2018-05-01
En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó a los celulares como un «posible carcinógeno humano». A la luz de tres nuevos estudios, se ha solicitado a la IARC actualizar su clasificación como «probables» carcinógenos.
En febrero pasado se publicaron los resultados de dos estudios con animales del Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos (NTP). Las ratas macho expuestas a la radiación del celular tenían más probabilidades de desarrollar tumores cardíacos que las ratas no expuestas. También se observó daño en el ADN y tejido cardíaco.
En marzo, el Instituto Ramazzini publicó un estudio sobre la exposición de por demuestra un vínculo claro entre la radiación de los celulares y los tumores de células de Schwann–el mismo tipo de tumores encontrados por el NTP.
El estudio de Ramazzini encontró que la radiación de radiofrecuencia aumenta los tumores cerebrales y cardíacos en ratas expuestas. Esto, a pesar de usar niveles de potencia que fueron hasta 1000 veces más bajos que los utilizados en los estudios del NTP.
La transición a redes 5G aumentará drásticamente la exposición a la radiación, ya que requerirá la instalación de antenas pequeñas cada 75 metros, con el fin de garantizar la conectividad. En septiembre de 2017, más de 180 médicos y científicos de 35 países firmaron una petición para promulgar una moratoria sobre el lanzamiento de las redes 5G debido a sus posibles riesgos para la salud, señalando que: “ sus efectos incluyen mayor riesgo de cáncer, estrés celular, aumento de radicales libres dañinos, daños genéticos, cambios estructurales y funcionales del sistema reproductivo, déficit de aprendizaje y memoria, trastornos neurológicos e impactos negativos sobre el bienestar general en humanos.”