Cuando hablamos de energías y su manejo, otra visión de la serpiente aparece desde la mirada hinduista. Se trata de la kundalini, que es la energía primordial o shakti que llega a desarrollarse en plenitud al reunirse con la conciencia (Shivá), y el atma (alma) con el Brahman o principio universal supremo. Cuando la kundalini se despierta, la consciencia del mundo emerge.
Ahora bien, la palabra kundalini se refiere a una serpiente enroscada que se encuentra en estado de reposo. Cuando se activa, ésta se eleva por la columna vertebral y se purifica a través de los chakras. En su libro “Tratado Sobre Magia Blanca”, Alice Bailey se refiere al despertar de estos centros a través del manejo de las energías, indicando que es un largo camino donde la comprensión debe venir primero y el despertar mucho después, en la correlación del tiempo. Este despertar se realiza en dos etapas:
“Primero, la etapa donde, mediante la práctica de una vida disciplinada y la purificación de la vida de pensamiento, los siete centros son automáticamente puestos en una condición de ritmo correcto, de vitalidad y actividad vibratorias. Esta etapa no implica peligro si no se le permite al aspirante -en conexión con los centros- pensamiento alguno dirigido, con lo cual quiero significar que le está prohibido concentrar su mente sobre algún centro, y no puede tratar de despertarlos o energizarlos”, indica la esoterista y escritora inglesa. De esta forma, explica, el Discípulo debe purificar los cuerpos en los cuales se encuentran los centros, que son principalmente el astral, el etérico y el físico, recordando siempre que el sistema endocrino y las siete glándulas principales son especialmente exteriorizaciones efectivas de los siete centros principales.
La palabra kundalini se refiere a una serpiente enroscada que se encuentra en estado de reposo. Cuando se activa, ésta se eleva por la columna vertebral y se purifica a través de los chakras.
“Segundo, la etapa donde los centros, mediante el trabajo efectivo de las etapas anteriores, llegan a ser lo que esotéricamente se llama “liberados dentro de la prisión” y pueden ahora convertirse (bajo la adecuada dirección de un instructor) en tema de los métodos definidos, a fin de despertarlos y vitalizarlos -variando los métodos según el rayo de la personalidad y el rayo egoico del aspirante-. De ahí la dificultad del tema y la imposibilidad de dar reglas generales”, señala en su libro.
El objetivo de todo trabajo de alineación de los centros es fusionar la energía de las células que componen el cuerpo o el “aspecto materia”, con el fuego de la consciencia. “Este fuego es llamado técnicamente ‘fuego solar’, y cuando se fusiona con el fuego de la materia y con el ‘fuego eléctrico’ del aspecto divino más elevado, entonces el ser del humano llega a su plena manifestación y el gran trabajo es consumado. Pero es una empresa muy peligrosa cuando es inducida antes de estar el mecanismo preparado para realizarla”, especifica.
En este camino es importante destruir los obstáculos que se encuentren en la columna vertebral, que puedan impedir la libre ascensión del fuego en su base, llamado comúnmente fuego kundalini, que se mantiene estático, latente y en potencia en el centro más bajo. Esta es “la serpiente dormida que debe ascender y desenroscarse”.
Una vía para lograr la liberación de esta serpiente es la práctica del Raja Yoga, llamada algunas veces «la ciencia real del alma», ya que constituye la unión o integración de la vida física, emocional, mental y espiritual. El yoga es así una manera disciplinada de alcanzar la unión o alineamiento con un estado superior de conciencia, entregando el tiempo necesario y pausado a este avanzar hacia la integración.
Fuentes:
https://www.lucistrust.org/es/e_pamphlets//meditation_today1