“Una de las medidas más importantes es que tienes que pensar es en un país funcionando, porque la gente tiene que comer. La cuarentena total sin un sistema claro para identificar los casos, para reducir los riesgos de esa identificación y tener el máximo de confirmación de quién está enfermo y los contactos que tuvo, se vuelve un confinamiento eterno.»
Maximiliano Alarcón y G.Camilo Solís, marzo 20, 2020.
Hasta hace poco, el médico y académico de la Universidad de Valparaíso, Aníbal Vivaceta, estaba enfocado en atender heridos en las protestas de Valparaíso además de investigar los elementos disuasivos ocupados por Carabineros de Chile para violar Derechos Humanos. Pero con la pandemia del coronavirus, retomó con intensidad una labor que conoce bien.
En 2015, por citar un dato de su currículum, estuvo en Sierra Leona atendiendo e investigando casos de ébola siendo parte de ‘Médicos sin Fronteras’, durante la epidemia que azotó a África durante aquel año.
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Ahora con la expansión del Covid-19 en suelo chileno, ya le tocó identificar un caso sospechoso en Valparaíso. Pero además de esto, se mantiene atento en la indagación de este virus, como también de las políticas públicas para enfrentar la pandemia.
Al conversar con él, no esconde la postura crítica contra el Ministerio de Salud dirigido por Jaime Mañalich, principalmente por la lentitud e improvisación que ha visto en las medidas que han tomado. Pero asimismo, plantea una visión crítica respecto del Colegio Médico, puesto que considera que la cuarentena absoluta que plantea el organismo no es la solución para combatir el avance del coronavirus.
– Al día de hoy ¿Cuál es la realidad del Covid-19 en Chile?
– Hay un primer tema que es estructural. Aparece un nuevo virus, y los nuevos virus tienen características especiales. Uno no sabe qué tan rápido se transmite, qué tan fácil es que se transmita de una persona a otra, que depende de cuánto persiste en las superficies o las manos. Todo eso es porque varió un virus que existía y que al ser desconocido empieza a afectar a todo el mundo porque no tenemos defensas, no es un virus que circule habitualmente. Eso ocurre cada cierto tiempo. Pero en este caso, que es bastante contagioso, lo que produce es que mientras se está transmitiendo, especialmente cuando se trata de un virus que por síntomas puedes detectar a una parte menor que todos los que lo tienen, te genera una primera incertidumbre: cuánta gente tiene realmente el virus.
Eso no se sabe, hay un epidemiólogo de la Universidad de Stanford que plantea que no tenemos ningún modelo, no hay ningún estudio que permita saber cuántas personas de una población en un momento tienen el virus sin mostrar síntomas. Se habla de un 80% de gente que tienen el virus y no muestran síntomas. Esos porcentajes no son certeros aún. Es complicado porque si yo calculo que el virus tiene una letalidad que se calculará sobre la base de la gente que se enfermó, entonces no sabemos si la cantidad de muertos es bastante razonable -parecida a un resfriado común-, o es una cuestión terrible. Se ha asumido un escenario de bastante gravedad, y aparentemente así lo es, por lo visto principalmente en Italia, pero no sabemos cuál es la cantidad que está contagiada en Italia.
Eso es importante para saber qué medidas de tomar que te den rendimiento. No es lo mismo si tienes un 10% de letalidad -igual es un montón de muertos y es un golpe tremendo- que si tienes un 3%. Ese dato no lo tenemos, y esa es la primera ceguera que impide que tomes una buena medida en términos del rendimiento. No sabemos la severidad que la enfermedad tiene.
Esa incertidumbre sobre las medidas que hay que tomar, lleva a que tú puedas decir, voy a tomar una medida que me da cierto resultado, o tomo esa misma medida en otro lugar y no tiene el mismo resultado.
Otra cosa es que en Chile hay un particular ocultamiento de la información. Por ejemplo entre los días 13 y 17 de marzo, el Ministerio de Salud publicó unos datos de los contagiados, guardando el anonimato, pero diciendo edad, sexo, región, y lugar en que se detectó. Pero a los cinco días el ministerio dejó de entregar esa información públicamente. Entonces hay una segunda cosa, que es complicada, porque no es posible que quienes no estamos en los comités asesores no tengamos ninguna posibilidad de hacer un aporte por ejemplo desde la academia con ese tipo de datos.
– Entonces estamos en presencia de dos incertidumbres, una propia del virus y otra política.
– Tal cual. De política y gestión local. Por eso es importante tener en cuenta el asunto de los «cuentos» de Mañalich. Pero también es importante tener en cuenta, ¿qué cosas sabemos del virus? Por ejemplo, que ya circula en tantas partes del mundo que no vamos a poder evitar que nos llegue permanentemente hasta que tengamos una inmunidad instalada. Por la vía de una vacuna, que demora años, un año y medio se ha calculado de manera optimista. O que tengamos una inmunidad bastante desarrollada de manera natural entre gente que se recupera, que permite que el virus circule de una forma más normal, como otros virus dentro de la población. En algún momento llegaremos a esa situación de equilibrio. Sea por vacunas o por el tema de la inmunidad natural. Porque pensar ahora que todos los países del mundo vamos a ser capaces de bloquearlo, cuando no hemos sido capaces de erradicar el sarampión, entonces pensar que vamos a erradicar a este nuevo virus es excesivo como optimismo. Entonces lo que tenemos que hacer es que, al mediano plazo, lleguemos a convivir con él.
– ¿Qué pasa con la cuarentena total? Esta medida es impulsada por el Colegio Médico y parte de la ciudadanía.
– Todas estas medidas que se están sugiriendo, lo de la cuarentena total. Qué significa. Supongamos que cuarentenamos 14 días. Según Marco Kremerman –investigador de la Fundación Sol–, solo el 20% de la población ocupada tiene posibilidad de hacer una cuarentena de esas. Pero supongamos que soy de los que pueden. El resto es una incógnita cómo lo van a hacer. La gente que vive al día, la gente que no tiene posibilidad de stockear 15 días de comida. Supongamos que hago cuarentena y al principio mantenemos ciertas medidas de distanciamiento incluso en la casa, debido a que puede haber entrado alguien contaminado. Pero supongamos que el día cinco el niño de la familia, que es más desordenado, a lo mejor no mantiene la higiene o sale al jardín. Los primeros días se mantiene la higiene y el distanciamiento, pero en todas las familias chilenas eso no resulta. Entonces sales a los 14 días, y vas a comprar verduras, el pan, ¿dónde te lavas las manos? Al final hubo contaminación en la casa igual, y cuando sales, la mayoría de la población aún es susceptible de enfermarse. Va a haber un montón de personas que van a salir con el virus y lo van a diseminar.
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Entonces, apuntar a medidas de confinamiento macro, de encerrarnos, yo lo comparo con tratar al virus como si fuera un perro de mediano tamaño encerrado en una jaula. Entonces las medidas que tomamos no son para un virus que vive en la convivencia de la gente, sino que son medidas para tener a un perro encerrado. Como sacar a los militares. Es como poner cordones sanitarios, pero luego no estás desarrollando capacidad de detectar a todos esos casos y examinarlos. No los estás detectando y no los puedes llevar a una posta porque estarías saturando. Tendrías que tomar muestras domiciliariamente e identificar todos los que realmente son casos, porque mientras más sepas de los casos que no dan síntomas, más vas a parar la epidemia. La persona que llegó a la UCI es el que menos contagia. Esa persona se empezó a sentir mal en la casa, lo llevaron con mascarilla a la posta y ahí está en bioseguridad. Ese no transmite, el que transmite es el que no da síntomas, que no sabemos quiénes ni cuántos son.
– ¿O sea una cuarentena total podría conllevar problemas prácticos?
– Cualquier medida que implique restringir la circulación de los cuerpos pensando que con eso bloquearas el virus, no da cuenta de que igual hay que comer. ¿No comemos verdura o solo los que tienen un huerto en la casa comerán verdura? ¿El resto no sale a comprar verdura? Sí, sale a comprar verdura. ¿Entonces, cómo aseguras que no se contaminará ahí? Porque entonces toda la cuarentena significa que en la práctica vamos a encerrar a la gente durante un montón de tiempo, para que salga una persona y de esos se contamine, por ejemplo, uno de cada treinta. Entonces ellos van a llegar a su casa y contaminarán a más gente. Terminada cualquier cuarentena que hagas va a pasar lo mismo. Supongamos que llegamos a tener una demanda de pacientes de 40 mil y de ellos como el 5% llegará a la UCI. Entonces 2 mil necesitaran UCI todos los meses. Supongamos que aplanas la curva. ¿Tú sabes cuántos meses te demoras en superar la crisis? Es la locura, o sea, si tu estrategia es tener a la gente encerrada ¿Cuánto tiempo necesitas si vas a tener la curva así? Necesitas dar un golpe cuando haces estas restricciones de movimiento, pero después tienes que ser capaz de subirte a la bicicleta y empezar a rastrear los casos y aislarlos. Especialmente los casos que son asintomáticos, que hay que detectarlos. Tener una manera de confinarlos que no signifique que solamente lo dejas en su casa y contamina al resto.
Y como te digo, una de las medidas más importantes es que tú tienes que pensar en un país al máximo poder de funcionamiento. No porque (Andrónico) Luksic tenga que ganar plata, sino que porque la gente tiene que comer. ¿Qué va a pasar con el tipo de alto riesgo que vendía los sanguches en la calle Prat en Valparaíso? Son sanguches a mano y tienen su riesgo, durante años vivió de eso, pero claro, cuando la gente no va a los bancos a trabajar, ya no le compran. Yo pienso en Valparaíso, pero son miles, la mayoría del país, que de alguna manera tú no les puedes decir: «la solución va a ser que nos encerremos no sé cuántos meses y ustedes recibirán una ayuda del gobierno en unas cajas que repartirá el Ejército». Ayer sacaron a los cabros del Ejército con mascarillas. Lo cual significa que aumentaron su riesgo un montón, porque te andas tocando la cara, no sabes cómo sacarte la mascarilla, aumenta la sensación de seguridad, te tomas la mascarilla con las manos cochinas. Nadie recomienda mascarillas para una situación así, para andar patrullando.
– ¿Y si se logra aplanar la curva de contagios?
– Esa medida, del confinamiento, no la puedes prolongar lo que podría ser necesario en ese esquema. Por lo tanto lo que hay que lograr es proteger a los viejos, efectivamente, intentar una infección gradual; pero no te puedes confiar en que aplanando la curva te va a permitir mantenerte mucho tiempo. Si paras el mundo el que se caga de hambre no va a ser Luksic. El que se caga de hambre es un amigo mío que ahora anda haciendo de semáforo humano. Él se va a cagar de hambre.
Además se volverá impracticable. Paras el país y todo está restringido, en manos de los militares, y hay que buscar cajas de comida que te repartirán. Los militares serán un gran diseminador del virus en una situación así ¿Tú crees que todos se van a lavar las manos, que todo va a salir perfecto? Y por otro lado esto sería como en Haití, o sea, abuso sexual, soborno, todo lo que pasa cuando militarizas un país. Eso te lleva a puros problemas y evidentemente, como el virus no es un perro de mediano tamaño en una jaula, no están preparados para eso.
– ¿Y cuál sería una medida eficaz?
– Seguir los casos, seguir a los contactos, aislar a los casos. Saber bien de qué estamos hablando, porque, cuando los italianos tienen esta cantidad de muertes es un golpe, pero vas para adelante. Otra cosa es si tienes el 2% de la población afectada y todavía te queda que se te enferme la mayoría. Eso no lo sabemos, y las decisiones que se tomen dependen de eso, entonces hay que investigar. Una de las medidas que yo digo, es que necesitamos confinar rápidamente a los sospechosos, definir bien qué son los sospechosos, porque aún hay dudas. Y ojalá confirmarlos con sistemas donde tú puedas controlarlos en la casa, con toma de muestras domiciliarias. Pero no puedes pensar que vas a tomar medidas a ciegas.
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Ahora, por eso, la opción más lógica parece que equipos preparados que pueden mantener ciertas medidas de bioseguridad razonables, puedan tomar muestras a la gente en sus domicilios o lugares de confinamiento. Ahora, hay un planteamiento súper importante de una de las mejores epidemiólogas de Chile, la Ximena Aguilera (integrante del Comité de Expertos), que dice: «si encerramos a los sanos con los enfermos en la casa, la probabilidad de que los sanos se contagien es altísima». Y eso mantiene el problema mucho tiempo, por lo tanto, habría que plantearse la posibilidad de que los que efectivamente están enfermos los pudieras apartar por un tiempo.
Ahora, cuál es el objetivo de hacer todo eso. En vez de estabilizar en 40 mil casos al mes, en vez de aplanar la curva durante mucho tiempo por cuarentena; lograr hacer otra cosa, que es lograr bajar de manera drástica la curva de transmisión. Porque mientras menos casos tienes, más fácil es que vayas siguiéndolos. Pero hay que empezar a seguir los casos, y eso es lo que el ministerio no ha logrado hacer totalmente. Anda muy atrasado y perdido. Te lo digo porque el otro día yo notifiqué un caso y me tomó un día completo conseguir que me contestaran el teléfono en vigilancia. Y toda la gente relata que su experiencia con vigilancia y con el monitoreo es «me mandaron a cuarentena y nunca me vieron». Cuando tú empiezas a seguir los casos y los contactos, y se te hace manejable, eso implica que el número va a ir bajando irremediablemente. Ya tomaste de nuevo el timón del tema.
La cuarentena total sin un sistema claro para identificar los casos, para reducir los riesgos de esa identificación y tener el máximo de confirmación de quién está enfermo y los contactos que tuvo, se vuelve un confinamiento eterno.
– Suena confuso. Tenemos claro que en Chile una cuarentena absoluta es difícil de llevar a cabo sobretodo por la necesidad de trabajar y abastecerse. Pero a mí la lógica me dice que igual sirve evitar tener a toda la gente en el Metro en Santiago, por ejemplo. Entonces ¿La cuarentena sirve si es que se están siguiendo y detectando los casos?
– Si nosotros pudiéramos hacer, más que una cuarentena, algo que nos permitiera reducir al mínimo el contacto. Nos podemos quedar en la casa, pero también hay que salir, porque por el tema de la precarización laboral yo igual voy a tener a un montón de gente circulando. Además, las cadenas de distribución de comida más eficaces no son las de los militares, son las de los verduleros, almaceneros, las que funcionan todos los días. Eso que además mantiene la posibilidad de que esa gente gane su dinero, que se mantenga funcionando el país en su forma micro. Puedes asumir una medida de restricción de los contactos dejando el espacio para que la gente pueda circular, por ejemplo, teniendo muchos lugares donde uno pueda lavarse las manos.
Si hago restricción durante un plazo razonable, puedo conseguir identificar el máximo de casos y sus contactos, y en este momento estamos en una situación en que tenemos que agarrar el hilito de los casos. Y lo más probable es que tengas que detectar estos casos, en una gran cantidad, a partir de los casos que ya detectaste o gente que está dando síntomas. A partir de eso hay que ir a buscar en los que están alrededor, a los cuales hay que tener confinados, hay que ver cuál de esos son casos positivos.
– ¿Cuál sería el efecto de esta medida?
– Mientras vayas bloqueando eso, tú podrías llegar a controlar a bloquear el brote en lo grueso e impedir que se produzcan rebotes grandes. No te vas a echar el virus, vas a tener de nuevo la amenaza. Pero lo que pasa es que si tú solo encierras a la gente, pones a los militares afuera, les restringes hasta niveles más allá de lo tolerable la libertad de desplazamiento: en primer lugar, la gente se seguirá desplazando, en segundo lugar, eso favorece los abusos de los que están a cargo de la seguridad y logística. Sexo a cambio de agua y todas esas cosas ocurren por ese tipo de manejo. Entonces, si uno quisiera manejar la epidemia con la expectativa de bajar y tener una especie de bloqueo, habría que empezar a seguir los casos y cuarentenar. Otra opción, es que en la práctica uno diga que esto nunca lo voy a poder manejar si el escenario es de 2% a 3% de letalidad en la población general -es decir, no en los grupos más vulnerables- y digo que esta cuestión es súper contagiosa así que lo único que hago es que voy a cuarentenar un rato, pero cuando levanto la cuarentena me va a dar rebote.
Porque mira, supongamos que levanto la cuarentena. ¿Qué va a seguir después de eso? porque yo no he visto medidas para ir parando la transmisión del virus en la calle. Suspendimos el año escolar, y al final suspender el año escolar es esperar a que nos enfermemos todos de a poco. Pero si nos vamos enfermando de a poco, y mantenemos unos 40 mil pacientes al mes -insostenible en la práctica, pero solo para teorizar- entonces al cabo de un año tendríamos 480 mil. Eso implica que la mayor parte de la población aún está disponible para infectarse. Esa solución de la cuarentena así, y de encerrarse, es una medida efectista. Si yo hago ciertos confinamientos, de determinados lugares, mientras estoy trazando los casos y puedo a partir de ese trazamiento y sus contactos buscar las posibilidades de contaminación; en ese caso tiene sentido aislar ciertos espacios.
Cualquier medida que pretenda que el control de la enfermedad está dada por la restricción de desplazamientos es solo chutear la pelota un poco para adelante. Es verdad que no teniendo los respiradores es bueno no sobrecargar el asunto. Pero ¿Cuántos días puedes detener la circulación de la gente? Esos son tus días de gracia para tomar medidas que apunten al control. Mira, el otro día yo salí, tuve que ir a retirar un encargo que necesitaba del correo. Allí tenía que entregar el carnet, el único lápiz que había era el lápiz para todo el mundo. En la entrada no dejaban entrar a más de dos, pero afuera se acumulaba la gente y los oficinistas adentro tampoco tenían donde lavarse las manos. Entonces son medidas súper eficaces para un perro de tamaño mediano en una jaula, pero poco eficaces para un virus que se transmite a través de las manos.
– Al ver la postura del Colegio Médico y de varios alcaldes del país, parece que la cuarentena total es inminente.
– Hace tres o cuatro días aparecía el Seremi de Salud en la tele. Salía al lado del Marcelo Álvarez, un periodista de acá, explicando las medidas y diciendo que la gente es irresponsable, que no asumen las medidas del distanciamiento. Y entre ellos estaban prácticamente tocándose. Entonces una de las cosas importantes que ha ocurrido en Chile, es que las medidas son de cartulina, son declaraciones. Por eso, vamos a confinar a todo el mundo, pero el 80% no puede confinarse, tiene que violar de alguna manera ese confinamiento. Para qué sirve el nombre de la medida. Para qué sirve que esta medida sea apoyada con militares en la calle. La gente va a salir igual, va a tener problemas, vas a romper las cadenas de distribución de los alimentos para la gente que come todos los días. Y finalmente tampoco vas a tomar ninguna medida porque no hay un lavamanos en ninguna parte a disposición de la gente. El ministro dice lávense las manos, y yo digo «ministro ¿dónde me lavo las manos, con qué me lavo las manos en la calle, cuando me bajo de la micro, cuando voy a comprar el pan?». El alcohol gel, pero eso no resulta mucho porque dura poco rato. De nuevo tienes un sesgo, porque hay que comprar el alcohol gel.
Hemos reemplazado medidas sabidamente eficaces por medidas simbólicamente muy impresionantes. Pero así es más probable que la primera víctima que se declare del Coronavirus sea un balazo (de militares) que el virus.
Y en todo caso, llevamos 434 casos y no tenemos letalidad. Somos el único país del mundo que no tiene letalidad. Somos el país en que el virus crece más rápido después de Wuhan en su momento, y no tenemos letalidad. Entonces yo no sé cuál es el nivel de transparencia con que manejamos los datos.
– ¿Tú especulas que quizás ya haya algún muerto y no se ha informado?
– Lo que me llama la atención es que, no teniendo ningún dato, tengamos tanta gente enferma y nadie cuyo certificado de defunción legal diga que fue por eso. Me llama la atención. Ahora eso no necesariamente quiere decir que están ocultando casos. Es conspiranoico, no ayuda para nada en esta situación. Lo que sí uno podría decir es: «Ministro, transparente los datos porque así bajamos la desconfianza». Sería súper irresponsable plantear que hay muertos. De hecho salen cosas así en Facebook de repente. Pero claro, somos el único país del mundo con letalidad cero con esa cantidad de casos. Lo que yo recomendaría es preguntarle al ministerio por qué tenemos una situación tan favorable. Sería bueno que tuviéramos los datos que estaban entregando hasta el 17 de marzo y saber cómo están haciendo el monitoreo de la mortalidad. Porque de otra manera es un prodigio, como para notificarlo en todo el mundo. Si fuera verdad es para alegrarse, quizás el virus llegó en una cepa que se ha ido debilitando. Ocurren esos cambios en los virus. Pero que es un prodigio, hasta ahora, llama la atención. Además uno sabe que se tienen más de 400 detectados, y hay más gente que eso, porque no se están ocupando todos los kit de diagnóstico. Se examina menos gente que en otros lados, y si no hay letalidad, entonces es prodigioso.
– El hecho de que no se detecten todos los casos, ¿es una limitación propia del sistema de salud chileno o son pocos los esfuerzos que ha puesto el gobierno?
– Mira, el sistema chileno en su diseño ha tenido momentos de gloria. Tanto antes del golpe como posteriormente en los años 90. Fuimos señeros en la vigilancia epidemiológica. Hay un grupo de mujeres, que yo te mencione a la Ximena Aguilera, pero también la Andrea Olea, la Claudia González; que montaron el sistema de vigilancia epidemiológica en Chile y la respuesta a epidemias en los 90, reparando el daño de la dictadura, digamos. Fernando Muñoz Porras también estuvo metido en eso. Y armaron un sistema con muy buenas capacidades, yo participé en capacitar a delegados de epidemiología en todos los centros de salud de Chile. Eso existe, con capacidad de transmitir información de datos, de personas, y con capacidad de transmitir a los equipos de salud de las Seremi. Eso se ha ido deteriorando mucho porque esos equipos salieron del ministerio y después, sucesivos grupos de confianza política, fueron deteriorando esta cuestión. Como toda la parte técnica del Ministerio de Salud.
Entonces cada vez son gente más penca. O sea los últimos Seremis, no sé… el de ahora en Valparaíso creo que ya consigue abrocharse los zapatos, pero siempre que haya alguien en frente que le vaya dando las indicaciones, porque no tiene idea. Y han ido quitando equipos técnicos, la gente se ha ido. Por lo tanto hay una capacidad mala en quienes gestionan el sistema. No se cumple en Chile la ley que dice que quien ejerce el cargo de autoridad sanitaria debe tener formación y experiencia en salud pública. Eso no existe. Y de ahí para abajo los equipos de confianza se han ido llenando de asesores que entran en cada gobierno. Entonces eso está deteriorado efectivamente, pero lo que ocurre es que además se empezó a implementar tarde la respuesta.
El ministerio tuvo una política muy errática en cuanto a la instalación de capacidad de cómo se va a manejar la epidemia. Y respuestas técnicas, como por ejemplo, que el presidente declara fase 4, y la definición de «caso sospechoso» sigue exigiendo que tú tengas un contacto con alguien que estuvo en el extranjero, y tú ya estás declarando que hay transmisión local en Chile, es una contradicción. La incompetencia técnica y la falta de preparación cuando ya vieron que había situaciones problemáticas como era la capacidad de respuesta de UCI. Porque si tú miras todo esto, lo más complicado son los casos graves, y de esos, los que van a terminar en la UCI. Entonces tu limitación crítica son los recursos de la UCI para atender a ese 5% que lo va a necesitar. Eso se sabía y no se tomó ninguna medida significativa. Y tampoco se tomó medidas significativas para tener capacidad instalada para examinar, ni tampoco había una política. Entonces no tienes definición de casos, no tienes capacidad instalada, ni para tomar los exámenes, ni para reaccionar después confinando a la gente más transmisora. Y como te digo, tu meta de confinamiento no son los enfermos UCI, ellos son tu meta para salvarles la vida, evitar una muerte que podría ser evitable. Pero tu meta de prevención es la otra población, la que no da muchos síntomas, que es más activa, que interactúa. El que se va a tomar las chelas todavía porque no tiene nada, se haga o no se haga el examen. Y con eso, el ministerio no ha tenido una política clara para apuntar -hasta donde yo sé y lo que me dice la experiencia-, por ejemplo un colega notificó a una colega que tuvo un contacto con un positivo, ella estaba asintomática, le pidieron examen y el resultado del examen va a durar 6 días. Entonces hay un tema ahí con la logística que es imperdonable para un país con el nivel de ingreso que tenemos.
– ¿En qué hubieras puesto los esfuerzos?
– Si me preguntas en qué invertiría, en lugar de sacar a los militares a la calle, lo primero sería implementar sistemas de exámenes extendidos a muchas personas, no sólo a los enfermos y asintomáticos, sino que buscaría a los contactos, esos son la clave, porque es donde detectas a la gente que transmite. Esto implica tener que implementar tomas de muestra domiciliaria, porque esto permite que una o dos personas capacitadas tomen medidas de bioseguridad, controlan que estén aislados y te evitas estar trasladando mucha gente a distintos lados.
Lo otro sería disponer a los estudiantes de medicina a seguir contactos, a investigar con quien estuvo cada persona y ofrecerle exámenes a esos contactos, si no, al encerrar a todos es enfermar a los sanos por encerrarlos con los enfermos y como nunca se logra una cuarentena total se sigue transmitiendo el virus.
Lo otro es que la gente entienda respecto de cómo cuidarte cuando estás en la calle, es algo que va más allá de los spots del gobierno, es abrir la posibilidad de que la gente se encuentre un poco, porque lo que he visto funcionar acá en Chile y en lo del ébola en África, es lo comunitario. Esto es fundamental, trabajar a nivel chico, por ejemplo, acá en el centro de Valparaíso los comerciantes de Pirámide, que se pueda exigir que tengan agua. Pero de todo esto es lo más importante son los contactos, porque ellos son los que transmiten, no la persona que está en la UCI, porque ahí están todas las medidas de bioseguridad. Yo seguiría a los contactos, pero no con los militares, sino que con los estudiantes universitarios. Y todo ese mundo que tiene que circular, que permite que la persona que trabaja en el semáforo siga ganando su plata y pueda comer sin que lleguen los militares con sus cajas y le violen a la hermana porque fue a buscar agua, todo eso que tiene que funcionar así tienes que poder garantizarlo de que la gente vaya tomando medidas de autoprotección. Todo esto con un conocimiento cada vez mejor de cuánta gente está realmente enferma, porque si logro saber de sus contactos tengo una mucha mejor impresión de cuánta gente se enferma.
– ¿Por qué crees que existe este secretismo desde el Ministerio de Salud?
– Mira, algunas de las cosas del Sars original, del de 2002, lo aprendí de Ximena Aguilera. Por ejemplo, una de las cosas que más complicó en su primer momento la situación del Sars fue el secretismo de las autoridades chinas. Ahora también se comentó esto, como el caso de este médico que fue el primero en denunciar y después murió. Sé que en China ha habido problemas. De repente un gobierno tiene la tentación de no contar los datos al tiro, como ocurrió con el ébola en África. Se supone que nuestro país funciona con un estado de derecho, se supone que deberíamos funcionar como Finlandia, pero si el ministro de Salud de Finlandia oculta la información a la población la que le va a caer es impresionante, pero en Chile si le ocultas los datos a la población ¿Qué te va a pasar? Si además anda todo el Colegio Médico corriendo por hacer una cuarentena absoluta, y aquí me permito hacer un comentario respecto de la cuarentena absoluta de Colegio Médico. Claro, es súper fácil en tu todo terreno y cuando tu mayor problema va a ser que la nana tendrá que hacer la cuarentena en otro lado, si es que no le pagas un extra para que se quede en tu casa y deje botados a los cabros chicos. Así se ve factible una cuarentena total, aun cuando la pudieras aplicar el día en que salgas de tu casa te vas a encontrar con que el virus está circulando igual entre la gente que se fue contagiando dentro de la casa. Tú ves actores sociales muy validados promoviendo este tipo de cosas.
– ¿En el contexto actual cuál es el país que mejor ha aplicado las medidas?
– Al parecer, según las cifras, Corea del Sur. Tienen monitoreo de la gente en tránsito, no han hecho restricciones totales. Siguen los casos, están al lado de los chinos y han mantenido una letalidad bajísima. Alemania también ha tenido muy buenos resultados. Pero el sistema coreano traza los casos, los detecta rápidamente y los aísla, eso te permite detener la transmisión.
Texto original de Interferencia.cl
Aníbal Vivaceta es profesor del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso y ex Seremi de Salud.