Para 6 personas
Ingredientes:
- 400 g. de garbanzos secos puestos en remojo la noche anterior.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 cebolla picada fina.
- 2 dientes de ajo, picados finos.
- 450 g. de acelgas limpias y cortadas finas.
- 2 ramitas de Romero.
- 400 g. de tomate triturado.
- Sal y pimienta.
- Rebanadas de pan tostado para acompañar.
Escurra los garbanzos y páselos a una cacerola grande. Cúbralos con agua fresca y llévela a ebullición; con una espumadera retire la espuma que se forme en la superficie. Reduzca el fuego y deje cocer los garbanzos sin tapar entre 1 y 1 ¼ horas hasta que estén tiernos; si es necesario, vaya cubriéndolos con agua.
Escurra los garbanzos y guarde el agua de cocción. A continuación, salpimiente bien. Ponga dos tercios en una batidora con un poco del agua de cocción y tritúrelos hasta obtener una pasta homogénea; si es necesario, añada algo más de agua para que la mezcla adquiera la consistencia de una sopa. Devuélvala a la cacerola.
Caliente el aceite en una cacerola mediana, añada la cebolla y el ajo y cuézalo todo a fuego medio, revolviendo con frecuencia, de 3 a 4 minutos hasta que la cebolla esté tierna. Añada las acelgas y el romero, y cuézalo todo otros 5 minutos o hasta que el tomate se haya desecho –y parezca casi una salsa. Retire las ramitas de romero.
Añada la mezcla de acelga y tomate al puré de garbanzos y déjelo cocer todo de 2 a 3 minutos. Pruébelo y agregue sal si es necesario.
Sirva la sopa en pocillos tibios acompañada de las rebanadas de pan tostado.