«Mi pasión es la medicina integrativa, trabajar para producir un cambio radical en la medicina y en el sistema de salud público.»
Andrew Weil es uno de los médicos naturistas más celebres del mundo. Sus libros se traducen a multitud de lenguas y se venden por millones. Entre sus títulos de más éxito se encuentran La mente natural (Obelisco, 2005), ¿Sabemos comer? (Urano, 2001), Elige tu propia medicina (Urano, 1999) y Las fuentes de la eterna juventud (Ed. Temas de Hoy, 2006). Su última obra es La curación espontánea.
Además de su trabajo como divulgador, ha llevado las medicinas naturales a la Universidad. Es director del Centro de Medicina Integrativa en la Universidad de Arizona. Weil describe la “medicina integrativa” como aquella que tiene en cuenta la persona en su totalidad (cuerpo, mente y espíritu) y combina los tratamientos convencionales con los naturales y alternativos.
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En sus libros ofrece muchas recomendaciones, pero a menudo el ejemplo del autor resulta muy útil. ¿Qué dieta sigue y qué suplementos toma?
Para mí el modelo es básicamente la dieta mediterránea. Esto quiere decir una alimentación a base de muchas frutas y hortalizas, poca carne, pescado por sus ácidos grasos sanos y un poco de vino. Lo más importante es no consumir demasiados alimentos refinados, que son la cosa más dañina en la dieta que actualmente sigue la mayoría de la gente. En los países más desarrollados es lo más terrible. En Estados Unidos casi no se come otra cosa, fast food y todo eso.
¿Tiene algún alimento fetiche, uno que nunca falta en su despensa?
Sí, el pescado. Sardinas, salmón silvestre, anchoas y otros pescados con ácidos grasos omega-3. Con el atún hay un problema, el contenido en mercurio, porque lo acumulan de los peces que ellos comen.
Y también recomienda tomar entre 10 y 16 suplementos nutritivos…
No es exactamente así. Son 4 o 5, pero uno de ellos es un multivitaminas y multivitaminerales. Los suplementos no son sustitutos de una dieta nutritiva. Sólo deben tomarse para asegurarse de que no hay una deficiencia de nutrientes.
Desde otros países nos parece que los norteamericanos quizá tienen una afición exagerada a las pastillas.
Lo sé (risas). Sé que hay esa gente que se toma 20 o 30 pastillas diariamente, pero no es necesario.
Existe una polémica sobre la seguridad de los suplementos.
Un buen multivitaminas y multiminerales sí es seguro. Quizá las dosis altas de nutrientes concretos necesiten un control médico, pero el problema de fondo es que los médicos no aprenden nada a cerca de la prevención y el tratamiento con nutrientes en la universidad. No saben casi nada de alimentación. En los hospitales de Estados Unidos es escandaloso. El 22% tiene servicio de “fast food” para los pacientes. Y además son una fuente de ingresos para los hospitales. Es increíble. Es una de las cosas que precisamente estamos intentando cambiar desde el departamento de medicina integrativa que dirijo en la Universidad de Arizona.
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Además recomienda hacer ejercicio, descansar, cuidar las relaciones personales y no dejar de aprender.
Exacto. Y lo mejor es que no cuesta casi nada. Se puede aprender a cambiar los pensamientos para hacerlos positivos. No podemos controlar lo que pasa pero podemos controlar nuestras reacciones ante lo que pasa. El envejecimiento conlleva algunos cambios que pueden no ser positivos, pero se puede aprender a aceptarlos.
¿Cuándo debemos empezar a cuidarnos?
Cuanto antes mejor (risas). El envejecimiento no comienza cuando cumples 50 años. Empieza en el momento del nacimiento… o antes.
Los médicos no aprenden nada a cerca de la prevención y el tratamiento con nutrientes en la universidad. No saben casi nada de alimentación.
¿Los ancianos centenarios que conoció en Okinawa se preocupaban por su salud, por su dieta?
En absoluto, nada. Eran felices y no me parecieron preocupados. Simplemente vivían según sus costumbres. En mis libros anteriores he escrito mucho sobre el poder de curación natural que existe dentro de todos nosotros. Teniendo más fe en este poder no hace falta preocuparse por la salud.
¿La preocupación por la salud del cuerpo no oculta que nos despreocupamos de la salud espiritual?
Sí, pero es difícil hablar sobre eso. Para mi la salud espiritual es muy importante, por eso he ofrecido algunas recomendaciones para aumentar el poder espiritual. Por ejemplo, rodearse de flores, escuchar música, pasar más tiempo con amigos que tengan una actitud positiva y optimista.. Todo eso aumenta la fuerza espiritual.
Usted practica la meditación. Si tuviera que elegir entre meditar o tomar suplementos…
(Risas). ¡Muy difícil! ¡Hay que trabajar ambos niveles! Quizás durante un día se puede sólo meditar y no comer ni beber ni tomar pastillas, pero no todos los días.
El envejecimiento nos enfrenta a la realidad de la muerte, ¿le estresa la muerte?
No me produce estrés, pero cada día pienso en la muerte. Es una realidad que no podemos evitar y de alguna manera es la cosa más importante de la vida. Creo que la fuente principal de todas las formas de miedo es el miedo a la muerte. Es el gran cambio y no sabemos qué vamos a experimentar. Pero la muerte da sentido a la vida. Vivir sin la posibilidad de la muerte no es natural.
¿Ha pensado como le gustaría morir?
Sí. No en un hospital, si fuera posible, y con conciencia, si fuera posible.
Aldous Huxley y Timothy Leary decidieron hacer su último viaje con LSD. Usted ha estudiado las drogas…
No lo haría. Al tomar LSD quizá modificaron la experiencia natural.
¿Confía en la permanencia de lo que usted llama «esencia inmutable»?
Hay algo que permanece inalterable a lo largo de toda nuestra vida. No es el cuerpo. No es la mente. Se le puede llamar espíritu.
¿Y cree que permanece más allá de la muerte?
Sí.
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Se ha declarado próximo a la filosofía budista, ¿cree en la reencarnación?
No sé, no tengo evidencia de que se produzca.
Ha escrito que le gustaría vivir la última etapa de su vida en comunidad. ¿Busca los lazos afectivos y sociales que parecen tan importantes para la longevidad?
Claro que sí. Estoy convencido de que vamos a ver cómo surgen en los próximos años nuevos modelos de convivencia, nuevas comunas. En Estados Unidos ya ha empezado y yo estoy hablando sobre ello con unos amigos, sobre cómo vamos a hacerlo. No sé cuántos seremos. Hemos pensado que habrá casas privadas y espacios comunes para comer, ver películas y quién sabe.
¿Tienen una manera de pensar similar?
Sí, una forma de pensar interesante y somos chistosos, tenemos sentido del humor.
Creo que la medicina integrativa es el futuro de la medicina porque es necesario. En Estados Unidos se han formado grupos que promueven la medicina integrativa en 30 facultades de medicina.
Usted ha divulgado la medicina integrativa. ¿Su modelo acabará imponiéndose? Es un gran movimiento en Estados Unidos, en Canadá, en China y la India, Dinamarca, Suecia, Noruega… Creo que es el futuro de la medicina porque es necesario. En Estados Unidos se han formado grupos que promueven la medicina integrativa en 30 facultades de medicina. En la facultad de Arizona donde yo enseño fuimos los primeros en educar a médicos y enfermeras sobre este sistema que integra la medicina natural, la medicina mente-cuerpo y el aspecto espiritual.
Ha integrado en sí mismo el método científico, las medicinas tradicionales y la intuición personal. No sufre contradicciones, ¿no se pelean su yo científico con su intuición?
No, no hay ningún conflicto. Lo mejor para la medicina es combinar la mente científica y la intuición.
Pero parece que a un buen número de médicos el método científico no les deja aproximarse a las terapias naturales…
Pues ya lo están haciendo porque la medicina se encuentra en tal grado de confusión y los gastos económicos están llevando al sistema al borde de la destrucción, por eso se están abriendo al cambio…
Son los ciudadanos los que están eligiendo las terapias naturales.
Claro, la demanda está sirviendo para abrir la mente de muchos médicos. En Estados Unidos la mayoría de la gente usa terapias alternativas.
Y las personas quieren ser tratadas como tales.
Sí. Eso quiere decir que desean un tratamiento integral, que considere todos los aspectos de su personalidad, físicos, mentales y espirituales.
He visto con mis ojos los éxitos de la homeopatía, me parece una terapia recomendable.
A lo largo de todos estos años de trabajo, ¿qué ha aprendido del misterioso proceso de la curación? Algún estudioso de la homeopatía sugiere que la entrevista, el diálogo entre médico y paciente, puede tener un efecto terapéutico. ¿Qué piensa al respecto?
En el caso de la homeopatía no tengo ni idea de cuál puede ser su medio de acción. Quizás los remedios homeopáticos proveen al cuerpo de algún tipo de información que puede desencadenar la autocuración. Yo creo que algún día sabremos cómo funciona. En cualquier caso me parece una terapia recomendable, especialmente para los niños porque no puede hacerles ningún daño. No me interesa discutir todo esto con los médicos de mente más cerrada, no vale la pena, pero he visto con mis ojos los éxitos de la homeopatía. También me parece una medicina adecuada para enfermedades muy complejas que no responden a los tratamientos convencionales. Lo mismo podría decir de la medicina tradicional china. He visto muchísimas curaciones mediante una combinación de acupuntura, cambios en la dieta y plantas medicinales. Y tampoco sé muy bien como lo consiguen. Creo que es posible cambiar algunas cosas en los métodos científicos para estudiar algunas terapias naturales. Pero yo me alegro de que existan misterios. La ciencia no puede resolverlos todos.
Ha convivido con chamanes, ¿qué ha aprendido de ellos?
He estado con chamanes de Norteamérica y de Suramérica, en el Amazanas. Lo que he aprendido es el poder de la creencia y la importancia del ritual en la curación. Los chamanes más poderosos que conozco son maestros en la práctica de la medicina cuerpo-mente. Trato de que esta sabiduría sea aprendida por los médicos que asisten a los estudios sobre medicina integrativa en la universidad de Arizona. Hay un curso sobre “el arte de la medicina” que incluye estas cosas. Los médicos occidentales pueden aprender el arte de la sugerencia y el arte de usar las palabras para aumentar las posibilidades de curación. Por ejemplo, después de describir el tratamiento, el médico puede decir con seguridad “cuando usted empiece a sentirse mejor” haremos esto o lo otro. Así el paciente recibe la convicción del médico sobre lo que está haciendo y las posibilidades de éxito aumentan. Es mucho mejor que decir “tiene usted demasiado estrés” o “tiene que vivir con eso, no hay nada que hacer”. Actualmente los pacientes reciben sugerencias negativas de los médicos y éstos no son conscientes de la importancia terapéutica de sus palabras porque no han recibido enseñanzas sobre el “arte de la medicina”.
También aprendió mucho sobre plantas [Weil obtuvo su título de botánico en 1964 y entre 1971 y 1984 fue investigador del Museo Botánico de Harvard. Entre 1971 y 1975 viajó por América y África].
Sí, también soy botánico. Las plantas me apasionan. Existen tantas con propiedades maravillosas que pueden resultar de mucha ayuda en la medicina… De hecho muchos medicamentos tienen su origen en los principios activos que se encuentran en las plantas. Se puede decir que la fitoterapia es mi medicina preferida y siempre que es posible la utilizo antes que cualquier otra cosa.
¿Qué temas ocupan su curiosidad ahora?
Mi pasión es la medicina integrativa, trabajar para producir un cambio radical en la medicina y en el sistema de salud público.