“La asesora del grupo de medicinas complementarias del Ministerio de Salud, Mónica Galanti de la Paz, conversa con Revista Mundo Nuevo sobre el nuevo impulso de parte del Ministerio en relación a la integración de las terapias complementarias al sistema público de salud, y en concordancia con la estrategia 2014-2023 de la Organización Mundial de la Salud sobre la importancia de la medicinas complementarias y tradicionales en los distintos países.”
Iván Santandreu conversa con Mónica Galanti / Fotografía: Alina Díaz. 2015-11-15
La regulación de las terapias complementarias es una situación de debate tanto en Chile como en el mundo. El marco de la situación actual se encuentra en las estrategias que está impulsando la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el reconocimiento de éstas por parte de los gobiernos, como una forma de sanación complementaria a la medicina oficial para que, de este modo, puedan ser integradas a los sistemas de salud nacionales.
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Si bien es cierto que se han dado pasos al respecto, como la aprobación del Reglamento para el ejercicio de las prácticas médicas alternativas como profesiones auxiliares de la salud y de los recintos en los que éstas se realizan (Decreto Supremo N°42, con fecha de junio de 2005), este proceso no ha estado exento de diferencias y conflictos, en los que es necesario llegar a acuerdos para poder avanzar en la implementación de estas políticas.
En este sentido, Mónica Galanti, pediatra y terapeuta floral, fue contactada por el Ministerio de Salud (Minsal) durante 2014 para desempeñarse como asesora del grupo de medicinas complementarias y así lograr avanzar hacia una regulación en la que las visiones de todos los participantes pudiesen llegar a acuerdo.
¿Cuál es el trabajo específico que estás desempeñando en este grupo de diálogo y en qué etapa se encuentra el trabajo del Minsal en cuanto a las terapias complementarias?
El objetivo es poder avanzar en la regulación de las otras terapias en las que aún no había avances en relación a políticas públicas. Fue para mi muy bonito percibir esta apertura desde el Ministerio de Salud hacia la integración de las terapias complementarias, ampliando su regulación no solo a la homeopatía, la acupuntura y la naturopatía, sino también a las terapias que se ofrecen con mayor frecuencia, como son la terapia floral, el biomagnetismo y el reiki. Además, de otras terapias como el yoga, la musicoterapia, la sintergética ¡y tantas otras! Entonces, me pidieron ampliar la regulación existente, ya que existe la intención desde el Ministerio de poder dar respuesta a la demanda de la población por estas terapias.
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¿Por dónde comenzaste?
Al comienzo no sabía muy bien por dónde empezar. Es fundamental un diálogo entre los terapeutas y el Ministerio de Salud ya que los paradigmas relacionados a salud, enfermedad, vida y muerte son muy diferentes. Y se hace necesario un diálogo también entre los mismos terapeutas. Pensé que lo importante era mostrar el beneficio que estas terapias tienen en la salud de la población, como también lo inocuas y no invasivas que son. Por lo mismo, es necesario este diálogo, el que pasa no solo por las personas, sino también por las estructuras y las leyes, lo que también es bueno, porque de alguna manera asegura la permanencia de éstas independiente del gobierno del momento.
La regulación de la acupuntura, la homeopatía y la naturopatía para muchas personas fue polémico, ¿cuál es tu visión al respecto?
Yo no soy acupunturista ni homeópata ni naturópata, por lo que comencé por conocer esto cuando llegué a trabajar acá. Percibí molestia respecto al decreto N°42, del régimen regulatorio de las prácticas médicas alternativas. Sin embargo, también creo que falta un poco de apertura en este tema, de entender que se trata de un comienzo, y eso es un logro. Cuando se quiere iniciar un nuevo camino se pueden cometer errores sin que necesariamente exista mala intención. Es posible que en estas dificultades influya desconocimiento por ambos lados, no solamente desde el Ministerio en relación con terapias complementarias, sino que también desde los terapeutas respecto a políticas públicas y roles ministeriales. Es decir, la conversación se centra en las diferencias en lugar de intentar llegar a acuerdos comprendiendo la mirada de ambas partes, y creo que eso dificulta un poco el diálogo y el avance en relación a políticas de salud.
En este sentido, ¿Cómo ves el llegar a un consenso entre ambas partes?
Aquí hay muchos integrantes y distintas visiones, por lo que debemos aunar criterios y conversar para poder llegar a puerto con respecto a las terapias complementarias, su reglamentación e integración a la medicina oficial. Entonces, mientras esto no ocurra, va a ser difícil. Si hay un problema con el decreto 42, se puede volver a intentar una nueva propuesta.
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Considerando que el decreto 42 no fue un hito muy positivo, ¿sientes que hace falta una visión constructiva, una propuesta desde las mismas terapias que muestre otras alternativas?
Exacto. Fue un comienzo y ahora debemos continuar ojalá aportando entre todos, de una manera constructiva, con respeto, que trate de comprender las distintas visiones y buscar caminos para lograr integrar las terapias complementarias y poder ofrecer una salud más integrativa a los habitantes del país. La idea es plantear esta visión con buenas intenciones.
Este problema de integración de miradas, ¿sucede también en otros países?
Sí. Cuando fui a China en marzo de este año, me di cuenta que la regulación e integración de terapias complementarias a la medicina oficial es compleja en todo el mundo, incluyendo los países orientales. La medicina oficial se ha instalado con mucha fuerza, la tecnología ha tenido grandes avances logrando importantes y valiosas cifras de sobrevida, lo que ha dificultado poder encontrar el sitio de las terapias denominadas complementarias, las que aportan de una manera muy valiosa en la visión da salud y enfermedad ya que se centran en el ser humano y en la calidad de vida. Creo que este es el rol de las terapias complementarias, el de aportar en la humanización de la medicina. Entonces, nosotros, como terapeutas, tenemos que entender esto y preguntarnos cómo podemos aportar en este aspecto.
¿Cuál crees que es el aporte que realiza la medicina complementaria a la oficial?
En el minuto en que la medicina oficial se da cuenta del vacío que existe en relación a la sanación del ser humano y que a pesar de tener éxito en aumentar la sobrevida de la población, se abandonan aspectos como la calidad de vida y acompañamiento en momentos difíciles como es la muerte, se hace necesario buscar intentos de normativa e integración de ambas miradas. Se ha observado un importante aumento de enfermedades crónicas las que se asocian a un compromiso emocional y de los cuidadores de pacientes crónicos, los que también enferman aumentando así los problemas de salud mental, estos últimos también muy frecuentes como consecuencia de nuestro estilo de vida. Estas son debilidades de la medicina oficial y es ahí donde los terapeutas de medicina complementaria pueden aportar. Y no quiere decir que una sea mejor que la otra, sino que el aporte que pueda hacerse desde cada paradigma es necesario para mejorar la salud del ser humano y lograr así una salud integrativa basada en el respecto de ambas miradas.
¿Cuál es el rol de la OMS en estas políticas específicas que tiene el Ministerio de Salud?
El llamado de la OMS, a través de la estrategia 2014-2023, es a que los países busquen la forma de instalar políticas de integración. Es decir, lo que hace la OMS es instar a sus países miembros a buscar estrategias y propuestas para esta integración. En los países con bajos recursos, donde la medicina oficial es escasa, la población recurre a la medicina tradicional, de sus pueblos originarios, logrando respuestas exitosas. Por lo tanto, la OMS comprende que esto está sucediendo y que es un apoyo, una colaboración a la salud de las personas. Actualmente en nuestro país, tenemos leyes de pueblos originarios que protegen su medicina y eso significa una apertura desde el Ministerio de Salud y del Gobierno de Chile, lo cual va ligado a la visión de la OMS.
Luego, están las terapias comple-mentarias, que son distintas a la medicina tradicional. Esto no significa que sean mejor ni peor, ambas tienen que ver con la salud de la población. Todas tienen un objetivo común, que es el bienestar del ser humano; y es muy bueno que a cada una se le vaya dando su lugar.
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¿Cuáles son los próximos pasos de esta política de integración en Chile? ¿Con qué terapias y bajo qué mecanismos?
Bueno, es una situación compleja debido a la diferencia entre ambos paradigmas, pero está la voluntad política de hacerlo. Por lo mismo, hemos querido comenzar con prácticas complementarias en las que no se han demostrado efectos adversos y no son invasivas: por ejemplo, el biomagnetismo, el reiki, la sintergética, la auto-observación neutro consciente, la musicoterapia, la sonoterapia, el yoga, el tai chi, y la terapia floral, entre otras. La idea, en definitiva, es reconocerlas por su esencia, por lo que son, entendiendo el aporte que entregan a la salud, en relación a la prevención y promoción de estilos de vida saludable. La idea es poder centrarnos en una política de la salud más que en la de la enfermedad.
Es decir, lo que se busca es reconocer las terapias complementarias como un aporte a la salud de las personas
Exacto. Se quiere reconocer el aporte que pueden hacer las terapias complementarias a la salud de la población en cuanto a su promoción de la salud y estilos de vida saludable. Y es precisamente en el área de prevención de enfermedades donde se quiere enfocar, más que en la enfermedad.
¿Esto sería una política de Estado o de Gobierno? ¿Será algo permanente en el tiempo?
La idea es que sea algo permanente en el tiempo, para que no dependa del gobierno del momento; que sea como una primera piedra a partir de la cual uno pueda decir que el Estado de Chile elabora una política en la que reconoce que estas terapias hacen un gran aporte en la calidad de vida, prevención y promoción de vida saludable y en ocasiones corrigiendo problemas de salud.
Entonces, el mensaje sería tratar de aunar esfuerzos y voluntades con buena disposición de todas las partes para llegar a buen puerto, ya que aparentemente están todas las condiciones desde el Ministerio.
Exactamente. Aquí yo entiendo que el esfuerzo es de todos: del Ministerio, mío y de la gente con la cual trabajo, como también de los terapeutas. Por lo tanto, creo que la actitud correcta es entender que la situación es compleja, porque se debe integrar diferentes visiones de vida, salud, enfermedad y muerte y todo esto debe armonizarse con la normativa vigente, pero que desde el Ministerio de Salud está la voluntad de avanzar en ello.
Mónica Galanti de la Paz es pediatra y nefróloga infantil. Trabaja en el hospital Roberto del Río, en la Universidad de Chile como docente de alumnos de medicina y en el Ministerio de Salud como asesora en medicinas complementarias. Es terapeuta floral, médico sintergética y además posee nivel I de Reiki. |