¿Sabe usted si duerme en un lugar energéticamente seguro? ¿Se nota a usted mismo falto de vitalidad, crónicamente cansado, estresado, adolorido, tenso, insomne o inestable emocionalmente? Si su respuesta es afirmativa, entonces la información que le proporciona el autor podría serle de utilidad.
Por José Dekovic
En este mundo, a comienzos del milenio, el moderno Homo sapiens, que quizás debiera denominarse Homo digitus, cada vez con mayor intensidad y presencia, se hace consciente de ciertos peligros o riesgos que atentan contra su calidad de vida, su salud y, eventualmente, su propia vida. Muchas fuerzas ocultas de la Tierra y del Cosmos ya las conocían e investigaban desde hace más de cuatro milenios los geomantes chinos a través de lo que conoce con el nombre de feng shui (viento – agua). Ellos estudiaban las relaciones energéticas del ser humano con las energías telúricas, cósmicas y otras. En la actualidad, arquitectos modernos y de prestigio aplican el feng shui y la radiestesia en su ámbito profesional.
El fenómeno de contaminación electromagnética se manifiesta en el templo del culto al Dios Tecnología. Así, y cada vez con mayor frecuencia y severidad se presenta esta agresión de origen físico, como campos magnéticos, campos eléctricos y campos electromagnéticos muy débiles, los que alteran –con saña gradual, indolora y letal- el sistema neurológico, generando estrés y la depresión con su carga de miedos, angustias, insomnios, enfermedades, etc.
Desde hace algunos años la medicina del hábitat, geobiología o domobiología, se entroniza como el pilar en torno al cual se investigan y se corrigen todos los aspectos nocivos generados por la contaminación telúrica (geosmog), la contaminación electromagnética (electrosmog) y combinaciones de geosmog/electrosmog, y sus efectos en el equilibrio natural de la bioenergía humana.
En este trabajo se plantean y denuncian los graves peligros de las consecuencias engendradas por las contaminaciones antedichas, así como las patologías derivadas de éstas. Asimismo, cabe hacer notar que la radiestesia se constituye en la herramienta que permite detectar el geosmog y el electrosmog con una exactitud impresionante.
Las energías que son manipuladas a nivel celular en el ser humano son energías muy débiles o sutiles y, en forma correspondiente, las energías que se manifiestan en el geosmog y electrosmog también son sutiles y afectan el funcionamiento normal de las células sanas.
Contaminación telúrica
El ser humano vive durante toda su vida sobre la superficie de la Tierra en armonía con su nivel vibratorio cuando las condiciones son normales, lo cual ocurre afortunadamente la mayor parte del tiempo. Cuando las condiciones ambientales cambian, el hombre se percata de la presencia de fuerzas invisibles a través de los efectos telúricos, como es el caso de los terremotos, tifones, erupciones volcánicas, huracanes, etc. El caso es que en este planeta vivimos sobre un magma energético.
La contaminación generada en la Tierra proviene de radiaciones ocasionadas por corrientes de agua subterránea, fallas tectónicas (geológicas), concentraciones de minerales y de cavidades subterráneas. La radiación natural telúrica cuya longitud de onda corresponde aproximadamente a 6.500 Angströms (valor considerado neutro para el ser humano) es alterada por las radiaciones indicadas, llegando a niveles vibracionales más bajos, los mismos que afectan desfavorablemente a todos los organismos vivos inmersos en su radio de acción.
Así como las radiaciones nocivas le quitan la energía vital a la persona, también afectan el funcionamiento de la glándula endocrina Timo, cuya función principal se relaciona con el sistema inmunológico del ser humano. Al deprimirse la operación normal del Timo, bajan las defensas del organismo y así el terreno está preparado para que la enfermedad se manifieste en las áreas más débiles.
En el Boletín Nº 7 (1995) de la Dulwich Health Society de Londres, Inglaterra, se señala que el factor común que prevalece en casi todas las enfermedades físicas y psicológicas crónicas lo constituye el estrés geopatógeno como el factor detonante, lo cual se comprobó en más de 25.000 casos de personas enfermas. Son elocuentes las estadísticas presentadas en dicha publicación.
Contaminación cosmotelúrica
El planeta Tierra se encuentra constantemente bombardeado por radiaciones que provienen del espacio sideral. Esta radiación cósmica omnidireccional penetra en la superficie terrestre hasta diferentes profundidades, según sean las propiedades piezoeléctricas del manto geológico, y rebota. De la interacción dinámica de la radiación incidente y de la radiación reflejada se generan diversas cuadrículas o grillas de franjas o muros electromagnéticos que son neutros para los seres vivos, pero cuyos cruces son nocivos para todos los seres vivos.
Se han detectado grillas electromagnéticas que van de norte a sur y otras que son diagonales con respecto a este eje, las que son de particular relevancia e importancia para la salud del ser humano. Han registrado estas grillas Peyré, Whittman-Curry y Hartmann.
El radiestesista debe localizar los cruces de las grillas indicadas sobre todo en los lugares ocupados por las camas y los lugares de trabajo.
Contaminación electromagnética
Las radiaciones nocivas también son generadas por artefactos construidos por el hombre. De especial importancia son las radiaciones nocivas producidas por cables de alta tensión, por transformadores de potencia eléctrica, computadores, juegos de video, telefonía celular, aparatos electrodomésticos, etc.
La contaminación electromagnética o “electrosmog” genera lo que se denomina el estrés de alta tensión. El “electrosmog” constituye campos de electromagnetismo muy débiles o sutiles que también afectan el buen funcionamiento de la glándula Timo.
La telefonía celular o inalámbrica presenta un serio problema de contaminación por electrosmog. Los teléfonos celulares emiten una radiación nociva peligrosísima por el lado donde se escucha (auricular): en esta área emite el rayo verde negativo eléctrico, llamado también el rayo gris, conocido como la radiación más mortífera que existe en el universo. Se le llama también el rayo de la muerte, momifica el tejido orgánico. En el caso del teléfono celular, el rayo gris se aplica directamente sobre el centro del cráneo produciendo, según sea la duración de la exposición, mayor o menor daño neurológico.
El gobierno del Reino Unido, recientemente y por ley, prohibió la telefonía celular en los niños ingleses.
Desde hace un tiempo a esta parte, en Chile se expresa públicamente la preocupación sobre la instalación de antenas celulares en las cercanías de áreas densamente pobladas, en particular cerca de los colegios por el consiguiente peligro para los alumnos.
Síndrome del edificio enfermo
Este es un término acuñado en España para definir las patologías que prevalecen en las modernas construcciones de oficinas de acero y vidrio, las que están afectadas por numerosas fuentes emisoras de campos electromagnéticos. El ambiente interior resultante, totalmente artificial, es insano, no incluye parámetros biológicos naturales, y afecta de manera múltiple la salud física y psíquica de las personas.
El Síndrome del edificio enfermo se debe a causas artificiales o tecnopatías que se potencian en presencia de factores geopatógenos y electromagnéticos de alta y de baja tensión. Una persona que vive o trabaja en un hábitat contaminado por “geosmog” o “electrosmog” experimenta la influencia de energías cuyas frecuencias dañan el equilibrio bioeléctrico de su organismo, debilitando el sistema inmunológico y creando condiciones propicias a las patologías físicas y psíquicas.
Pantallas de computadores
En el trabajo WHO Offset Publication Nº 99 relacionado con las pantallas de computadores, la Organización Mundial de la Salud toma nota de los efectos que producen en la salud de los trabajadores informáticos y señala que los niveles de radiación de las pantallas catódicas no son dañinos para los seres humanos. La OMS desestima el efecto de los campos magnéticos y campos electrostáticos de baja frecuencia. Dicho de otra manera, la OMS declara, en forma irresponsable, que las radiaciones causadas por electrosmog no son nocivas. Espero que esta situación haya cambiado en los últimos tiempos.
Enfermedades causadas por domopatías
Investigaciones efectuadas en países europeos desde hace más de 60 años, permiten señalar con fundamento que edificios o casas con domopatías pueden generar severas patologías a las personas. Se reconoce que las investigaciones indicadas aun requieren de mayores refinamientos, pero ya se puede afirmar que prevalece un nexo fatídico entre la exposición continua y persistente a este tipo de construcciones y las enfermedades que afligen a los seres humanos que las habitan. Las domopatías afectan en forma importante a los sistemas nervioso, respiratorio, cardiovascular, inmunológico y hormonal. Además, se presentan problemas oculares, trastornos en la fecundidad, etc.
¿Es posible controlar el electrosmog y el geosmog?
En este rubro el rol de la radiestesia es absolutamente crucial. En efecto, la radiestesia (ya sea física, abstracta o mental) se erige como una de las herramientas más importantes para detectar la contaminación por electrosmog y por geosmog. Desde luego también existen diversos elementos de apoyo (incluyendo animales y plantas) para denunciar la prevalencia de dicha contaminación, tales como dispositivos geomagnéticos, eléctricos, electromagnéticos, electrostáticos, etc.
Afortunadamente, en la actualidad se dispone de muchos paliativos para manejar y controlar de manera eficaz la contaminación por electrosmog y por geosmog.
Para paliar los desastrosos efectos de las contaminaciones por relaciones nocivas generadas por electrosmog existen en el mercado neutralizadores electromagnéticos para distintos aparatos. Así, existen neutralizadores para el teclado de los computadores, para las pantallas catódicas de los computadores, para los teléfonos celulares, para los campos eléctricos y para los campos magnéticos.
Por otro lado, para controlar los efectos de la contaminación geopatógena también se dispone de moderadores que actúan por un efecto de resonancia elevando el nivel vibratorio de la contaminación por radiaciones nocivas de origen telúrico.
Una consideración de la mayor importancia para tener presente en cuanto a la selección de un neutralizador de electrosmog o de un moderador de geosmog es el hecho de que estos dispositivos deben ser capaces de mantenerse en buen funcionamiento en el largo plazo, lo cual significa que estos aparatos no deben saturarse con cargas.