El anuncio de que el país galo invertirá 350 millones de euros en ciclovías muestra que la promoción de la bicicleta ha dejado de ser un deseo de una minoría de aficionados o el sueño romántico de sectores ecologistas para convertirse en una verdadera política de Estado, como alternativa seria de transporte limpio que puede contribuir de modo significativo a reducir las emisiones y a mejorar la salud de las personas.
2018-09-16
Emmanuel Macron aspira a transformar Francia en todos los frentes. A pocas semanas de que el presidente anunciara que en educación básica y en los primeros años de educación media, los estudiantes tendrán prohibido por ley hacer uso de sus teléfonos celulares, su primer ministro, Édouard Philippe, presentó ayer un plan para triplicar los desplazamientos en bicicleta. La iniciativa incluye 25 medidas e inversiones de 350 millones en euros en los próximos 7 años.
[layerslider id=»2″]
El objetivo de las autoridades francesas es lograr un cambio cultural. Los desplazamientos en bicicleta son hoy sólo un 3% del total. Se pretende llegar al 9% para el año 2024, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de París. Ese porcentaje quedará aún muy lejos de los campeones del continente, los holandeses –que pedalean el 26% de las veces que se desplazan–, pero se habrá superado la media europea, que se estima hoy en el 7%.
Potencial de crecimiento
Detrás de esta operación bicicleta está el convencimiento de sus impulsores de que hay un fuerte potencial de crecimiento de desplazamientos porque se sabe que el 75% de los mismos son ahora de menos de 5 kilómetros, una distancia ideal. El anuncio de ayer muestra que la promoción de la bicicleta ha dejado de ser un deseo de una minoría de aficionados o el sueño romántico de sectores ecologistas para convertirse en una verdadera política de Estado, como alternativa seria de transporte limpio que puede contribuir de modo significativo a reducir las emisiones y a mejorar la salud de las personas.
Philippe expuso el planteamiento del Gobierno durante un acto en Angers, en el valle del Loira, al sudoeste de París. Se trata de una de las ciudades virtuosas en las que su población se desplaza a menudo en bicicleta porque hay buena infraestructura e incluso un servicio municipal gratuito, VeloCité, para los vecinos. Otras ciudades que sacan ya buena nota son Versailles, Estrasburgo, Nantes y Burdeos. En la cola se sitúan urbes del sur como Marsella, Toulon o Niza.
[layerslider id=»3″]
Dando ejemplo
El jefe del Ejecutivo, que se presentó en bicicleta para dar ejemplo, estaba flanqueado por el flamante nuevo ministro para la Transición Ecológica y Solidaria, François de Rugy, y la titular de Transportes, Elisabeth Borne.
Las inversiones se centrarán en ayudar a los municipios a ampliar la red de ciclovías, mejorar su señalización, construir pasos subterráneos y túneles para evitar cruces y otras intervenciones. Se instará también a la compañía nacional de ferrocarriles, SNCF, y a las municipalidades a crear estacionamientos seguros para bicicletas en las estaciones.
Accidentes
Los estudios muestran que el temor a los accidentes y el riesgo de robo son factores disuasorios para el uso de la bicicleta. De ahí que las medidas tratarán de reducir esos miedos. Se quiere establecer un sistema generalizado de registro, fiable y barato, de todos los velocípedos, nuevos y usados, una especie de matrícula que estará grabada en su estructura, para mitigar en lo posible el riesgo de robo. Cada año son sustraídas 300.000 bicicletas.
Quienes se desplacen en bicicleta al trabajo podrán contar con una ayuda facultativa de parte de sus empresas –hasta 400 euros al año, deducibles de impuestos y contribuciones sociales– u obligatoria –200 euros– si trabajan en la Administración. Los edificios de viviendas y de oficinas que se construyan a partir del 2019 tendrán la obligación de prever lugares para estacionar bicicletas.
Educación
A nivel formativo, se incluirá el aprendizaje de ir en bicicleta y las normas básicas de tráfico en el programa de las escuelas primarias, como la natación. En cuanto a las personas mayores, se espera que innovaciones tecnológicas como las bicicletas eléctricas –de pedaleo asistido– convencerán a muchos de que para usar este transporte no se requiere estar en plena forma física porque no exige un gran esfuerzo.
La Federación Francesa de Usuarios de la Bicicleta (FUB) –que defiende los intereses de 17 millones de ciclistas habituales, 3 millones de los cuales pedalean a diario– había propuesto inversiones anuales de 200 millones de euros, una cifra que ha quedado en 50 millones. Con todo, su presidente, Olivier Schneider, se mostró satisfecho. “Por primera vez el Estado se comporta como si quisiera ser ejemplar –declaró Schneider a este diario–. Soy optimista porque creará una dinámica con todos los actores, los fabricantes de bicicletas, los municipios, los promotores inmobiliarios, la SNCF, para contribuir a que los franceses usen la bicicleta para lo cotidiano. Francia, en efecto, es el país del Tour, pero no el de la bicicleta a diario. Debe cambiar su imagen”.