Sol en Aries
“Surjo y desde el plano de la mente gobierno”.
Rayos y regentes: I, VII, 4, 6, MARTE, MERCURIO
Meditación: Sábado 12 de Abril – 16:00 hrs
Luna Llena: Sábado 12 de Abril – 21:22 hrs
Revisa el vídeo explicativo aquí (https://www.youtube.com/watch?v=rHpgeouJZag&t=7s)
El sábado 12 de abril la luna brillará con fuerza bajo el sol de Aries, en el plenilunio conocido como la “luna rosa”, conocida así por el crecimiento de un musgo de ese color y el brote de algunas plantas en el hemisferio norte. Con la energía de esa luz, el maestro Torkom Saraydarian nos invita a reflexionar en torno a la flor de loto que formarían los doce signos del zodíaco, donde cada constelación es un pétalo de éste. Cada uno cargado con electricidad cósmica, extendiendo sus campos de fuerza a muchos millones de kilómetros.
Un gran maestro, explica, dice que cuando estas constelaciones se observan desde un punto muy distante del espacio, podemos ver un loto de gran belleza que se abre y extiende. Este es nuestro zodíaco. Pero este zodíaco es un loto dentro de otro más grande en el espacio, que tiene mil grupos de estrellas y es un loto de mil pétalos. Este es el zodíaco mayor que se sugiere en las enseñanzas esotéricas.
La Osa Mayor, las Pléyades, Orión y Sirio son partes de este zodíaco mayor. De este zodíaco mayor, el zodíaco menor recibe su suministro de energía y guía y, a su vez, el zodíaco menor suministra energía a muchos sistemas solares, incluido el nuestro.
Cuando el Sol entra en el campo energético de Aries, hay una sincronización perfecta entre Aries, el Sol, Marte, Mercurio y la Tierra. Esto presenta un sistema eléctrico a través del cual la energía de Aries es transmitida a todos los reinos de la naturaleza. La distribución de su energía sobre nuestra tierra es transportada a través de Maestros avanzados, sus discípulos, ciertos devas, y a través de fervientes grupos de servidores.
En este punto es importante también destacar que la luna llena de Aries está consagrada a Cristo, al Cristo resucitado, y se llama la Festividad de la Resurrección.
La energía de Aries es ardiente, carga y estimula la Chispa en todas las formas, y hace que éstas avancen y progresen. La resurrección es el avance progresivo de la Chispa. Resurrección es empeño y trabajo. Empeño es el esfuerzo del Espíritu para vencer a la materia, para vencer al cuerpo y a las emociones, y para vencer al espacio y al tiempo.
El trabajo es el proceso de la manifestación de nuestro logro que alcanzamos a través del empeño. A través del trabajo abrimos nuestros recursos internos, irradiamos nuestra belleza en comunicaciones y relaciones diarias, en servicio, en acciones creadoras, pensamientos, aspiraciones, consagraciones y devociones. Eso es trabajo.
Cuando trabajo y empeño se unen, hay resurrección. Resurrección es el sendero de la alegría y la beatitud eternas y cada vez mayores. Resurrección es el sendero de la Chispa que vuelve a casa.
Es maravilloso pensar que cada uno de nosotros es un Rayo del Sol, del Sol Espiritual Central, que dio a luz toda la creación. Cada uno de nosotros es un Rayo de ese Sol proyectado en la materia. El punto de origen del Rayo está enraizado en el Sol.
Este Sol, fue lanzado dentro del reino mineral y durante siglos y siglos luchó, trabajó muy arduamente para destruir sus limitaciones, sus prisiones materiales, y entró en el reino vegetal. Esa fue una gran resurrección porque se arrancó de la tumba de la materia y empezó a ser perfume, color y belleza vivos. Esa fue una gran victoria para el Rayo del Sol Espiritual.
Luego, un gran día, la Chispa del reino vegetal entró en el reino animal. La Chispa estaba adherida al reino vegetal, pero se arrancó de éste y entró en el reino animal. Esa fue otra gran victoria para la Chispa, y ese fue otro paso de resurrección.
Luego, la Chispa animal trabajó arduamente y sufrió largo tiempo durante siglos y siglos hasta un día brillante, la Chispa empezó a hablar y empezó a pensar; ése fue un paso mayor en el sendero de la resurrección. Así, la Chispa se convirtió en un ser humano. Algunos seres humanos trabajaron muy arduamente, sufrieron mucho tiempo, se empeñaron, trabajaron, prestaron servicios y se sacrificaron; y debido a todo esto, entraron en el quinto reino.
El quinto reino es el reino de los Inmortales, a través del cual pasaron Cristo, Buda, Zoroastro, Hércules y otros. Los Grandes nos dicen que el sendero de la resurrección no parará allí, sino que continuará en el sexto reino y luego en el séptimo. El séptimo reino da libertad respecto del sistema solar. Esa es la consumación del sendero de la resurrección para un ser humano.
A través del séptimo reino, la Chispa resucita respecto del plano físico cósmico, y entra por la puerta del plano astral cósmico.
La Chispa es el Rayo del Sol Espiritual Central y retorna a la Fuente. Nadie sabe dónde llevará ese progreso. Hasta los Grandes dicen que tras el sistema solar se abre la esfera del misterio mayor.
¡Qué maravilloso destino tiene el ser humano! Cada vez que pasa de un reino al otro, su gloria brilla más. Toda la gloria que un ser humano tiene o tendrá es la gloria de aquel omnipotente de quien emergió como un rayo.
El proceso de la resurrección en los reinos inferiores deberá repetirse en el ser humano, y allí comienza el sendero difícil. Nosotros entramos en el reino humano, y estamos adheridos. Tal como la Chispa estaba adherida al reino mineral, así nosotros lo estamos a nuestro cuerpo. Pensamos que somos el cuerpo, y que luego que este cuerpo desaparezca, todo termina. Morimos para la forma. Todo esto indica que aunque estamos en una espiral superior, todavía estamos adheridos al reino mineral que es representado por nuestro cuerpo. Quienes realmente se empeñan y trabajan a través del proceso de la resurrección, que es el proceso de llegar a ser nuestro Yo, podrán un día liberarse de esa trampa y entrar en la consciencia de nivel emocional.
El plano emocional, con sus gustos y disgustos, susceptibilidad, emociones negativas, hechizos, agitaciones emocionales, entre otros, es una selva. Si un ser humano quiere resucitar del reino humano y entrar en reinos superiores, debe vencer sus emociones y hechizos, que son identificaciones emocionales.
Entonces el hombre entrará en el mundo mental, que no es una trampa, no es una selva, sino una prisión. Esta vez va a escapar de esa prisión, que construyó con sus manos. La mente es la prisión que actúa a través de ilusiones y hechos deformados. Hay en la mente muchas redes, como orgullo, vanidad, egoísmo, separatividad. Una vez atrapados en ellas, no podemos librarnos de ellas fácilmente.
Pero el sendero de la resurrección continúa. La Chispa no puede aguardar en cualquier etapa. No importa cuánto tiempo se quede en cualquier nivel de realización, un día va a romper los muros de su prisión y entrar en otro reino.
Resurrección es el proceso de construir puentes entre un reino y otro. El puente más importante en nuestro nivel es el puente entre la personalidad y la Tríada Espiritual. Los que trabajan arduamente y vencen sus impulsos y tendencias, hechizos e ilusiones, construirán este puente.
Luego de construir el puente y cruzarlo, cada uno dirá: Soy un camino por el que los hombres podrán realizarse. Vamos, recorre el puente; como yo, tú lo harás. Mi experiencia, mi trabajo, mi servicio y mi sacrificio son el puente.
Este puente lo construyeron las realizaciones y el sacrificio, la consagración completa y el sentido de síntesis y unidad. Y, una vez construido el puente, se vence al miedo porque se venció a la muerte.
Vamos a desarrollar dentro de nosotros la consciencia de la realidad que nosotros esencialmente-SOMOS: Mi padre es un rey y yo voy a ser un rey.
La doctrina de la resurrección nos permite creer que somos una parte de ese poder omnipotente. En el momento exacto de la época de luna llena, podemos tener una experiencia real o un destello de iluminación, y decir: “Yo soy una Chispa”… y ese es un momento de resurrección.
Aries y el fracaso de Hércules
En una de las reuniones de meditación de la agrupación Lucistrust, en base a las enseñanzas de Alice Bailey, la agrupación de Nueva York invita también a reflexionar sobre la luz que entrega Aries en esta luna llena: “Aries es la fuerza que produce la fusión o integración de la personalidad, la unificación de la personalidad y el alma, la unificación de la humanidad o el Gran Acercamiento de la Jerarquía a la Humanidad”, destacan.
Explican que al trabajar con estas energías, podemos considerar a Aries como una gran constelación de esperanza. Esta esperanza es perdurable y se ve fortalecida por el aumento de grupos de buena voluntad en el mundo que están mejorando la calidad de la vida humana.
Aries es el primer signo del zodíaco y el signo preeminente de los comienzos. Aries es iniciático, innovador e impulsivo en el verdadero sentido de la palabra. Se nos dice que Aries «inicia el ciclo de manifestación». «Es el lugar de nacimiento de las ideas», y las ideas, se nos dice, son «potencias divinas que se exteriorizan energéticamente para plasmar las intenciones». Y éstas son especialmente energizadas por las fuerzas impulsoras de la constelación de Aries.
La nota clave de Aries describe sus poderosas energías de primer rayo: “Surjo y desde el plano de la mente rijo”. El Tibetano divide la nota clave de Aries en cuatro preceptos:
- Expresar la voluntad de ser y hacer.
- Desarrollar el poder de manifestarse.
- Entrar en batalla por el Señor.
- Llegar a la unidad a través del esfuerzo.
Luego proporcionó cinco palabras descriptivas del Señor de la primera constelación (Aries): Creación – Ser – Actividad – Lucha – Síntesis, capacitándolo, nos dice, “para ejercer (Aries) influencia sobre nuestro planeta y lograr esos resultados”.
De este modo, las energías disponibles durante Aries potencian, facilitan, aumentan e intensifican todo esfuerzo humano a través de la potencia especial del Señor del primer Rayo. Podemos estar seguros de que la Voluntad de la Deidad estará superlativamente disponible en esta luna llena de Aries y teniendo en cuenta atentamente a todos los numerosos grupos de servicio del mundo invocando, evocando y dirigiendo exquisitamente estas energías actuales hacia los corazones y las mentes de la humanidad.
Utilizaremos la nota clave como una potencia sonora dirigida a penetrar y precipitar las dinámicas energías ardientes de Aries que “surgen del plano de la mente”, desde donde las energías son dirigidas y guiadas hasta llegar a la densidad inferior de la materia, e incluso hasta el cerebro físico de la humanidad, porque El Tibetano nos dice que «Aries despierta la voluntad de alcanzar a lo más inferior y allí controlar, conocer totalmente y enfrentar todas las experiencias». Así ayudamos a materializar el Plan.
Consideremos el mito asociado con la constelación de Aries en los trabajos de Hércules: la captura de las yeguas devoradoras de hombres. Este es uno de los dos únicos mitos sobre los trabajos en los que Hércules tuvo que vencer no sólo a una criatura sino a un grupo de animales: una manada de caballos y yeguas (el otro signo es Sagitario, donde se enfrentó a matar a los pájaros del Estinfale). En Aries, estos animales fueron descritos con las siguientes palabras: “Salvajes eran estos caballos y feroces las yeguas y todos los hombres temblaban al oírlos, pues asolaban por todas partes la tierra, produciendo gran daño, matando a todos los hijos de los hombres que cruzaban su camino y engendrando constantemente caballos más salvajes y malignos”. Esto describe problemas y desafíos generalizados que pueden compararse simbólicamente con la situación actual en el mundo, porque en todas partes hay problemas y desafíos, la única diferencia es el nivel de gravedad”.
El trabajo comienza de la siguiente manera: “Y una voz llegó a través de ese portal: ‘Hércules, hijo mío, sal’. Pasa por el Portal y entra en el Camino. Realiza tu trabajo y regresa a mí, relatando lo hecho”. Hércules completa parcialmente el trabajo y fracasa por exceso de confianza; tuvo que aprender la importancia y la necesidad de la humildad en el desempeño de los trabajos. He aquí un aspecto del discípulo, con “una confianza excesiva”, emocionado por el trabajo, deseoso de hacer el bien, entusiasmado por ayudar y por hacer la obra de Dios.
Pero este trabajo es más exigente de lo que parece, es un largo viaje, y las vueltas pondrán a prueba su paciencia y esas pruebas evocarán su persistencia, una cualidad muy necesaria del alma, de la cual el aspirante sabe muy poco. Hércules apenas está comenzando su primer trabajo… hay otros once trabajos esperándolo, y los doce trabajos no son simplemente doce, sino que tendrá que pasar por ciclos de estos doce trabajos, una y otra vez, hasta llegar y comenzar de nuevo en la experiencia de Aries, escarmentado, instruido, conocedor, más sabio y disciplinado, habiendo aprendido verdaderamente los dones del éxito y del fracaso en cada signo, y aprendido el secreto de las leyes de los ciclos.
El Tibetano explica esto claramente: “Esta liberación tiene doce aspectos, porque la liberación, la victoria y el triunfo deben experimentarse en cada signo; así como el cautiverio, la derrota y el fracaso fueron experimentados en todos los signos del zodíaco, mientras el ser humano funciona como personalidad”. En este primer trabajo, Hércules dependió de su fiel amigo, Abderis, para ayudarlo a realizar el trabajo. La falta de ‘humildad’ de Hércules, que El Tibetano define como «correcta proporción», conduce a la muerte de su amigo. Tendrá que triunfar solo, por sí mismo. Esta soledad había caracterizado a los aspirantes anteriores y era común entre los estudiantes de ocultismo durante la Era de Piscis que pasa rápidamente. Pero en este amanecer de la Era de Acuario, Hércules ha pasado de representar al aspirante o discípulo solitario, y su nombre ahora es el de una conciencia grupal y ha tomado una forma grupal, y hoy se encuentra sirviendo en muchos lugares del mundo como el discípulo mundial, su forma y conciencia culminan en el Grupo de Servidores del Mundo, el esfuerzo grupal para enfrentar los muchos desafíos que enfrenta la humanidad: vencer las hordas de yeguas que están por todas partes.
El fracaso de Hércules es de importancia para todos los discípulos y aspirantes; de hecho, tanto en el Camino espiritual como en la llamada vida ordinaria, las lecciones que se pueden aprender del fracaso no se pueden ignorar, y tal vez aprendamos más del fracaso que del éxito cuando hemos desarrollado la humildad; en este sentido, la idea de El Tibetano de que la verdadera lección que debe aprender y enfrenta la humanidad y el mundo es importante: “aprender de los errores del pasado”.
Cuando hayamos aprendido la humildad y la correcta proporción, estaremos en condiciones de recibir y apreciar nuevamente los dones con los que Aries “viene y rige desde el plano mental”; algunas de estas energías pueden expresarse a través de las doce energías que reposan en el centro del corazón, del alma, que se encuentra en el plano mental. Éstas son impulsadas o energizadas por la voluntad de ser y estas energías, nos dice nuevamente El Tibetano, que funcionan a través de las siguientes 12 virtudes: “a. Amor grupal, que abarca a todos los individuos. b. Humildad, que significa la actitud de su personalidad. c. Servicio, que indica la preocupación de su alma. d. Paciencia, que significa la inmortalidad embrionaria y la perseverancia embrionaria, característica del alma. e. Vida o actividad expresada, que es la manifestación del amor. F. Tolerancia, que es la primera expresión de la comprensión búdica. g. La identificación con los demás, que es la fusión embrionaria llevada oportunamente a la síntesis, cuando el centro coronario está desarrollado. h. Compasión que es esencialmente el uso correcto de los pares de opuestos. i. Simpatía, que es la consecuencia del conocimiento y de la apertura de los pétalos de conocimiento. Tal energía se pone entonces en contacto con el centro cardíaco. j. Sabiduría, que es fruto del amor, indica el despertar de los pétalos de amor del loto egoico. k. Sacrificio, que es dar la sangre o la vida por otros”. DINA vol. II, págs. 660-661.
Nuevamente, estas son las virtudes a través de las cuales las energías del centro del corazón, activadas por la voluntad de ser, que emana de Aries, están surgiendo y, desde el plano de la mente están rigiendo gradualmente todas las relaciones humanas. Meditemos.
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Fuentes:
(1) Sinfonía del Zodíaco” de Torkom Saraydarian
(2) https://www.lucistrust.org/uploads/es/arcaneschool/FMT-2024_NY_Aries.pdf