Luego de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Francia este año, destaca la presencia femenina en varias instancias del espectáculo en París. Tal vez un recordatorio del inicio de las Olimpiadas, en la antigua Grecia, donde existieron los llamados Juegos Hereos, creados en honor a la diosa Hera y donde solo estaba permitida la participación de mujeres. Una historia que se remonta a 16 mujeres, el asesinato de un hijo y un matrimonio…
Por Paloma Soto
Cada cuatro años el mundo entero se reúne en una gran celebración deportiva, en una conjunción de pasiones, esperanzas e historias de superación provenientes de diversos estratos, visiones y localidades. En 2024 los Juegos Olímpicos tendrán lugar entre el 26 de julio y el 11 de agosto, teniendo como sede la ciudad de París, Francia, sin embargo, su historia se remonta a la antigua Grecia, donde en Olimpia solo hombres podían participar en esta actividad creada en honor al dios Zeus.
Las mujeres no solo no podían competir, tampoco podían participar como espectadoras, bajo pena de muerte, debiendo ser la infractora arrojada a los barrancos del monte Tipeo. Sin embargo, había un periodo, cada cuatro años, donde las mujeres eran las dueñas de Olimpia: los Juegos Hereos, los que comenzaron a celebrarse desde el 580 a.C., siendo la primera competición atlética femenina de la que se tiene noticia.
Según narraciones del historiador griego Pausanias (c. 110-180), estos juegos se celebraron cada cuatro años en honor a la diosa Hera, esposa de Zeus y reina del Olimpo, siendo iniciativa de 16 mujeres, quienes se reunían a tejer un peplo o túnica en honor a la deidad e instruían a las niñas y muchachas en los rituales de Olimpia.
Según cuenta la leyenda, la competencia habría sido instaurada por Hipodamia, esposa de Pélope e hija de Enómao, rey de Olimpia o de Pisa. El mito comienza cuando el padre de Pélope, Tántalo, descuartiza a su hijo para hacer una ofrenda a los dioses, cocinándolo para ofrecérselo a las deidades. Deméter, diosa de la agricultura, aceptó de forma distraída el ofrecimiento y se comió el hombro izquierdo del niño, pero los demás dioses se percataron de lo ocurrido y evitaron ingerir el cuerpo del muchacho, al que trajeron de nuevo a la vida. Asimismo reemplazaron el hombro que se había comido Deméter por uno de marfil. Tántalo, en tanto, fue castigado por su acto.
Cuando creció, el joven Pélope participó en una carrera de carros, instaurada por el rey Enómao para encontrar un marido para su hija Hipodamia, una carrera en la que ya habían muerto al menos treinta jóvenes. Pélope, con la ayuda del dios Poseidón, su astucia y un par de trampas, consiguió vencer y casarse con Hipodamia, quien para agradecer a Hera su matrimonio, reunió a un grupo de dieciséis mujeres a las cuales hizo administradoras de los Juegos Hereos.
La mujer, la portadora del sagrado conocimiento, puede alcanzar un gran poder de convocatoria, iluminando con palabras ardientes las almas de los que están listos”…. así, como una gran antorcha olímpica iluminando el camino.
Las competiciones femeninas de los Juegos Hereos estaban divididas en tres categorías, y se competía por edades. “La competición consiste en una carrera para muchachas, no todas de la misma edad, sino que corren las primeras las más jóvenes y después de ellas las segundas en edad y las últimas las muchachas que son mayores. Y corren de la siguiente manera: llevan suelto el cabello y una túnica les llega un poco por encima de la rodilla y enseñan el hombro derecho hasta el pecho”, describe Pausanias.
Si bien existen pocas referencias a los nombres de las mujeres que participaron en los Juegos Hereos, al parecer eran las espartanas quienes vencían habitualmente, posiblemente por su entrenamiento habitual.
Las vencedoras recibían coronas de olivo, “parte de la vaca sacrificada a Hera, y además les está permitido ofrendar imágenes con inscripciones”, destaca el geógrafo e historiador griego, es decir, obtenían el derecho de dedicar estatuas con su nombre. Por ejemplo, en el Museo Británico se conserva una pequeña escultura de bronce de una muchacha que parece estar corriendo. Si bien su nombre no está muy claro, algunos investigadores creen que se trataría de Cloris, la diosa griega de los jardines, pero otros, debido a su vestimenta similar a la descrita por Pausanias, indican que sería una vencedora de los Juegos Hereos, quien logró trascender a través de los siglos gracias a su participación en estas ancestrales olimpiadas femeninas.
En la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024, en París, Francia, además de la notable presencia de mujeres en las delegaciones de deportistas de todo el mundo, se pudo ver un realce de la figura femenina a través de una serie de cantantes, homenajes e incluso la figura de la diosa del rio Sena, Sequana, cabalgando en un caballo plateado. Un posicionamiento que recuerda lo que hace milenios levantaron los Juegos Hereos, con grupos de mujeres superando sus propios límites.
Un recordatorio de lo que la escritora rusa Helena Roerich destaca de los tiempos venideros, una gran época íntimamente conectada con la creciente influencia de la mujer, en un regreso al origen dual del Cosmos: “Como en los mejores días de la humanidad, la futura época ofrecerá a la mujer su legítimo lugar al lado de su eterno colaborador de viaje y compañero, el hombre (…) La mujer, la portadora del sagrado conocimiento, puede alcanzar un gran poder de convocatoria, iluminando con palabras ardientes las almas de los que están listos”…. así, como una gran antorcha olímpica iluminando el camino.
Fuentes:
Foto: Caeciliusinhorto . Figurilla de bronce de una joven corriendo (520-500 a.C.) expuesta en el Museo Británico. (CC BY-SA 4.0)
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/juegos-hereos-olimpiadas-mujeres-griegas_19085
EL DEPORTE FEMENINO EN LA ANTIGUA GRECIA, por Fernando García Romero, Universidad Complutense;
https://webs.ucm.es/centros/cont/descargas/documento8399.pdf https://www.mundonuevo.cl/la-mujer-antorcha-del-futuro-2023/