Nuestra conciencia tiene una verdadera capacidad para afectar al agua, de tal manera que podemos observar los efectos previos y posteriores con resultados espectaculares.
Lawrence Ellyard
El agua constituye el 90% del cuerpo de un bebé y alrededor de un 70% del de un adulto. La clave para comprender al agua se halla en el concepto de agua estructurada. “Agua estructurada” significa que las moléculas del agua están completamente organizadas. Cuando el agua se convierte en agua estructurada, las moléculas individuales se agrupan formando unidades líquidas cristalinas de alta energía.
Los resultados generales de algunos investigadores sugieren que cuanto más estructurada está el agua, más energía vital puede contener. Cuando más estructurada está el agua que contiene un sistema biológico, mejor funcionan sus células.
Nuestra conciencia tiene una verdadera capacidad para afectar al agua, de tal manera que podemos observar los efectos previos y posteriores con resultados espectaculares. Con nuestras palabras o pensamientos podemos cambiar la estructura del agua desde una formación desfigurada a una formación hermosa. Pero, ¿cómo sucede esto?
La respuesta está en nuestra capacidad de elevar el nivel vibratorio del agua a través de la interacción con ella. Nuestra intención se puede utilizar para aumentar el nivel vibratorio del agua, para reavivar su orden natural y su estructura hexagonal. Lo mismo ocurre con las emociones negativas. El agua que tiene una estructura natural hexagonal se puede destruir por medio de nuestros pensamientos, palabras o intenciones negativas. En ambos sentidos, tenemos una capacidad de afectar al agua.
Toca música con palabras de enfado y odio, y los preciosos cristales de agua se reducirán y perderán su estructura. Toca música edificante con palabras de amor y gratitud y el agua recuperará un estado natural y armonioso. Esto es válido para una masa pequeña o grande de agua; no obstante, la duración del impacto está determinada por el poder y la pureza de esta intención. Masaru Emoto ha llevado a cabo varios experimentos en Europa y Estados Unidos donde cientos de personas se reunieron con la clara intención de bendecir una gran masa de agua. En todos los casos, cuando se examinó el agua, los resultados produjeron preciosos cristales de agua donde no los había antes de la bendición.
La interacción positiva con el agua aumenta su hado positivo. Con una interacción negativa, disminuye el agua. Esto no es muy distinto a lo que sucede con nosotros. Cuando se nos habla en tono agradable nos sentimos bien, y cuando se nos grita con las palabras de enfado, nos sentimos mal. El agua de nuestros cuerpos responde, independiente de la influencia que reciba.
¿Qué emociones llevas dentro que se reflejan en la música que eliges escuchar y en las palabras que dices?
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Desde que Masaru Emoto comenzó a publicar su investigación en 1994, ha conseguido mucho apoyo, así como una cantidad de críticas sobre la validez de las fotografías de los cristales de agua y la capacidad del agua de reflejar la intención. Durante años se ha buscado la necesidad de una prueba científicamente objetiva de doble ciego. Este nivel de pruebas científicas ya se ha llevado a cabo con resultados positivos, y ha confirmado lo que los millones de personas en el todo mundo creyeron siempre, pero que científicamente no podían cuantificar. Revisa el trabajo científico sobre la formación de los cristales del agua publicado en 2008 en el Journal of Scientific Exploration en http://bit.ly/1Jb5SwU |