Joseph Mercola, marzo 25, 2020.
En estos tiempos inciertos, cuando el coronavirus es el tema principal de conversación, la mayoría de las personas busca ayuda y respuestas de los funcionarios de salud para prevenir y combatir la enfermedad.
Con ese fin, el ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el Dr. Tom Frieden, ha escrito un artículo de opinión para Fox News y sugirió algo que ya tiene en su botiquín y puede ayudarlo, la vitamina D.
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«Hay muchas afirmaciones disparatadas acerca de las curas milagrosas, pero la ciencia respalda la posibilidad, aunque no la prueba, de que la vitamina D puede fortalecer el sistema inmunológico, en especial en personas cuyos niveles de vitamina D son bajos», escribe Frieden.
La suplementación con vitamina D reduce el riesgo de infección respiratoria, regula la producción de citoquinas y limita el riesgo de otros virus como la gripe.
Una infección respiratoria puede provocar tormentas de citoquinas, un círculo vicioso en el que nuestras células inflamatorias dañan los órganos de todo el cuerpo, lo que aumenta la mortalidad de las personas con COVID-19. Los niveles adecuados de vitamina D podrían proporcionar una protección para las poblaciones vulnerables”.
Aunque no hay estudios clínicos (ya que tardan meses y años en desarrollarse) para demostrar que la vitamina D puede reducir sus probabilidades de contraer coronavirus, existen muchos que demuestran que la mayoría de las personas en los Estados Unidos y de todo el mundo son deficientes en esta «magnifica» Vitamina y podrían beneficiarse al tomar un suplemento de ella. Los cinco principales signos de deficiencia de vitamina D incluyen:
1. Dolor musculoesquelético continuo y huesos adoloridos: según el investigador de vitamina D, el Dr. Michael Holick, muchas de las personas que ven a su médico por dolores y molestias, en especial combinadas con fatiga, son diagnosticadas erróneamente como fibromialgia o síndrome de fatiga crónica. «Lo que sucede es que la deficiencia de vitamina D causa un defecto al poner calcio en la matriz de colágeno en el esqueleto». Como resultado, tiene un dolor punzante y doloroso en los huesos”, dice Holick.
2. Enfermedades/infecciones frecuentes: la vitamina D regula la expresión de los genes que influyen en su sistema inmunológico para atacar y destruir bacterias y virus, por lo que las enfermedades e infecciones frecuentes de todo tipo, incluidos los resfriados y la gripe, son un indicio que su función inmunológica es deficiente, lo que probablemente significa que tiene poca vitamina D.
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3. Síntomas neurológicos: esto incluye depresión, «sensación de tristeza, deterioro cognitivo, dolores de cabeza y migrañas». En 2006, los científicos evaluaron los efectos de la vitamina D en la salud mental de 80 pacientes de edad avanzada y descubrieron que aquellos con los niveles más bajos de vitamina D eran 11 veces más propensos a estar deprimidos que aquellos que recibieron dosis saludables.
4. Fatiga y somnolencia diurna: los estudios han relacionado la baja cantidad de vitamina D con la fatiga persistente. Un estudio encontró que las mujeres con niveles de vitamina D inferiores a 29 ng/ ml tenían más probabilidades de sentir fatiga que aquellas con niveles superiores a 30 ng/ml.
5. Sudoración de la cabeza: según Holick, un signo clásico de deficiencia de vitamina D es una cabeza sudorosa. De hecho, por esta misma razón, los médicos solían preguntar a las nuevas madres sobre la sudoración de la cabeza en sus recién nacidos. La sudoración excesiva en los recién nacidos debido a la irritabilidad neuromuscular todavía se describe como un síntoma temprano común de deficiencia de vitamina D.
La buena noticia es que la vitamina D3 también es una fuente de energía para su corazón. También puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la depresión, diabetes y obesidad. Más allá de contribuir a tener huesos fuertes, una cantidad suficiente de vitamina D puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer. Además, la vitamina D fortalece su sistema inmunológico, que lo protege de los resfriados y la gripe al ayudar a su cuerpo a atacar y destruir las bacterias y los virus.
Si decide complementarse con esta vitamina vital, asegúrese de primero verificar sus niveles actuales, para que sepa qué nivel debe alcanzar: 60 a 80 ng/ml es el rango recomendado actual para una salud óptima y prevención de enfermedades.
Si reside en un clima septentrional, es necesario que tome un suplemento oral de vitamina D3 junto con vitamina K2 y magnesio. Necesita los tres para garantizar el equilibrio adecuado y la máxima efectividad ya que funcionan sinérgicamente.
También recuerde que existe una diferencia entre D2 y D3: Contrariamente a la creencia popular, no son lo mismo y tienen valores nutricionales diferentes. La «D» que quiere obtener es la que obtiene de los rayos del sol. Además, con los suplementos, los investigadores han encontrado que, en términos de elevar sus niveles, la D3 es dos veces más efectiva que la D2.