Investigadores de la División de Toxicología y Ciencias Humanas de la Salud de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos), publicaron un metaanálisis que demuestra cómo el preservante Timerosal, presente en Chile en vacunas como la Pentavalente, es muy peligroso para la salud, ya que genera una serie de daños a nivel cerebral y en otros órganos.
Al respecto, la diputada Cristina Girardi (PPD) señaló que, frente a este metaanálisis, junto con los datos entregados por el Instituto de Salud Pública (ISP) sobre la cantidad de Timerosal que contienen ciertas vacunas privadas y ministeriales, se debe levantar el veto presidencial para poder legislar sobre el tema.
Alejandra Vidal De la Cerda e Iván Andrés Santandreu, 2017-04-25.
Por años, ciudadanos comunes y corrientes, científicos, médicos, políticos y grupos pro vacunación libre y segura, han cuestionado a nivel mundial la seguridad del Tiomersal o Timerosal, producto que contiene mercurio orgánico en forma de etilmercurio y que se utiliza como preservante en algunas vacunas.
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Si bien el debate no ha estado exento de polémicas –sobre todo frente a los casos de niños que han manifestado problemas en el neurodesarrollo tras vacunarse, y de las acusaciones de financiamiento por parte de algunas farmacéuticas para demostrar que esta sustancia no es peligrosa- hoy pareciese que tras este nuevo estudio realizado por dos científicos de los CDC, dependientes del Departamento de Salud y de Servicios Humanos de Estados Unidos, se inicia una nueva etapa que debería generar debate entre defensores y opositores de este preservante, presente en algunas vacunas ministeriales, y también en algunas vacunas privadas.
Aun cuando por años el argumento de los CDC ha sido que el metilmercurio es dañino, y no así el etilmercurio, asegurando que la inclusión de este último compuesto en algunas vacunas no presenta riesgos para la salud, hoy ha quedado en evidencia que ambos son tóxicos.
Lo anterior es gracias a una revisión sistemática de la literatura, un estudio titulado Alkyl Mercury – Induced Toxicity: Multiple Mechanisms of Action (Toxicidad inducida por alquilos de mercurio: múltiples mecanismos de acción), y elaborado por los científicos John F. Risher y Pamela Tucker, de la División de Toxicología y Ciencias Humanas de la Salud de los CDC y publicado en Reviews of Environmental Contamination and Toxicology, de Springer International Publishing, el cual es enfático al señalar que tanto el etilmercurio como el metilmercurio son tóxicos.
Según el estudio, “hay muchas similitudes y aspectos comunes en el mecanismo de acción del metil y del etilmercurio”, siendo una de las principales consecuencias el “causar daño al ADN”, es decir, su capacidad mutagénica.
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Otras de las principales conclusiones del metaanálisis fueron:
– El metilmercurio (neurotoxina presente en algunos pescados) y el etilmercurio (presente en algunas vacunas como la del tétano y la de la influenza, en gotitas para los oídos y en aerosoles nasales) son igualmente tóxicos para los humanos. El metilmercurio y el etilmercurio comparten algunas propiedades químicas comunes, y ambos alteran significativamente el desarrollo y función del sistema nervioso central.
– El Timerosal es extremadamente tóxico a muy bajas exposiciones y es más dañino que el metilmercurio en algunos estudios. Por ejemplo, el etilmercurio es más destructivo en las mitocondrias de las células que el metilmercurio.
- El etilmercurio del Timerosal no abandona el cuerpo rápidamente como se ha dicho siempre, sino que es metabolizado en altísimas formas neurotóxicas.
“Durante años la prensa no ha sido capaz de cuestionar ni de fiscalizar lo que dicen los funcionarios de la salud pública”.
Como se mencionó previamente, el argumento era que el etilmercurio era más seguro que el metilmercurio, porque el primero desaparecía más rápido de la sangre que el segundo. Sin embargo, el etilmercurio no abandona el cuerpo, sino que migra con mayor rapidez a los órganos, incluido el cerebro, según lo que ha evidenciado este estudio reciente.
En una entrevista otorgada al canal CNN durante febrero de 2014, el Presidente del Colegio Médico y Director Médico del Centro de Información Toxicológica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), Dr. Enrique Paris, señaló estar en contra del Timerosal en las vacunas, “porque hay mucha evidencia que apunta a que el Timerosal se transforma en etilmercurio dentro del organismo, y produce diferentes daños. Aquí todo se ha querido relacionar con el autismo y no es así. Se sabe que el etilmercurio produce daños en muchas células del organismo, favorece la muerte celular, produce necrosis celular, altera los mecanismos de inmunidad, produce daño renal, y además puede producir daño neurológico”.
Otro dato que aporta el médico pediatra de la PUC en la entrevista mencionada es que “el Timerosal, cuando entra al organismo, se acumula en el cerebro de un niño entre un 35% a un 40%, y eso nadie lo puede negar”.
Y al igual que el Dr. Paris, también otros médicos han advertido o denunciado los peligros del Timerosal. De la misma manera, existen profesionales que han declarado la existencia de estudios manipulados y fuertes presiones de grupos farmacéuticos.
Un claro ejemplo es el del excientífico de los CDC, William Thompson, quien declaró que él y sus colegas manipularon intencionalmente los datos de un estudio de seguridad de vacunas. Según la confesión, eliminaron la correlación encontrada entre el autismo y la vacuna Tres Vírica administrada a niños afroamericanos.
En la oportunidad, Thompson entregó muchísimos archivos al congresista Bill Posey, quien en 2015 pidió una investigación sobre el tema, la cual aún no se ha llevado a cabo. El testimonio del Dr. Thompson sobre el ocultamiento de datos por parte de los CDC se encuentra documentado en el libro: Vaccine Whistleblower: Exposing Autism Research Fraud at the CDC (Denuncia sobre la vacuna: revelación del fraude de investigación de autismo en los CDC) y en la película Vaxxed, retirada del Festival de Tribeca por presiones de grupos de poder.
En la otra vereda, Robert Kennedy Jr. y Robert De Niro lanzaron un verdadero desafío a los periodistas, en donde señalaron que entregarán 100.000 dólares a quien pueda encontrar un estudio que demuestre que los niveles de mercurio en vacunas son seguros para bebés y fetos.
Kennedy, quien dirige el World Mercury Project, una organización sin fines de lucro dedicada a combatir todas las formas de contaminación por mercurio y autor del libro Thimerosal: Let the Science Speak (Timerosal: permitan que hable la ciencia), decidió lanzar esta iniciativa, porque a su juicio durante años la prensa no ha sido capaz de cuestionar ni de fiscalizar lo que dicen los funcionarios de la salud pública.
“Vamos a ofrecer una recompensa de 100.000 dólares (“The 100K Challenge” o el Desafío de los cien mil), a cualquier periodista u otra persona que pueda señalar un solo estudio existente que asevere que es seguro inyectar mercurio en los bebés y en las mujeres embarazadas, en los niveles que actualmente estamos inyectando en la vacuna contra la influenza”. Kennedy planteó el desafío en una conferencia de prensa en el National Press Club, en Washington DC, el 15 de febrero del presente año, agregando que se convocó a un panel de científicos de todo el mundo para que actúen como jueces sobre cualquier estudio recibido.
Durante la conferencia de prensa, se mostraron además 240 estudios científicos indexados en PubMed, que evidencian diversos daños asociados al uso del Timerosal.
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Vacunas con Timerosal en Chile
Ante la confirmación por parte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos (CDC), relacionada con el aumento desproporcionado de autismo (en 2008 la prevalencia era de 1 en 88, mientras que en 2012 hubo un incremento de un 78%), Estados Unidos comenzó a retirar el Timerosal pese a que la FDA (organismo que autoriza los medicamentos en Estados Unidos) ya en 1999 había hecho un llamado al respecto.
Sin embargo, se ha seguido administrando por años a través de algunas vacunas, particularmente en países del tercer mundo, por recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para así garantizar que se vacune a la población, a pesar de que el mismo compuesto se ha retirado de todas las vacunas en Europa, Rusia y Japón, en las vacunas para animales y se ha prohibido en su uso tópico (uso en la piel) desde los años 80.
El debate en Chile llegó a su punto álgido cuando el exministro de Salud, Jaime Mañalich, reconoció la alta concentración de etilmercurio en las vacunas contra la influenza destinadas a bebés y niños, con 25 microgramos (µg) de Timerosal, cuando la norma establece un máximo de 0,06 µg para niños de 2 meses.
Si bien en un comienzo el exministro patrocinó el proyecto parlamentario que prohibía el uso de este preservante, luego se contradijo y defendió su uso, lo que más tarde se traduciría en un veto presidencial que impide la promulgación de una ley que prohíba el uso de Timerosal en las vacunas, y que hasta el día de hoy se mantiene, pese a que existen otros preservantes que podrían utilizarse.
Aun cuando en nuestro país el CAVEI (Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización) concluyó durante 2011 que es necesario retirar en el más breve plazo el Timerosal de las vacunas, este tipo de preservante sigue existiendo, dado que las vacunas que lo contienen son más económicas en contraposición a las que no lo tienen.
Para hacerse una idea, la vacuna Pentavalente (prevención de la difteria, tétanos y hepatitis B, entre otros), que se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses, en su versión privada tiene un valor aproximado de 60.000 mil pesos por cada dosis. La versión ministerial contiene 25 µg de mercurio, según un documento oficial de fecha 25 de enero de 2017, entregado a la diputada Cristina Girardi por parte del Doctor Alex Figueroa, Director del ISP.
Cabe señalar que la Academia de Ciencias de Estados Unidos ha establecido que la dosis máxima de mercurio vía oral, en forma crónica y en población adulta es de 0,1 µg/kg/día. Solamente esta vacuna, cada vez que se administra, supera entre 24 y 48 veces el límite diario máximo señalado, y esto sin considerar que se trata de lactantes y que la vía de administración no es oral.
La diputada Cristina Girardi (PPD), quien ha patrocinado desde el año 2010 a grupos pro vacunación libre y segura, señaló que frente a los antecedentes entregados por el ISP y a los resultados arrojados por el metaanálisis, conversó con la diputada Karol Cariola, Presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara, porque según la información enviada por el ISP, las vacunas mantienen una gran cantidad de Timerosal, a pesar de un compromiso del Gobierno de Sebastián Piñera de reducir este compuesto.
“Hoy parece que eso se fue al tacho de la basura, que volvimos a fojas cero, a una situación peor de la que estábamos antes de empezar a tramitar el proyecto”, señala la diputada, y agrega que durante el Gobierno de Piñera hubo un acuerdo verbal en donde se estableció que las vacunas no deberían tener más de 6 microgramos de Timerosal por dosis, lo cual no quedó escrito en ninguna parte ni en ningún decreto. “Fue un compromiso de palabra del Gobierno de Sebastián Piñera. Y al Gobierno actual realmente le ha importado un bledo la salud de los niños de este país, porque claramente para ellos el principio precautorio no es un tema que tengan que considerar. Realmente este Ministerio es peor que el de Piñera, que al menos te confrontaba. Aquí es como si no existiera el problema”.
En la misma línea, la diputada Girardi expuso a Cariola los resultados evidenciados por el estudio recientemente publicado, reforzando que según los CDC tanto el etil como el metilmercurio tienen el mismo nivel de toxicidad.
“Cuando tramitamos el proyecto, esta información no estaba a la vista, y hoy es necesario considerarla, porque plantea la posibilidad de que existan antecedentes importantes para exigir que el Gobierno elimine el veto”.
Por lo mismo, Girardi conversará nuevamente con Cariola para que el tema se ponga en tabla.
Seguridad de las vacunas
Para acceder a vacunas privadas, no solo hay que pagar, sino que además el médico pediatra debe entregar una orden en donde se exprese que la vacuna debe ser privada, según lo señalado por varias clínicas, quienes además entregaron información muy distinta sobre la presencia de Timerosal, desde el hecho de asegurar que “todas las vacunas tienen timerosal”, hasta la afirmación de que “desde el año 2012 las vacunas no tienen ningún tipo de mercurio”.
Felipe González Nanjari, vocero del Movimiento “Libertad de Vacunación en un Chile Democrático”, señala que han recibido casos de niños dañados por vacunas con Timerosal. “En alrededor de 8 a 10 casos, se ha comprobado que el daño lo ha causado el mercurio. Estos casos pudieron verificarse gracias a que los padres tuvieron la posibilidad de enviar a sus hijos a Estados Unidos, donde los exámenes arrojaron que tenían altos niveles de mercurio y de aluminio en su organismo, muchos fuera de toda norma”.
Por lo mismo, han recibido apoyo de médicos, “pero todo en un bajo perfil. Son pocos los médicos que se atreven a manifestar su postura antivacunas o en favor de la libertad de vacunación. En el caso de los parlamentarios, Cristina Girardi sigue apoyándonos, siendo un gran aporte, ya que ha sido una portavoz y nos ha respaldado, luchando junto a nosotros por aquellos damnificados por las vacunas y también en nuestra lucha por la libertad de vacunación, por un consentimiento informado, por la educación a los padres sobre la vacunación y por la responsabilidad del Estado, para llegar a un sistema de compensación por daños de vacuna”.
Al respecto, Girardi afirma que “ninguna de las personas que ha planteado el proyecto es antivacuna. Buscamos que el Estado de Chile tenga la obligación de garantizar vacunas seguras, y no servir a los intereses de los privados ni de la industria. Aquí claramente el Estado de Chile sirve a los intereses de la industria farmacéutica, ya que no se inclina por otras alternativas a pesar de que sí existen. Por ejemplo, la vacuna de papiloma humano, que ha sido muy cuestionada a nivel mundial, el Gobierno no tuvo ningún asco en utilizarla sin ningún tipo de cuestionamiento, siendo que en el tema del cáncer cérvico uterino se ha demostrado que lo que efectivamente ha bajado la prevalencia de cáncer ha sido el examen de PAP, que por lo demás no tiene efectos adversos y que, pese a que en Chile no se aplica con una cobertura del 100%, ha tenido un impacto importantísimo”.
La Tabla 1 muestra los niveles de sobrexposición al mercurio que presentan los niños desde su nacimiento hasta los 18 meses, de acuerdo al Calendario de 2017 del Programa Nacional de Inmunizaciones. A pesar de los impresionantes niveles de sobrexposición observados y para mayor preocupación, se debe considerar adicionalmente que los niveles de exposición observados están dados únicamente por el contenido de mercurio en las vacunas y no considera otras fuentes de exposición mercurial, tales como los alimentos (en especial, el pescado), la leche materna, el agua u otras fuentes de contaminación del ambiente. Estudios hechos en Canadá han estimado que las vacunas conteniendo timerosal representan solamente el 50% de la exposición mercurial a la que los niños son sometidos tan solo durante su primer año de vida.
Por otra parte, los niveles de máxima exposición recomendados fueron establecidos para la exposición oral, y es dable de esperar que, si éstos se administran por vía parenteral (como es el caso de las vacunas), la exposición sea incluso mayor, pues los niveles peak sanguíneos aparecen mucho más rápidamente.
Adicionalmente los rangos de máxima exposición permitidos han sido establecidos para adultos con un peso promedio de 70 kg; se sabe que los fetos en desarrollo y los niños pequeños son mucho más susceptibles a la toxicidad mercurial con respecto a los adultos, en proporción al peso o la superficie corporal.
La pregunta es entonces por qué –y como en muchas otras cosas- solo algunos pueden acceder a vacunas más seguras, mientras que otros no pueden hacerlo; por qué el Estado no es garante y por qué no se puede legislar sobre el Timerosal, si ya está demostrado que es tóxico.
Girardi comentó al respecto que durante el año 2012 comprar vacunas seguras implicaba 10.000 millones de pesos más en el presupuesto. “El Gobierno, cuando patrocinó el proyecto de ley, solicitó que no fuera a Hacienda, porque planteaba que tenían los recursos a pesar de que otras vacunas eran más caras. Mientras se tramitaba el proyecto y el Gobierno decidió quitar el patrocinio, el mismo Gobierno gastó todo el presupuesto en la vacuna de la meningitis, teniendo luego que suplementar ese presupuesto. Entonces, no es un problema de recursos. Si el país y el Ministerio de Salud lo ven como una situación necesaria para la salud de la población, claramente el problema no son los recursos. El tema es que el Gobierno no quiere aplicar el principio precautorio, no quiere ver la evidencia y quiere servir a los intereses de la industria. ¡Y pasa en todo el mundo, Chile no es la excepción! La salud en el mundo tiene que cambiar de paradigma, tiene que dejar de servir a los intereses de la industria y comenzar a servir a la gente”, concluye la diputada Girardi.