo para prevenir la infección en ratones, «incluso cuando se administraba durante tan solo unos minutos antes de la infección».
Entonces, cuando se anunció el brote de COVID-19 en la ciudad de Wuhan, China, a finales de diciembre de 2019, Chrétien contactó a sus colegas en China para ofrecerles su apoyo. En febrero de 2020, Chrétien y su equipo recibieron una invitación oficial para comenzar los ensayos clínicos. Maclean informó que:
«Los científicos canadienses y chinos colaborarían en los ensayos, que incluirían alrededor de 1000 pacientes de prueba.
Chrétien y Mbikay planean unirse a sus colegas del International Consortium of Antivirals, una organización sin fines de lucro, que Chrétien cofundó con Jeremy Carver en 2004, en respuesta a la epidemia del SARS, para manejar un centro de comunicaciones todos los días, tan pronto como continúen los ensayos clínicos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ya aprobó la quercetina como segura para el consumo humano, lo que significa que los investigadores pueden omitir las pruebas en animales. Si el tratamiento funciona, podría conseguirse fácilmente… El equipo de Chrétien indica que el tratamiento costaría tan solo US$ 2 por día».
La quercetina puede ser un potente refuerzo inmunológico
La investigación ya ha demostrado que la quercetina puede ser un potente refuerzo inmunológico y antiviral de amplio espectro. Así que, podría ser útil tanto para la prevención como tratamiento contra la infección causada por el COVID-19.
Como señaló un estudio realizado en 2016 en la revista Nutrients, los mecanismos de acción de la quercetina incluyen inhibir la producción del factor de necrosis tumoral α (TNF-α) inducido por lipopolisacárido (LPS) en los macrófagos.
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La TNF-α es una citoquina involucrada en la inflamación sistémica, secretada por macrófagos activos, un tipo de célula inmunológica que digiere sustancias extrañas, microbios y otros componentes dañados o perjudiciales. De igual manera, la quercetina también podría inhibir la liberación de citoquinas proinflamatorias e histamina al modular la entrada de calcio en la célula.
Según este artículo, la quercetina también estabiliza los mastocitos y tiene «un efecto regulador directo sobre las propiedades funcionales básicas de las células inmunológicas», lo que le permite inhibir «un enorme arsenal de objetivos moleculares en el rango de concentración micromolar, ya sea por regulación negativa o al suprimir muchas vías y funciones inflamatorias».
Cómo la quercetina podría inhibir la infección viral
Sin embargo, uno de los atributos mejor estudiados de la quercetina es su capacidad antiviral, que se ha atribuido a tres principales mecanismos de acción, al:
- Inhibir la capacidad del virus para infectar las células
- Inhibir la replicación de células ya infectadas
- Disminuir la resistencia de las células infectadas al tratamiento con medicamentos antivirales
La investigación financiada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, publicada en 2007, descubrió que podría disminuir el riesgo de enfermedad viral después de un estrés físico extremo, que de lo contrario podría debilitar la función inmunológica y volverle más susceptible a las infecciones.
Los ciclistas que recibieron una dosis diaria de 1000 mg de quercetina en combinación con vitamina C (que puede elevar los niveles de quercetina en la sangre) y niacina (para mejorar la absorción) durante cinco semanas, fueron significativamente menos propensos a contraer una enfermedad viral después de hacer bicicleta tres horas al día, durante tres días consecutivos, en comparación con los controles sin tratar.
Únicamente el 5 % del grupo de tratamiento se enfermó, mientras que el 45 % del grupo de placebo padeció la enfermedad.
En otro estudio financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos (DARPA, por sus siglas en inglés), publicado en el 2008, los animales tratados con quercetina fueron expuestos al virus de la influenza H1N1 altamente patógeno. El grupo de tratamiento tuvo una menor morbilidad y mortalidad que el grupo del placebo.
La quercetina trata eficazmente una amplia variedad de virus
Otros estudios también han confirmado la efectividad de la quercetina contra una amplia variedad de virus. Incluyendo a los siguientes:
Un estudio realizado en 1985, encontró que la quercetina inhibía la infectividad y replicación del virus del herpes simple tipo 1, poliovirus de tipo 1, virus de la parainfluenza tipo 3 y virus sincitial respiratorio. |
Un estudio realizado en animales de 2010, encontró que la quercetina inhibía los virus de la gripe A y B.Se realizaron dos descubrimientos importantes adicionales: El virus no logró desarrollar una resistencia a la quercetina y cuando se utilizó simultáneamente con medicamentos antivirales (amantadina u oseltamivir), el efecto se amplificó de forma significativa y evitó el desarrollo de resistencia a los medicamentos. |
Un estudio realizado en animales en el 2004 que investigó el efecto de la quercetina sobre la influenza utilizó una cepa del virus H3N2. Según los autores del estudio:«Durante el proceso de infección causado por el virus de la influenza, ocurre un efecto del ‘estrés oxidativo’, y ya que la quercetina restablece las concentraciones de muchos antioxidantes, puede ser útil como medicamento para proteger los pulmones de los efectos nocivos de los radicales libres derivados del oxígeno que se liberan durante la gripe». |
Otro estudio realizado en el 2016 encontró que la quercetina puede proteger contra el virus de la influenza A H1N1 al modular la expresión de las proteínas. Más específicamente, la regulación de las proteínas de choque térmico, fibronectina 1 y prohibitina fue instrumental para disminuir la replicación viral. |
Un tercer estudio publicado en el 2016 encontró que la quercetina inhibía una amplia gama de cepas de la influenza, incluyendo el H1N1, H3N2 y H5N1.Según los autores, «este estudio indica que la quercetina, que demuestra inhibir la etapa temprana de infección por influenza, representa una opción terapéutica futura para desarrollar productos naturales efectivos, seguros y asequibles para el tratamiento y profilaxis de las infecciones causadas por la influenza tipo A». |
En el 2014, los investigadores señalaron que la quercetina parecía ser «un tratamiento prometedor para tratar el resfriado común», causado por el rinovirus, y añadió que «puede disminuir la internalización y replicación viral In vitro, así como la inflamación pulmonar e hiperrespuesta de las vías respiratorias In vivo».Al atenuar el daño oxidativo, también podría disminuir el riesgo de infecciones bacterianas secundarias, que de hecho es la causa principal de las muertes relacionadas con la gripe.Es importante destacar que la quercetina podría incrementar la biogénesis mitocondrial en el músculo esquelético, lo que sugiere que parte de sus efectos antivirales se deben a una mayor señalización antiviral de las mitocondrias. |
Un estudio realizado en animales en el 2016 descubrió que la quercetina inhibía el virus del dengue y el virus de la hepatitis en ratones. Otros estudios han confirmado el poder de la quercetina para inhibir la infección por hepatitis B y C. |
En fechas muy recientes, un estudio de marzo del 2020, publicado en la revista Microbial Pathogenesis, encontró que la quercetina «proporciona una protección total contra la infección causada por el Streptococcus pneumoniae», tanto In vitro como In vivo, principalmente al neutralizar la neumolisina (PLY), una de las toxinas liberadas por los neumococos que estimula al S. pneumoniae.Según informaron los autores a Microbial Pathogenesis:«Los resultados indicaron que la quercetina reducía la actividad hemolítica inducida por la PLY, así como la citotoxicidad, al reprimir la formación de oligómeros.Además, el tratamiento con quercetina podría disminuir la lesión celular mediada por PLY, al mejorar la tasa de supervivencia de ratones infectados con una dosis letal de S. pneumoniae, aliviar el daño patológico del tejido pulmonar e inhibir la liberación de citoquinas (IL-1β y TNF-α) del líquido de lavado broncoalveolar.Al considerar la importancia de estos eventos en la patogénesis del S. pneumoniae resistente a los microbianos, nuestros resultados indicaron que la quercetina podría ser un nuevo candidato potencial, en vez de los medicamentos, para tratar infecciones neumocócicas clínicas». |
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¿Por qué es importante la vitamina D?
En el siguiente video (disponible solo en inglés y chino) presentado de MedCram, el neumólogo Dr. Roger Seheult analiza la importancia de la vitamina D para promover la prevención de COVID-19.
Si bien, no hay ensayos clínicos que investiguen específicamente la relación entre la vitamina D y el coronavirus, hay muchos datos que demuestran que puede ser un componente importante para prevenir y tratar la gripe e infecciones en las vías respiratorias superiores.
Como señala Seheult, aunque la vitamina D no parece tener un efecto directo sobre el virus en sí, puede fortalecer la función inmunológica, y así permitir que el cuerpo del huésped combata el virus con mayor efectividad. También, puede suprimir los procesos inflamatorios. En conjunto, esto podría convertir a la vitamina D en un apoyo crucial contra el COVID-19.
Como explica Seheult, el cuerpo necesita una función inmunológica robusta para combatir el virus, pero un sistema inmunológico hiperactivo también podría ser responsable de la tormenta de citoquinas que se presenta en la infección por COVID-19, que puede causar la muerte.
Seheult indica «debemos procurar tener un sistema inmunológico inteligente»; es decir, «un sistema inmune que se encargue del virus, pero que no nos ocasione un padecimiento inflamatorio que pueda impulsar el uso de un respirador».
El uso de un suplemento de vitamina D podría disminuir las tasas de infección respiratoria
Continúa citando una investigación publicada en 2017, un metaanálisis sobre 25 ensayos controlados aleatorios, el cual confirmó que recurrir a una suplementación con vitamina D podría servir de apoyo para proteger contra las infecciones respiratorias agudas. Los estudios también han demostrado que existe una relación aparente entre los bajos niveles de vitamina D y susceptibilidad a infecciones virales, como la influenza.
Vivir en latitudes del norte significa que obtiene la menor cantidad de rayos del sol durante los meses de invierno, lo que podría generar niveles más bajos de vitamina D, y una hipótesis indica que la estacionalidad de la gripe está relacionada con el hecho de que la mayoría de las personas tiene niveles más bajos de vitamina D durante el invierno, en comparación con el verano.
Por ejemplo, la investigación publicada en 2009 señaló que la temporada influyó en las tasas de mortalidad durante la pandemia de influenza en el período 1918-1919, y que la cifra de muertes fue mayor durante el invierno, que en el verano.
Queda por comprobar si esta estacionalidad se aplica también en el COVID-19. Si lo hace, bien podría ser que los niveles más altos de vitamina D fortalezcan la función inmunológica lo suficiente como para que el virus no se apodere del sistema inmunológico.
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El metanálisis realizado en 2017 también hizo otro descubrimiento importante. Cuando profundizaron en los datos de cada uno de los más de 11 000 participantes, descubrieron que hacer una suplementación diaria o semanal con vitamina D tenía mayor efecto protector en las personas que tenían los niveles más bajos de vitamina D.
Las personas con deficiencia severa de vitamina D que tomaron un suplemento diario o semanal redujeron a la mitad su riesgo de infección respiratoria. Las personas con niveles de referencia más altos, también redujeron su riesgo, aunque en menor medida. Por otro lado, el fuerte suministro de dosis en bolo de vitamina D en bolo, no tuvo un impacto significativo en el riesgo de infección.
Esto respalda la recomendación de mantener un nivel óptimo de vitamina D durante todo el año. Según los datos de los estudios de D*Action de GrassrootsHealth, el nivel óptimo para promover la salud y prevención de enfermedades parece localizarse en el rango entre 60 nanogramos por mililitro (ng/mL) y 80 ng/mL, mientras que el límite de suficiencia parece ser de alrededor de 40 ng/mL.
En un análisis de GrassrootsHealth, las personas con un nivel de vitamina D de al menos 40 ng/mL redujeron en un 15 % su riesgo de resfriados y en un 41 % su riesgo de gripe, en comparación con quienes exhibían niveles inferiores a 20 ng/ mL.
Otros nutrientes que pueden otorgar beneficios
Un artículo en Progress in Cardiovascular Diseases, de Mark McCarty, de Catalytic Longevity Foundation y, James DiNicolantonio, Pharm. D., científico de investigación cardiovascular de Saint Luke’s Mid America Heart Institute, destaca muchos otros nutrientes suplementarios que podrían ayudar a fortalecer la función inmunológica y reducir el riesgo de Infección causada por COVID-19.
Como indicó un comunicado de prensa del 24 de febrero de 2020:
«El COVID-19 es alrededor de 30 a 60 veces más letal que la típica gripe anual. Tanto la gripe como el coronavirus podrían causar una gran inflamación en los pulmones y está reacción es la que podría provocar dificultad respiratoria aguda, insuficiencia orgánica y muerte.
Existen ciertos nutracéuticos que podrían ayudar a disminuir la inflamación pulmonar causada por los virus de ARN, y otros también podrían ayudar a mejorar la respuesta de interferón tipo 1 a estos virus, que es el principal método del cuerpo para ayudar a crear anticuerpos para combatir las infecciones virales».
Un resumen de los nutracéuticos recomendados por McCarty y DiNicolantonio incluye lo siguiente. (Para obtener más detalles sobre cada uno, consulte el documento de texto completo publicado en Progress in Cardiovascular Diseases).
N-acetilcisteína (NAC). Puede promover la producción de glutatión, diluir la mucosidad, disminuir las posibilidades de infección por influenza y reducir el riesgo de desarrollar bronquitis severa |
Extracto de bayas del saúco. Se sabe que puede acortar la duración de la influenza entre dos y cuatro días, así como disminuir la gravedad de la gripe. De acuerdo con los autores:«Dado que la baya del saúco es una excelente fuente de antocianinas, hay razones para creer que su impacto en los virus podría ser mediado, al menos en parte, por el ácido ferúlico, un metabolito destacado que aparece en el plasma después de consumir antocianinas». |
Espirulina. Puede disminuir la gravedad de la infección y mortalidad causada por influenza, según indican los estudios realizados con animales. En un ensayo realizado con participantes humanos, la espirulina disminuyó ampliamente la carga viral en pacientes con infección por VIH |
Beta-glucanos. Puede disminuir la gravedad de la infección y mortalidad causada por la influenza, según indican los estudios realizados con animales. |
Glucosamina. Puede regular ascendentemente la proteína de señalización antiviral mitocondrial (MAVS), así como disminuir la gravedad de la infección por influenza y mortalidad causada por la influenza, según indican los estudios realizados con animales. |
Selenio. «Dado que el selenio es un cofactor esencial para ciertas peroxidasas, y ciertas regiones de China y otras partes del mundo han exhibido una deficiencia constante de este nutriente, también podría ser necesario asegurarse de que la alimentación contenga niveles adecuados del mismo», señalan McCarty y DiNicolantonio, y agregan que:«Asimismo, la deficiencia de selenio podría elevar la velocidad de mutación de los virus, y promover la evolución de las cepas que son más patógenas y capaces de evadir al sistema inmunológico». |
Zinc. Puede servir de apoyo para «tener una función eficaz, así como para promover la proliferación de diversas células inmunológicas», lo que podría reducir en un 27 % la mortalidad en los adultos de la tercera edad. |
Ácido lipoico. Puede ayudar a mejorar la respuesta del interferón tipo 1. Como indica un artículo del 2014:«El interferón tipo 1 (IFN) puede activar la programación antimicrobiana dentro de las células e influir en el desarrollo de respuestas inmunes innatas y adaptativas… (IFN) es un polipéptido secretado por las células infectadas y tiene tres funciones principales.En primer lugar, puede inducir los estados antimicrobianos intrínsecos en las células infectadas y cercanas que limiten la propagación de agentes infecciosos, en particular de patógenos virales.En segundo lugar, puede modular las respuestas inmunes innatas de una manera más equilibrada que podría promover la presentación de antígenos y funciones de las células asesinas naturales, mientras restringe las vías proinflamatorias y producción de citoquinas.En tercer lugar, puede activar el sistema inmune adaptativo, así como promover el desarrollo de la respuesta de las células T y B específicas del antígeno de alta afinidad y memoria inmunológica.El IFN tipo 1 puede proteger de las infecciones virales agudas, pero también podría exhibir efectos protectores o perjudiciales en infecciones bacterianas y enfermedades autoinmunes». |
Sulforafano. Ayuda a aumentar la respuesta al interferón tipo 1 |
Las sugerencias de dosis diarias provisionales proporcionadas por McCarty y DiNicolantonio para ayudar a controlar los virus de ARN, incluyendo la infección por influenza y coronavirus, son las siguientes:
Nutracéutico | Dosis diaria |
---|---|
Ácido ferúlico | 500 a 1000 miligramos (mg) |
Ácido lipoico | 1 200 a 1800 mg (en vez de ácido ferúlico) |
Espirulina | 15 gramos |
NAC | 1200 a 1800 mg |
Selenio | 50 a 100 microgramos (mcg) |
Glucosamina | 3 000 mg o más |
Zinc | 30 a 50 mg |
Beta-glucanos de levadura | 250 a 500 mg |
Extracto de baya del saúco | 600 a 1500 mg |
Fuentes y referencias
- CDC.gov, COVID-19 FAQ
- Worldometer.info Covid-19 Coronavirus Outbreak
- Nature February 15, 2020
- Maclean’s February 24, 2020
- Bioorg Med Chem. 2006 Dec 15;14(24):8295-306
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- Nutrients 2016 Mar; 8(3): 167, 5.1.2 Mechanism of Action
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- Integrated Chemists of the Philippines January 31, 2020
Texto original de Mercola.com