“Llegará un día en que el pueblo despertará de nuevo, como de un largo sueño producido por una droga; empezará de nuevo a buscar al Árbol Sagrado. Al principio su búsqueda será temerosa, pero poco a poco entenderán cuán importante es.”
Consejo de ancianos de América del Norte
“Luego me quedé de pie sobre la montaña más alta de todas. Abajo, alrededor de mí, yacía el aro completo del mundo. Y mientras estaba allí, vi más de lo que puedo contar y entendí más de lo que vi; porque estuve viendo de manera sagrada las formas de todas las cosas del Espíritu, y la forma de todas las formas y la manera en que tienen que convivir como un solo ser. Yvi que el aro sagrado de mi pueblo era uno entre muchos, y que formaban un círculo tan ancho como la luz del día y la luz de las estrellas, y que al centro crecía un enorme árbol floreciente cuyo fin era dar sombra a todos los hijos de una sola madre y un solo padre. Y vi que era sagrado”.
– Black Elk, chamán de la tribu Sioux o Dakota de América del Norte.
Para todos los pueblos de la Tierra el Creador ha plantado un Árbol Sagrado, para que se junten bajo su sombra. Es aquí donde la gente encuentra la sanación, el poder, la sabiduría y la seguridad. Las raíces de este árbol se extienden y penetran profundamente en el cuerpo de la Madre Tierra. Sus ramas se alzan como manos que oran al Padre Cielo. Los frutos de este Árbol son las cosas buenas que el Creador ha otorgado a su pueblo: el amor, la preocupación por los demás, la generosidad, la paciencia, la sabiduría, la equidad, el coraje, la justicia, el respeto, la humildad y muchos otros dones preciosos.
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Los mayores nos enseñaron que la vida del Árbol es la vida del pueblo. Si el pueblo se aparta mucho de la seguridad del Árbol, si olvida comer sus frutos, o si se vuelve contra el Árbol y lo trata de destruir, una gran tristeza caerá sobre él. Muchos se afligirán. La gente perderá su poder. Dejará de soñar y de tener visiones. Empezará a discutir por trivialidades. Ya no sabrán decir la verdad ni ser honestos los unos con los otros. Olvidarán cómo vivir en su propia Tierra. Sus vidas se llenarán de ira y tristeza. Poco a poco se envenenarán a sí mismos y a todo lo que tocan.
Los que nos precedieron dijeron que estas cosas sucederían, pero también dijeron que el Árbol no moriría jamás. Y mientras viva el Árbol, vivirá el pueblo. Dijeron que llegará un día en que el pueblo despertará de nuevo, como de un largo sueño producido por una droga; empezará de nuevo a buscar al Árbol Sagrado. Al principio su búsqueda será temerosa, pero poco apoco entenderán cuán importante es.
El lugar del Árbol y sus frutos se ha cuidado y preservado con esmero en las mentes y los corazones sabios de los ancianos y los mayores. Estos individuos humildes y amorosos guiarán a cualquiera que busque honesta y sinceramente el camino que conduce a la sombra protectora y los frutos del Árbol Sagrado.
“El Árbol Sagrado representa la vida, los ciclos, la Tierra y el universo. El sentido del Árbol Sagrado se expresa a través de la rueda sagrada. El centro de la rueda sagrada es un símbolo del centro de la tribu y de la creación.”
El símbolo del árbol sagrado
El Árbol Sagrado es un símbolo muy importante para los pueblos indígenas de la Tierra. Aun en los tiempos más remotos, dio sentido y esperanza a muchas tribus y pueblos. Como símbolo, el Árbol Sagrado ha ayudado a la gente a estructurar sus creencias, sus vidas, sus religiones y sus naciones. Es un símbolo muy profundo; tiene tanto sentido que se puede reflexionar sobre él toda la vida.
El Árbol Sagrado representa la vida, los ciclos, la Tierra y el universo. El sentido del Árbol Sagrado se expresa a través de la rueda sagrada. El centro de la rueda sagrada es un símbolo del centro de la tribu y de la creación. El Árbol Sagrado también se coloca en el centro de la tribu. Esto se refleja en la canción sobre el Árbol Sagrado, que acompaña al baile del sol de los pueblos indígenas de América del Norte.
Estoy parado
De manera sagrada
Al centro de la Tierra
El pueblo me ve
Veo a la tribu
Reunida en torno a mí.
Los cuatro sentidos del Árbol Sagrado se pueden señalar usando los cuatro puntos de la rueda sagrada. De esta manera podemos verlos como partes del ciclo del desarrollo humano, siguiendo nuestro crecimiento desde el nacimiento hasta la unión con la totalidad de la creación. Los cuatro grandes sentidos del Árbol Sagrado son: plenitud, crecimiento, protección, alimento.
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Principios básicos
A continuación un resumen de algunas enseñanzas del Árbol Sagrado. Cada una es un portal que nos conduce a un camino. El viajero debe cruzar el portal e iniciar el viaje.
- Plenitud. Todas las cosas están interrelacionadas. Todo cuanto existe en el universo es parte de una unidad. Todas las cosas están vinculadas de una manera u otra a todas las demás. La única manera de comprender algo es entendiendo cómo se relaciona con todo lo demás.
- El cambio. Toda la creación cambia constantemente. Nada es invariable; lo único que no varía es el hecho de que siempre hay ciclos de cambio. Una estación sigue a otra. Los seres humanos nacen, viven, mueren y entran al mundo de los espíritus. Todas las cosas cambian. Hay dos tipos de cambios: la unión (el desarrollo) y la desunión (la desintegración). Ambos son necesarios y siempre están interconectados.
- Los cambios se producen en forma cíclica o estructurada. No ocurren al azar y sin propósito. A veces es difícil ver cómo un cierto cambio se relaciona con el conjunto. Generalmente, esto significa que nuestra capacidad de ver está limitada por la situación en la que nos encontramos.
- Lo visible y lo invisible. El mundo físico es real. El mundo espiritual es real. Sin embargo, las leyes que los rigen son distintas. La transgresión de las leyes espirituales puede afectar al mundo físico. La transgresión de las leyes físicas puede afectar al mundo espiritual. Una vida equilibrada es aquella que respeta tanto las leyes del mundo físico como las del mundo espiritual.
“Los grandes maestros espirituales han enseñado que todos los dones de un ser humano son como los frutos ocultos dentro del Árbol. En cierto sentido, el fruto que aún no ha aparecido en el árbol no existe. Sin embargo, desde otro punto de vista sí existe, porque la capacidad de dar frutos está presente, oculta en el interior del árbol.”
- Los seres humanos somos seres físicos y espirituales a la vez.
- Los seres humanos podemos adquirir constantemente nuevos dones, pero tenemos que esforzarnos para lograrlo. La persona tímida puede llegar a ser valiente. La débil puede llegar a ser fuerte e intrépida. La insensible puede aprender a respetar la sensibilidad de los demás. La que sólo valora el dinero y las cosas materiales puede empezar a mirar hacia adentro y a escuchar su voz interior. Cuando los seres humanos adquieren nuevas cualidades, se produce un proceso que se conoce como “desarrollo” o “auténtico aprendizaje”.
- El aprendizaje verdadero tiene cuatro elementos. Estos cuatro elementos de la naturaleza de toda persona están representados por los cuatro puntos de la rueda sagrada. Estas cuatro partes de nuestro ser se desarrollan por medio de nuestra voluntad. Una persona no puede aprender de forma integral y equilibrada si en el proceso no participan los cuatro elementos de su ser.
- EI aspecto espiritual de nuestra naturaleza se desarrolla de cuatro maneras que están interrelacionadas:
En primer lugar, somos capaces de responder a la realidad no física, como los sueños, las visiones, los ideales y las enseñanzas, las metas y los pensamientos espirituales.
En segundo lugar, somos capaces de entender que estas realidades no físicas pueden indicarnos qué potencial tenemos para ser algo más para ser distintos de lo que somos actualmente.
En tercer lugar, tenemos la capacidad interior de expresar todo esto en sueños, visiones, ideales y enseñanzas espirituales, además de nuestras metas y pensamientos, a través de los símbolos (por ejemplo, el lenguaje, las matemáticas y las artes).
En cuarto lugar, somos capaces de usar estos símbolos como guías de nuestros actos futuros. Estos actos nos permitirán hacer realidad la visión o la meta que hemos concebido a través de los símbolos, y así desarrollar nuestro verdadero potencial.
- Tenemos que participar activamente en el desarrollo de nuestro potencial.
- El portal que todos deben cruzar si desean ser más o ser distintos de lo que son es el de la voluntad. Hay que decidirse a emprender ese camino. El camino tiene una paciencia ilimitada. Siempre estará esperando a los que deciden recorrerlo.
- El que emprende el camino del autodesarrollo recibirá ayuda. Habrá guías y maestros que aparecerán en su camino, y protectores que lo cuidarán. No se le presentará ninguna prueba que no tenga fuerzas para enfrentar.
- Una vez que emprendemos este camino, sólo fracasaremos si nuestro propio descuido nos lleva a ignorar las enseñanzas del Árbol Sagrado.
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La Rueda Sagrada
La rueda sagrada es un antiguo y poderoso símbolo del universo. Es una silenciosa maestra de la realidad. Indica las múltiples formas en que todas las cosas están interrelacionadas. Señala lo que es y lo que podría ser.
Toda persona sincera puede utilizar la rueda sagrada como espejo. La rueda sagrada no sólo nos muestra lo que somos actualmente, sino también lo que podríamos llegar a ser si desarrollamos los dones que el Creador nos ha dado.
Muchos de estos dones ocultos quedarán sin desarrollarse si no los descubrimos y fortalecemos. Los grandes maestros espirituales han enseñado que todos los dones de un ser humano son como los frutos ocultos dentro del Árbol.
“Pedimos desde el fondo de nuestro corazón que el Gran Espíritu te bendiga y te guíe en cada paso de este camino, y te permita acercarte cada vez más a una visión de la belleza, la verdad, el amor y la sabiduría.”
En cierto sentido, el fruto que aún no ha aparecido en el árbol no existe. Sin embargo, desde otro punto de vista sí existe, porque la capacidad de dar frutos está presente, oculta en el interior del árbol. El Creador ha otorgado a los seres humanos un maravilloso poder espiritual: la capacidad de considerar el potencial como algo real, de decidirse a desarrollarlo y de actuar de tal manera que este potencial se desarrolle.
Se puede cortar el Árbol en mil pedazos sin encontrar un nuevo fruto, pero cuando se dan las condiciones adecuadas (la luz tibia del sol, la lluvia, un suelo fértil), el Árbol dará frutos sabrosos y bellos.
Los seres humanos pueden crear muchas de las condiciones necesarias para desarrollar su potencial mediante su voluntad, es decir, si se deciden a hacerlo.
Si alguien no se decide a actuar de tal manera que pueda crear las condiciones necesarias para el desarrollo de sus cualidades ocultas (dones como la valentía, la fuerza de voluntad, la capacidad de pensar claramente y el reconocimiento de la belleza), esos dones no saldrán a la luz, como los frutos del árbol joven.
La rueda sagrada puede utilizarse como modelo de lo que los seres humanos pueden llegar a ser si se deciden a desarrollar su potencial y actúan de tal manera que eso sea posible. Es probable que toda persona que contemple con atención la rueda sagrada tenga una imagen un tanto diferente de las cosas, porque el Creador nos ha hecho a todos seres humanos únicos. Todos hemos recibido una combinación especial de dones que debemos aprovechar para desarrollarnos y para servir a los demás.
Ninguna persona verá exactamente lo que ve otra cuando contemple el fondo del espejo de la rueda sagrada.
Sin embargo, cualquiera que observe con detención verá el árbol de su vida única, con raíces que se adentran profundamente en el suelo de las verdades universales.
Debido a que muchas tribus y pueblos han usado la rueda sagrada para mirarse a sí mismos, hay muchas formas diferentes de explicar estas verdades universales, compartidas por todos los seres humanos.
El entendimiento del Árbol Sagrado es un camino interminable. Como ocurre en todos los viajes, tiene que haber momentos de actividad y momentos de descanso.
Pedimos desde el fondo de nuestro corazón que el Gran Espíritu te bendiga y te guíe en cada paso de este camino, y te permita acercarte cada vez más a una visión de la belleza, la verdad, el amor y la sabiduría.