«La inyección es una ruta muy diferente de entrada a la vía oral. Las toxinas inyectadas, incluso en pequeñas dosis pueden tener efectos profundos en los órganos y en los diferentes sistemas del cuerpo.» –Dr. Toni Bark
Zen Honeycutt, 2016-12-28.
Se ha encontrado glifosato –ingrediente activo de cientos de herbicidas catalogado como «probablemente carcinógeno» por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, organismo que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- en varias vacunas infantiles.
El análisis de las muestras fue realizado en Microbie Inotech Laboratories Inc. (EEUU) y se encontró glifosato en:
- Adacel: tétanos, difteria y pertussis (Sanofi Pasteur), 0,123 partes por billón (ppb)
- Fluvirin: Influenza A (Novartis), 0,331 ppb
- Engerix B: hepatitis B (GSK), 0,325 ppb
- Pneumovax 23: Neumococo (Merck, Sharp & D), 0.107 ppb
- MMR II: triple vírica SPR (Merck, Sharp & D), 2.671 ppb
En el caso de esta última, se encontró glifosato en una cantidad 25 veces mayor que en el resto de las vacunas.
Análisis independientes realizados en otros laboratorios confirmaron estos resultados dando las mismas o incluso superiores concentraciones del herbicida.
La Dra. Stephanie Seneff, conocida investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), declararía al saberlo que el glifosato puede encontrarse efectivamente en esas y otras vacunas porque algunos de los virus que se utilizan para hacerlas se cultivan en gelatina derivada de ligamentos de cerdos alimentados con transgénicos que contienen grandes dosis de glifosato residual.
Más del 80 % de los cultivos transgénicos son diseñados genéticamente para tolerar a los herbicidas a base de glifosato y la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) permite glifosato sobre 160 alimentos no orgánicos y cultivos forrajeros. Estos resultados se suman al glifosato en el agua, la orina, la leche materna, los alimentos, el suelo, la cerveza y el vino, y ahora también, en las vacunas.
El científico y experto en glifosato Gilles-Eric Séralini ha mostrado en sus estudios que el glifosato nunca es usado solo, sino siempre con adjuvantes, es decir en combinación con otras sustancias químicas, lo que hace la formulación hasta 1.000 veces más tóxica.
La organización estadounidense Moms Across America (Madres de America) envió una carta a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), a la Agencia de Protección ambiental (EPA), al Instituto Nacional de Salud (NIH), al Departamento de Salud de California y a la senadora Barbara Boxer solicitando que sea prioridad testear las vacunas para verificar su contenido de glifosato, retirar las vacunas contaminadas y revocar, por pate de EPA, la licencia de glifosato para evitar una mayor contaminación.
El Dr. Toni Bark, fundador y director médico del Center for Disease Prevention and Reversal y co-productor del documental Bought (Comprado), después de revisar los resultados de las pruebas señaló:
“Estoy profundamente preocupado por las vacunas con glifosato, un pesticida conocido, que se están inyectando directamente en los niños. Ni el Roundup ni el glifosato han sido probados para verificar su seguridad en forma inyectable. La inyección es una ruta muy diferente de entrada a la vía oral. Las toxinas inyectadas, incluso en pequeñas dosis pueden tener efectos profundos en los órganos y en los diferentes sistemas del cuerpo. Además, la inyección de un producto químico junto con un adyuvante o virus vivo, puede inducir reacciones alérgicas graves a dicha sustancia ya que las vacunas inducen al sistema inmune a crear anticuerpos frente a lo que se incluye en la vacuna. Dado que el glifosato se utiliza en gran medida en el maíz, la soja, el trigo, el algodón y otras materias primas, podemos esperar ver alergias alimentarias más graves en los receptores de las vacunas. Además, los productos químicos en dosis ultra bajas, pueden tener efectos poderosos sobre el comportamiento fisiológico, casi tanto como las hormonas, estimulando o suprimiendo los receptores fisiológicos.”