“Hoy, desde el Ministerio de Salud, se están dando señales de reconocimiento de las terapias complementarias por lo que son y de validación del aporte que cada una de ellas puede hacer a la sociedad. ”
Iván Andrés Santandreu. 2015-11-01
Desde hace un tiempo a la fecha, un año aproximadamente, hay un nuevo impulso del Ministerio de Salud para integrar las medicinas complementarias en el sistema público de salud.
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¿No sería maravilloso lograr una integración tal que ofrezca lo mejor de cada terapia y medicina en pos de la salud de todos? ¿De qué depende eso? ¿Qué lo impide?
En Oriente, a la falta de integración se le denomina “la gran herejía de la separatividad”: el creer que somos seres individuales sin relación los unos con los otros y, en una visión nihilista extrema, sin ninguna interacción personal ni compromiso por nada ni por nadie. Es el no comprender que lo que hagamos de manera individual afecta inevitablemente al conjunto, sea o no evidente o entendible para nosotros. Este gran principio, que el Dr. Bach denomina la Unidad de todas las cosas, es la base de la verdadera salud a nivel social e individual. Para todas las filosofías y tradiciones de la antigüedad, la desarmonía y el conflicto entre el propósito más elevado -el alma- y nuestra acción en el mundo genera a la postre la enfermedad, que no es otra cosa que una señal o síntoma de la falta de unidad.
Hoy, desde el Ministerio de Salud, se están dando las señales de integración, de reconocimiento de las terapias complementarias por lo que son y de validación del aporte que cada una de ellas puede hacer a la sociedad. Existe la oportunidad de integrar distintas miradas en pos del bien común y de la salud de todas las personas.
Depende de todos -terapeutas, asociaciones, escuelas de formación en terapias complementarias y el propio Ministerio de Salud- el generar un ambiente de diálogo constructivo con el fin de poder integrar adecuadamente las distintas miradas y prácticas en salud, en beneficio de toda la sociedad.
El resultado final no depende solo de la autoridad, que indudablemente debe dar un marco de trabajo adecuado y los pasos que permitan una correcta interacción, sino también de todos y cada uno de los terapeutas en medicinas complementarias, que deben aprovechar esta oportunidad de trabajo conjunto.