Un grupo de investigadores de la Universidad Ben Gurion (Israel) demostró que “existe un evidente vínculo entre los traumas emocionales y la aparición del cáncer de mama”. Los investigadores no consiguieron cuantificar el “peso” –como factor de riesgo- de cada suceso individual pero sí coligieron que la exposición a más de un suceso vital negativo aumenta el riesgo de sufrir cáncer. “Podemos señalar –dicen- que experimentar más de un suceso vital significativo (grave o de leve a moderado) es un factor de riesgo para el cáncer de mama entre las mujeres jóvenes. Asimismo podemos indicar que los sentimientos generales de felicidad y optimismo pueden desempeñar un papel protector contra la enfermedad”.
Los investigadores afirman por ello que las jóvenes que sufren una pérdida grave en su infancia, especialmente si luego sufren otros acontecimientos vitales negativos significativos, “deben ser consideradas ‘grupo de riesgo’ y tratadas en consecuencia”.
Revisa la publicación original Breast cancer, psychological distress and life events among young women, publicada en BMC Cancer en https://goo.gl/FDOXHp