Durante las últimas décadas, una red hecha de la luz de los amantes de Dios comenzó a formarse alrededor del mundo. Esta trama de luz es el receptáculo interno de la conciencia del futuro o conciencia unitiva, que está siendo dada a la humanidad.
Llewellyn Vaughan-Lee
Una red de luz y amor ha sido creada alrededor del mundo. El objetivo de esta red o tejido es ayudar a la humanidad y al planeta en el próximo estadio de su evolución, auxiliando al mundo a despertar a su naturaleza divina. Para que una transformación o despertar verdadero y perdurable tenga lugar, se necesita crear un recipiente interno. Esta red de luz es el receptáculo interior para la conciencia del futuro, una conciencia que está siendo entregada a la humanidad.
El trabajo espiritual toma muchas formas de expresión. Conocemos el trabajo de purificación interior, las devociones del corazón, la práctica de meditación. Mediante el trabajo individual interno nos alineamos con nuestra naturaleza divina y gradualmente despertamos a una verdad más profunda que se halla oculta dentro de nosotros. Hay también otra dimensión del trabajo espiritual que hasta el momento ha permanecido casi totalmente secreta y conocida tan sólo por los iniciados. Este es el trabajo que los individuos y los grupos espirituales realizan en los planos o mundos internos, ayudando a la humanidad desde el interior mismo. Del mismo modo en que un ser humano está rodeado de un aura de luz y energía, también el planeta está rodeado de una estructura de luz. El equilibrio de la energía en esta estructura ayuda a mantener la vida en el planeta. Los místicos siempre han colaborado con la luz, por ejemplo reflejándola en los lugares donde hay demasiada oscuridad o manteniendo concientemente un espacio abierto con el recuerdo de Dios, permitiendo así que la gracia fluya dentro del mundo.
Los efectos del trabajo de luz se hicieron casi palpables luego del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. En ese entonces, tanto individuos como grupos de todo el mundo meditaron y oraron, ayudando así a reparar la trama interna de la vida que había sido desgarrada por la violencia de la terrible tragedia. Uno podía sentir la cobertura de amor y devoción que se creó gracias al trabajo realizado por todas las almas que se ocuparon de esta tarea.
“Esta red de luz es el receptáculo interior para la conciencia del futuro, una conciencia que está siendo entregada a la humanidad.”
Grupos espirituales e individuos siempre han trabajo en los mundos internos, llevando amor y luz a donde se necesita. Por medio de sus plegarias, devociones y otras prácticas ellos colaboran con el trabajo, en forma consciente o inconsciente. Tradicionalmente Sus amantes y los awiliyâ, los amigos de Dios, cuidan del bienestar del planeta, “manteniendo la vigilia sobre el mundo y por el mundo”. La mayoría del trabajo espiritual ocurre en el nivel del alma y se oculta de nuestra conciencia diaria, aun de aquellos que están directamente ligados a esta tarea. Es difícil para la mente comprender niveles de realidad más allá de nuestra percepción inmediata, y a menudo es mejor para el ego no saber que estamos haciendo. La inflación o agrandamiento psicológico es algo de lo que nos tenemos que cuidar todo el tiempo.
Sin embargo, ahora hay necesidad de que los buscadores espirituales sepan un poco del trabajo que se está realizando en los mundos internos. En Occidente, hemos identificado el trabajo espiritual excesivamente con el camino interno individual o con actos de servicio externo. Necesitamos reconocer que somos parte de un grupo de amantes espirituales que están ayudando al mundo a venir a la vida con amor, trabajando desde adentro para redimir un mundo que ha sido profanado con el materialismo y el olvido de Dios.
Durante las últimas dos décadas una red hecha de la luz de los amantes de Dios comenzó a crearse alrededor del mundo. Cuando vislumbré esta trama por primera vez, me quedé absorto tanto por su belleza como por su propósito. Escribí:
Los amantes de Dios están realizando un mapa hecho de puntos de luz…En este momento, Sus amantes están siendo posicionados alrededor del planeta. Algunos de ellos ya se han posicionado. Otros se están mudando a lugares físicos determinados, al mismo tiempo que los corazones de algunos buscadores están despertando a este propósito velado. Lentamente, este mapa se está expandiendo y en algunos lugares importantes hay un mayor número de místicos constituyendo conjuntos de puntos de luz. Ciertos grupos espirituales se han formado o se están fundando actualmente, para contener a estos conjuntos de personas y permitir que actúen como centros dinámicos de luz.
Cuando este mapa de luz alrededor del mundo este íntegramente constituido, será capaz de contener y transformar la estructura energética del planeta. Tiene el potencial de ser el lazo que permitirá al Alma del Mundo, el anima mundi, ser impregnada con una conciencia superior a la actual. Los corazones de los amantes de Dios forman parte del corazón oculto del planeta. A medida que el mapa se va formando, sus corazones pueden abrir el corazón del mundo. En este período cósmico, el planeta se está alineando con su fuente interna, dejando que el mundo sea infundido con una cierta energía cósmica que podría acelerar dramáticamente la evolución del planeta. Si el corazón del mundo se abriese, podría recibir esta frecuencia de energía cósmica e implantarla directamente en el corazón de la gente. Permitiría alterar la vida de los seres humanos mucho más de lo que podemos imaginar. Es para colaborar con esta apertura del corazón, que muchas almas experimentadas y viejas, han encarnado en este tiempo específico y están trabajando juntas.
“Una red de luz y amor ha sido creada alrededor del mundo. El objetivo de esta red o tejido es ayudar a la humanidad y al planeta en el próximo estadio de su evolución, auxiliando al mundo a despertar a su naturaleza divina.”
A través de los años, la red de luz y amor se ha hecho más definida, interconectada y está cubriendo más plenamente al planeta. He visto el arribo de esta energía, en sueños y en visiones de algunos amigos, expresando una nueva imagen de unicidad divina que existe ahora en el planeta. Una amiga tuvo un sueño en el que ella era parte de una membrana de luz y amor que cubría el mundo entero. Otro amigo soñó que “alrededor de la tierra hay una hermosa red del luz donde todo se mueve, como si fuesen pequeñísimas estrellas y soles. Estaba fascinado con la armonía que había en tanta luz y movimiento y tan pocas coaliciones”.
Una compañera de sendero tuvo una visión en la que vio “una trama entretejida dorada gigantesca, compuesta de círculos u octógonos, cada círculo perfectamente fundido en el siguiente. Supe que esta red acaba de venir a la existencia como un todo, o como una parte de un todo. Recién ha sido creada, y es descomunalmente poderosa”.
Y otro compañero de viaje describe una imagen similar que vio durante meditación: “vi una red dorada casi esférica sobre una negrura total. Estaba hecha de un hilo de oro extremadamente fino, y las hebras que llegaban al centro estaban en algún punto dobladas o torcidas formando unos símbolos de escritura arábiga que no pude leer. Sin embargo, de algún modo supe que tenía que ver con los aspectos de Dios. El centro era un círculo u octógono vacío. Las fibras que cruzaban los radios de la esfera no tenían escritos. Sólo eran los rayos los que llevaban los aspectos de Dios”.
Todos estos sueños y visiones llevan consigo una cualidad de luz y totalidad, y una energía que vive con la unicidad de la divina presencia. Y ellos han tenido la sensación de que algo esta viniendo a la existencia, de que algo está llegando a los límites de la conciencia. Los místicos siempre han trabajado en los límites de la conciencia, donde nueva vida llega desde lo increado y amorfo, de la Nada, a la manifestación. Ellos están familiarizados con una vastedad inconmensurable, océano infinito, desde donde el amor fluye hacia el mundo. Es aquí, al borde del más allá, donde se producen los primeros cambios, y es en este lugar donde la nueva energía se halla dinámicamente viva fluyendo dentro de la creación.
Amor incondicional
También hay fuerzas que se oponen a este nuevo despertar, que quieren mantenernos agarrados a sus estructuras de poder, esclavizándonos con deseos de avidez, codicia e interés propio. Ellos han contaminado hasta la arena espiritual, donde se estimula el auto-perfeccionamiento en vez del servicio desinteresado. No se puede vender devoción o publicitar la entrega a Dios. El amor no tiene estructuras de poder ni jerarquías, no está a la venta. Se da libremente de corazón a corazón a lo largo de la red de unicidad que nos conecta a todos. Mas en la densidad de nuestras formas mentales nos hemos olvidado de que los verdaderos regalos de Dios, como la luz del sol, son gratis, siempre. Por centurias los secretos del amor de Dios y el conocimiento de la Unicidad han pasado libremente de corazón a corazón en secreto, mientras el mundo continuó su camino sin darse cuenta.
Una trama de luz se ha creado alrededor del planeta para ayudarnos en esta transición. Mediante la red, lo invisible se hace visible, los signos de Dios se revelan de una nueva manera. En la energía de la Unidad de Dios, los opuestos ya se han unificado. Pero el amor nos necesita para poder transformar este potencial en una manifestación concreta, para que forme parte de la trama de nuestra vida cotidiana. Sin nuestra participación el potencial se convertirá en una promesa vacía que nunca llagaría a ser.
Este es el trabajo de los amantes de Dios, de aquellos cuyas almas enamoradas se ponen al servicio de Su amor. Los amantes saben cómo entregarse al momento presente, saben cómo existir en el eterno ahora. No tienen miedo de las consecuencias de sus acciones porque sienten que únicamente Su amor es real. Ellos hacen honor a la promesa de sus almas de “atestiguar Su Unicidad”. En el espejo de sus corazones un secreto está naciendo, y en la red de amantes este secreto está llegando a la vida. La humanidad ha olvidado que el planeta puede transformarse exclusivamente por medio del amor que es el poder más grande que existe en la creación. Pero sus amantes siempre lo han sabido, y hace mucho tiempo ellos se entregaron al trabajo de Su amor.
Sin esta nota central de amor puro, el futuro no llegará nunca a ser más que un sueño, y las formas del pasado nos encerrarán mucho más apretadamente que antes. Con amor, la felicidad retornará, y la alegría limpiará la polución del mundo, las formas mentales negativas y los patrones de codicia que devoran la mayor parte de nuestra energía y fuerza vital. Cuando la alegría vuelva a la vida y al corazón de la humanidad, la tierra nacerá de una nueva forma. El Alma del Mundo cantará la Unicidad de Dios y nosotros comprenderemos por qué estamos aquí.
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Adaptación de Working with Oneness, The Golden Sufi Center.