Cerca del Lago Ranco, en Bahía Coique (Región de Los Ríos), se encuentra el único calendario solar de piedra documentado hasta ahora en el territorio mapuche. Conocida como “el Ojo de Coique”, según el estudio publicado en diciembre en 2024 por un equipo transdisciplinario de investigadores, tendría una data que va desde el 1.210 al 1.525 DC. Una prueba explícita de la importancia del sol y los ciclos astronómicos para las bases de funcionamiento y organización del pueblo mapuche.
El monumento lítico conocido como “El Ojo de Coique”, por su diseño circular, construido en el siglo XIII por el pueblo mapuche para para el seguimiento de actividades astronómicas y ceremoniales, sería según una investigación recientemente publicada, la única piedra calendario conocida en el Wallmapu. Así Antükura, que en mapudungun significa “piedra sol”, ha registrado desde hace siglos, siempre en el mismo punto del sur de Chile, la posición del sol en los solsticios de invierno y verano, liderando así los ciclos ceremoniales de los pueblos originarios de la zona.
En la investigación publicada en diciembre de 2024, participaron tres arqueólogos, una paleobotánica, un arqueoastrónomo y fue encabezada por el doctor Rodrigo Moulian (académico de la Universidad Austral de Chile, Facultad de Filosofía y Humanidades), especialista en etnosemiótica histórica, quien destaca la importancia del sitio como una muestra de la antigüedad de los patrones de organización del tiempo y el espacio vigentes en la cultura mapuche, que se configuran a partir de principios de organización de las culturas central andinas.
Así, por ejemplo, el bloque fue diseñado para su observación desde una posición oeste mirando hacia el este. Durante el solsticio de verano, el haz de luz del sol naciente cae en el centro del círculo. En el solsticio de invierno, el haz de luz da en uno de los vértices de la piedra y corta tangencialmente el círculo. La posición de los rayos solares sobre la piedra al momento del levante marca los desplazamientos del astro en el ciclo anual, lo cual permite llevar un registro del paso del tiempo.
Pero además de los movimientos del sol, permite también observar las paradas mayores y menores de la luna en el horizonte y el desplazamiento de constelaciones. Incluso, la investigación sugiere el uso ritual de Antükura. Esto porque existe un surco esculpido en la cara inclinada de la piedra, que permite el movimiento de líquidos. Al verterse en el punto superior central del círculo, las columnas de líquido se bifurcan por los trazos norte y sur de la figura geométrica, desplegando una trayectoria sincronizada hasta el suelo. “Un diseño y función similar al de las paqchas andinas”, indica el documento y agrega que este uso corresponde a la práctica ritual mapuche de regar con sangre y chicha la tierra, la cual se mantiene vigente hasta hoy.
Por otro lado, al este de la piedra, existe un sitio llamado Tripayantü (nombre de un espíritu tutelar mapuche), desde donde es posible observar la salida del sol durante todo el año. Sobre la superficie de este mirador natural, se encuentra una piedra de 1 m de largo, 60cm de ancho y 29 cm de espesor, cuyo vértice apunta a la salida del sol en el equinoccio.
De esta forma, la piedra Antükura y la plataforma Tripayantü permiten controlar los desplazamientos del sol en el ciclo anual, fijando los momentos del solsticio de invierno o wetripantü (nueva salida del sol), los equinoccios de primavera y otoño o antü konpay ralung, antü konpay rimü y el solsticio de verano o antü konpay walung.
De acuerdo al equipo de investigadores, la disposición en el diseño de la piedra Antükura hacia el naciente del sol durante wetripantü, expone la importancia otorgada a este evento astronómico para el pueblo mapuche, ya que fija como punto de inicio, procesos como la reproducción de la vida de animales y plantas para el sustento de la comunidad.
Finalmente, de acuerdo a esta investigación, Antükura presentaría el doble carácter de calendario solar e instrumento ritual, cuyas funciones se encuentran entrelazadas, ya que su diseño como calendario informa de la organización del tiempo en el ciclo anual, junto con las ceremonias aparejadas con equinoccios y solsticios, entre otros momentos en el año. Adicionalmente, se encuentra cercana a un antiguo cementerio mapuche… y ambos espacios se dirigen hacia el oriente. Para que vivos y muertos observen siempre su salida en armonía.
Fuente:
Artículo Antükura: un calendario solar del siglo XIII en territorio mapuche, Chile, Rodrigo Moulian, Carolina Lema, Francisco Bahamondes, Muñoz, Ricardo Moyano, Ana María Abarzúa, Alberto Enrique Pérez, ARQUEOLOGÍA IBEROAMERICANA 54 (2024): 125-136